Nimruz, los talibanes prohíben asumir personal humanitario sin autorización
La prohibición de trabajar en la cooperación humanitaria no se aplica solo a las mujeres sino que podría extenderse a todos, por lo menos en la provincia del suroeste. Mientras las Naciones Unidas deciden cómo responder a las nuevas imposiciones, se han suspendido las transferencias de dinero a Afganistán. Ayer, la misión de ayuda aclaró que no se entregaron fondos a las autoridades talibanes.
Kabul (AsiaNews) – Los talibanes no solo han prohibido que las mujeres trabajen para organizaciones no gubernamentales sino que en la provincia de Nimruz, en el suroeste del país, ninguna ONG puede asumir personal sin la aprobación de las autoridades.
La nueva imposición dificulta aún más el trabajo de asistencia humanitaria, ya difícil y precario después de que los “estudiantes coránicos” reconquistaron el país en agosto de 2021. Cuando los talibanes regresaron al poder, se congelaron los activos bancarios del gobierno anterior, que quedaron retenidos en bancos de EE. UU. porque la comunidad internacional – incluyendo los países menos democráticos – se opone al reconocimiento del gobierno talibán. Desde entonces todo ha quedado en punto muerto y la situación económica y financiera ha ido empeorando: se estima que cerca de 20 millones de personas – la mitad de la población – sufrirán hambre aguda en marzo de este año, y casi todo el país ya se encuentra en una condición de pobreza extrema.
Por su parte el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se dispone a realizar una reunión extraordinaria para decidir cómo proceder ante la prohibición de que las mujeres trabajen en la cooperación. Por otra parte, las transferencias de fondos internacionales para aliviar el sufrimiento de la población afgana han sido (momentáneamente) bloqueadas, lo que ha provocado una depreciación inmediata del afgani, la moneda local, y un aumento de los costos.
La Misión de ayuda de la ONU en Afganistán (UNAMA) emitió ayer un comunicado para explicar cómo se gestionan los fondos destinados a ese país, después de que la revista estadounidense Foreign Policy (FP) acusara a finales de diciembre a los talibanes de robar fondos destinados a la población para desviarlos a sus partidarios, maniobra que le permitiría financiar una serie de actividades ilegales y tratar de no perder adeptos que, decepcionados por las medidas tomadas hasta el momento (al interno de los talibanes conviven facciones más o menos extremistas) puedan unirse a la rama local del Estado Islámico, el Is-K.
Según fuentes citadas por FP, el dinero nunca llega a quienes lo necesitan, sino que una parte se deposita en el Banco Central, controlado por los talibanes, y otra parte en el Afghanistan International Bank, donde las agencias de la ONU tienen cuentas bancarias privadas.
El comunicado de UNAMA explica que "todo el efectivo que se envía a Afganistán se deposita en cuentas especiales en un banco privado para uso de las Naciones Unidas" y "todos los fondos se distribuyen luego directamente a las agencias de la ONU, así como a un pequeño número de socios humanitarios", y que "ninguna cantidad se deposita en el Banco Central de Afganistán ni se entrega a las autoridades de facto talibanas".
Desde diciembre de 2021 las Naciones Unidas han conseguido llevar a Afganistán solo 1.800 millones de dólares, aunque se ha lanzado un llamamiento para recaudar 4.400 millones, que aumentaron a 4.600 para el 2023.
23/06/2022 12:00
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