Naufraga embarcación de migrantes: 46 etíopes muertos

Las víctimas suman 37 hombres y nueve mujeres. En un principio, a bordo de la barca iban cientos de personas, desprovistas de chaleco salvavidas. Los traficantes habían partido de Bosaso. Director de la OIM: es una tragedia “vergonzosa”, que “debe terminar”. El año pasado, más de 100.000 personas tomaron la ruta de la trata.

Saná (AsiaNews/Agencias) – Son cuando menos 46 los migrantes que, tras partir desde Somalia rumbo a Yemen, murieron ahogados cuando la barca donde viajaban naufragó cerca de la costa, a causa de las malas condiciones del mar. Quienes dan la noticia son los responsables de las Naciones Unidas que operan en el país del Golfo, informando que al menos 16 personas continúan desaparecidas.

A partir de los testimonios recogidos por los miembros de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) se ha podido saber que a bordo de la embarcación iban cuando menos 100 personas. Los traficantes habían partido el 5 de junio pasado, desde la localidad portuaria de Bosaso, en dirección a Yemen.

Los migrantes, todos de nacionalidad etíope, pretendían buscar trabajo y lograr mejores condiciones de vida en ese país árabe o en otra nación del Golfo.

La embarcación volcó mientras navegaba a merced de las olas en el Golfo de Adén, en las primeras horas de la madrugada de ayer. En cuanto a las víctimas, se han confirmado 37 hombres y nueve mujeres. Al partir el barco, a bordo viajaban 83 hombres y 17 mujeres.

Según refirieron algunos sobrevivientes, la nave había sobrepasado el límite de pasajeros, y las personas que viajaban a bordo no llevaban chaleco salvavidas. “Cada mes, hay más de 7.000 migrantes -en su mayoría, pobrísimos- que emprenden este viaje de la muerte. Considerando solamente el año pasado, hubo 100.000 personas en total”, informa Mohammed Abdiker, director de operaciones y emergencias de la OIM.

Una tragedia “vergonzosa”, agrega, que se consuma con el silencio y la indiferencia de la comunidad internacional. “Son tratados de una manera espantosa y deben vivir en condiciones horrendas. Todo esto –concluye-debe terminar”.

Hace decenios que los migrantes y refugiados parten del Cuerno del África para llegar hasta Yemen a través del Golfo de Adén. Una ruta privilegiada, a causa de la proximidad entre las dos tierras, y porque existe la percepción de que Yemen constituye una puerta de ingreso para dirigirse a los otros países del Golfo o a Europa.

Sin embargo, hace tres años que el país está siendo despedazado por una sangrienta guerra civil –alimentada por potencias extranjeras, como Arabia Saudita e Irán- que ha provocado miles de víctimas, y ha desatado una de las perores crisis humanitarias y sanitarias del planeta.