Nasiriya, Card. Sako: ‘Tristeza y dolor’ por el incendio en la Unidad de Covid

Se eleva a 92 muertos y más de cien heridos el saldo del devastador incendio. El primado caldeo llama a la "unidad" para "levantar a la nación" y evitar "desastres" similares en el futuro. Las condolencias y oraciones del Papa Francisco. La denuncia de un médico que trabaja en el hospital: el nosocomio no cuenta con sistemas de seguridad.

Bagdad (AsiaNews) - La Iglesia caldea y su patriarca, el card. Louis Raphael Sako, expresan su "profunda tristeza y dolor por el trágico accidente" ocurrido en el Imam Hussein Teaching Hospital di Nasiriya "en el que murieron más de 90 personas y muchas otras resultaron heridas". Así se expresó el primado caldeo en una nota enviada a AsiaNews, comentando el incendio que se produjo en la Unidad de Covid del hospital de la ciudad del sur de Irak. Cabe mencionar que la tragedia se produce a pocos meses de un incidente similar en un centro médico de la capital. "La Iglesia ofrece sus condolencias y su solidaridad a las familias de las víctimas, expresa su cercanía y sus oraciones para que Dios conceda a las víctimas su inmensa misericordia", afirma el cardenal.

Los responsables de la Iglesia iraquí esperan que "esta catástrofe nacional" pueda "despertar las conciencias" de los funcionarios y administradores del país, para que "se liberen de las luchas absurdas" que acaban dividiendo. Es momento de "fortalecernos, unirnos y asumir la responsabilidad" para "superar esta difícil etapa" y hacer que la nación "se levante de nuevo", agregan las autoridades eclesiásticas. Y abogan por la plena "seguridad, estabilidad y garantía de los servicios, para que no se repitan estos desastres en el futuro".

El Papa Francisco también expresó su cordialidad y cercanía espiritual con las víctimas. Lo hizo con un telegrama firmado por el secretario de Estado y enviado al nuncio apostólico. En la misiva, asegura a Irak, "la cercanía espiritual" a los afectados por "el trágico incendio." El pontífice fue operado recientemente y el domingo rezó el Ángelus en el Policlínico Gemelli. Destacó la importancia de un sistema de salud eficiente y dijo que "reza de manera especial por los difuntos" e "invoca la bendición, el consuelo y la paz de Dios para los familiares, el personal y los cuidadores".

El devastador incendio se produjo en el área de Covid cercana al hospital, durante la noche del 12 al 13 de julio. El saldo actualizado es de 92 muertos y más de un centenar de heridos, algunos de ellos graves. La investigación inicial de la policía y de Protección Civil reveló que las llamas se originaron en un cableado defectuoso y alcanzaron una bombona de oxígeno, que explotó y provocó la tragedia.

Mientras tanto, crece la ira en el país, especialmente entre las familias de las víctimas. La controversia política hace estragos en el Parlamento, y se multiplican las acusaciones de negligencia y corrupción que alcanzan a los más altos funcionarios del gobierno. El primer ministro, Mustafa al-Kadhimi, pidió que se declare un luto nacional y subrayó: “Lo que ocurrió en Nasiriya representa una herida profunda en la conciencia de todos los iraquíes". A continuación, ordenó la detención del director provincial del área de salud, del jefe de Defensa Civil y del director del hospital.

Los equipos de socorristas utilizaron una pesada grúa para retirar los restos carbonizados del pabellón Covid incendiado, mientras los familiares observaban la escena, impotentes y desesperados. Al menos dos docenas de cuerpos están carbonizados y sólo pueden ser identificados mediante pruebas de ADN. "La mayoría de los pacientes ingresados -explica el Dr. Aws Adel- estaban conectados a respiradores y no podían moverse. Pero los médicos y las enfermeras lograron escapar". Un médico del hospital fue entrevistado por Reuters: bajo condición de anonimato, confirmó que el hospital carece de sistemas de seguridad, y ni siquiera cuenta con un sistema de extinción de incendios para apagar las llamas. "Nos quejamos muchas veces en los últimos tres meses", concluyó el médico. Sabían "que una tragedia similar podría suceder en cualquier momento, incluso por una simple colilla de cigarrillo".