Navidad en Irak. El Patriarca caldeo destaca la cercanía y solidaridad de los musulmanes para con los cristianos
Mar Sako habla de una “revolución de base” contra el terrorismo y la violencia, junto a un renovado compromiso “en defensa de la vida”. Por primera vez, las autoridades de Bassora festejan Fin de Año y piden a los cristianos que regresen. Un grupo de jóvenes musulmanes chiitas de Najaf asisten a la misa en la capital y almuerzan con el patriarca. Varias plazas de Bagdad han sido adornadas con el árbol de Navidad.
Bagdad (AsiaNews) – En Irak se asiste a “una revolución de base contra el terrorismo, contra la violencia”, acompañada de un renovado compromiso en “defensa de la vida, de la paz, de la alegría”; de este modo “es posible derrotar a cuantos buscan la muerte, la destrucción, la emigración”. Es lo que narra a AsiaNews el patriarca caldeo mar Louis Raphael Sako, describiendo el clima de fiesta que se ha respirado en el país en los últimos días, a pesar de los hechos de violencia. Entre los muchos eventos que han caracterizado estos días de fiesta, el primado caldeo menciona tres ejemplos: los árboles de Navidad esparcidos en varios barrios de Bagdad; la visita de un grupo de jóvenes musulmanes chiitas de Najaf, que participó en la misa en la capital; los festejos de Fin de Año en Bassora y la invitación de las autoridades locales a los cristianos, que piden “que ellos regresen a sus hogares”.
“La noche de Año Nuevo –cuenta Mar Sako- salí para dirigirme a una plaza ubicada en el bario de Mansour, en Bagdad. Hemos festejado con muchísimas personas, casi un millón de personas se volcaron a las calles”. “Hemos hablado con ellos, hemos intercambiado buenos deseos; son pequeños gestos –agrega- pero que sirven para rechazar la ideología del terror de Daesh” [acrónimo árabe del Estado islámico] que en estos días también atacó con bombas en la capital.
El “cambio” es visible, prosigue el patriarca caldeo, “sobre todo en Bagdad, que está plagada de árboles de Navidad. Y luego la cantidad de cartas con buenos deseos, recibidas de parte de las autoridades religiosas, políticas, pero también de activistas civiles musulmanes y de mucha gente simple”. “Pienso que el 2017 será un año distinto –subraya- quizás no de una paz total, pero sí ciertamente de una mayor cohesión, unidad. Esta es mi oración, pero también es el sentimiento que comparte la mayoría de los ciudadanos”.
En estos días, las autoridades políticas, religiosas e institucionales de Bassora han difundido un llamado a los cristianos, pidiendo a cuanto han emigrado que regresen a sus hogares. En la ciudad del sur de Irak también se festejó por primera vez el Año Nuevo, mostrando un clima de mayor “cohesión” entre las diversas almas que componen la realidad local y todo el país. Las fuerzas de policía de Bassora han vigilado para que las celebraciones y festejos se desarrollasen en absoluta seguridad; el Consejo provincial además manifestó su compromiso para el mantenimiento y restructuración de las iglesias.
“El gobernador y el presidente del Consejo municipal –continúa mar Sako- fueron a visitar al obispo durante estos días de fiesta. Un político cristiano local difundió una carta contra la guerra, en ocasión del Año Nuevo. Los cristianos tenemos mucho que hacer por la comunidad del lugar; he pedido a las autoridades locales que muestren su cercanía para con la comunidad cristiana y estos pedidos y estas iniciativas [como las de Navidad y Año Nuevo] son una primera respuesta”. El episodio más significativo de los últimos días, según mar Sako, es la visita de un grupo de jóvenes musulmanes, muchachos y muchachas, que provienen de Najaf y son musulmanes chiitas, que han participado en un misa en la iglesia de San Jorge. Luego, el grupo almorzó con el patriarca y las autoridades de la Iglesia caldea, intercambiando relatos y experiencias personales y comunitarias. “Participaron de la celebración religiosa –recuerda el primado caldeo- y luego nos tomamos algunas fotografías con una bandera de Irak y leyendas por la paz. Los jóvenes quedaron muy conmovidos por los cantos y por las oraciones”.
“Les expliqué acerca de nuestra fe –continúa mar Sako- el Dios uno, el concepto de Trinidad. Les describí las bases de nuestra fe, la descendencia común de Abraham, la figura de Jesús. Los invité a combatir la ignorancia que suele haber en relación al cristianismo, que no somos infieles. Hubo cronistas y dos canales televisivos que los acompañaron durante el encuentro, a los que les pedí que difundieran nuestra cultura, que la explicaran a los espectadores, porque son muchas más las cosas que nos unen, que aquellas que nos dividen”. “Mucho más significativo aún –prosigue el patriarca caldeo- es que esta visita de jóvenes musulmanes chiitas de Najaf surgió de una iniciativa suya. En los medios se enteraron de algunos servicios dedicados a nuestra comunidad, y quisieron reuniese con nosotros, generando un vínculo personal y directo con nosotros, que espero pueda proseguir en el futuro. Justamente, aquí se ve la importancia que tienen los periódicos y la tv en lo que respecta a brindar ocasiones de encuentro y debate. Por eso mismo, este año, he pedido a los sacerdotes y obispos que piensen en mensajes y homilías de Navidad que puedan ser válidos para todos”.
A los jóvenes de Najaf, al término de la misa, se unió también un grupo de muchachos musulmanes de Bagdad, que “quisieron traernos flores” y festejar con nosotros “el comienzo del nuevo año”. Es tiempo de que los musulmanes “se muevan y muestren el lado positivo de su fe”, y de que los políticos trabajen “para remover los obstáculos y pensar en el bien común”. “Desde los jóvenes a los líderes de gobierno –concluye mar Sako- es necesario emprender el diálogo, la unidad y el futuro del país”. (DS)