Nepal, fue clausurado el Año de la visa consagrada: mayor compromiso en la evangelización
La ceremonia de cierre se desarrolló el 2 de abril. El vicario apostólico subrayó la necesidad de acelerar la evangelización del país. El premio intitulado en honor al primer obispo de Nepal, muerto en diciembre, fue entregado a 2 hermanas indias, a un nepalés y a un sacerdote norteamericano.
Katmandú (AsiaNews) – La comunidad católica de Nepal celebró el cierre del Año Santo de la Vida Consagrada, con la promesa de acelerar la misión evangelizadora en el país. La ceremonia se desarrolló el 2 de abril en la catedral de la Asunción de Katmandú, con la presencia de Mons. Paul Simick, vicario apostólico, además de religiosos y religiosas provenientes de todo el territorio nacional. En dicha ocasión, se hizo también entrega de los premios intitulados al difunto Mons. Sharma, primer obispo de Nepal, fallecido en diciembre pasado.
La Iglesia universal celebró el fin del Año el 2 de febrero pasado, día en el cual también se celebra el Jubileo de la Vida consagrada, La Iglesia nepalesa, en cambio, pospuso la celebración por las dificultades causadas por el terremoto de abril de 2015, que provocó más de 9.000 víctimas.
Mons. Simick saludó a los presentes y dijo: “Las vidas de sacerdotes y de las hermanas no son nunca individuales, sino que implican sacrificar todo por la sociedad. Veo la gran contribución dada a la Iglesia, a nuestra misión y a nuestro país. Os agradezco y estoy orgulloso de vuestro trabajo” .
El vicario agregó que Nepal “necesita un servicio aún más grande de nuestra parte. Debemos llegar a cada rincón y brindar una ayuda sincera a las personas que tienen necesidad. Nuestras herramientas son el modelo de vida de Jesús y nuestros lineamientos son las palabras de Dios. Cuando las sociedades se vuelven más complejas y son guiadas por la superstición, la presencia de Dios se torna aún más urgente”.
Durante la ceremonia fueron entregados los primeros premios intitulados a Mons. Sharma a cuatro hombres y mujeres de fe que han dedicado su vida a la comunidad católica de Nepal. El Padre Cap Miller es uno de ellos: es de origen estadounidense, pero desde hace 57 años trabaja en la misión de los jesuitas. Otro premiado es Bhimsen Rai, un catequista y editor de publicaciones católicas. Dijo: “Cuando comencé, verdaderamente había pocas personas. Ahora, en cambio, la comunidad ha crecido y se ha difundido en todo el país. Este es un signo positivo, pero debemos trabajar más para llegar a todos lados”.
Las otras personas honradas con el reconocimiento fueron dos hermanas. Sor Yokihata, japonesa, comentó: “Mi premio va dedicado a las personas y a la sociedad nepalesa, porque nosotros estamos al servicio de sus necesidades. Estoy muy feliz de trabajar en Nepal y de seguir el sendero de Dios. Este premio me alienta a vivir por largo tiempo y a trabajar más”
Sor Monique Niraula, india, es la última de los premiados. “Agradezco a Dios –dijo-, al pueblo y a la sociedad nepalesas”. La hermana hace poco se volvió docente de catecismo y ha dedicado el premio a sus alumnos: “Este reconocimiento va dedicado a ellos, que están verdaderamente animados por la gracia de Dios”.