Nagasaki, aniversario de la bomba atómica: ‘Preocupados por la guerra fría entre EEUU y China’
En un mensaje para conmemorar el aniversario a principios de agosto, monseñor Takami, presidente de la Conferencia Episcopal Japonesa, enumera las amenazas más graves para la paz en la actualidad: desde las violaciones de los derechos humanos en Myanmar y Afganistán hasta las disparidades entre los países ricos y pobres en la lucha contra el Covid-19. Nuevo llamamiento al gobierno de Tokio para que ratifique el Tratado de la ONU que prohíbe las armas nucleares.
Nagasaki (AsiaNews) - En los próximos días, Japón se prepara para conmemorar el triste aniversario de los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki, que tuvieron lugar el 6 y el 9 de agosto de 1945. Como todos los años, la Iglesia católica de Japón invita a los fieles a vivir esta fecha dedicando 10 días a la oración por la paz. Para la ocasión, el arzobispo de Nagasaki, monseñor Mitsuaki Takami, quien también preside la Conferencia Episcopal Japonesa, ha difundido un mensaje en el que invita a repasar las amenazas más graves que se ciernen hoy sobre la paz: desde la "nueva guerra fría" entre China y Estados Unidos hasta las violaciones de los derechos humanos en Myanmar y Afganistán, pasando por el sufrimiento de los refugiados y las disparidades entre países ricos y pobres en la lucha contra el Covid-19. Por último, reitera su llamamiento al gobierno de Japón para que ratifique el Tratado de la ONU sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, que entró en vigor el 22 de enero. A continuación, nuestra traducción del mensaje de Monseñor Takami.
"Proteger toda la vida" fue el tema de la visita del Papa Francisco a Japón en noviembre de 2019. Y mientras volvemos a celebrar los 10 Días de Oración por la Paz de este año, reflexionando, rezando y obrando a favor de ella, quiero compartir con ustedes mi convicción de que proteger cada vida es el camino hacia la paz.
Además de los conflictos armados y el sufrimiento de los refugiados en todo el mundo, hoy en día se libra una "nueva guerra fría" entre Estados Unidos y China, con importantes repercusiones negativas en la estabilidad económica y política de la comunidad internacional. Debemos esperar firmemente que las naciones continúen esforzándose pacientemente para construir mejores relaciones. Además, a pesar de que el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares entró en vigor el 22 de enero, las potencias nucleares y las naciones que, como Japón, están bajo el "paraguas nuclear" afirman que este documento es irrealizable y, por tanto, se niegan a ratificarlo.
Creo que Japón, la única nación que ha sufrido las consecuencias de los bombardeos atómicos, debería ser uno de los primeros países en ratificar el tratado. Rezo para que muchas naciones que no poseen armas nucleares lo hagan, de modo que las potencias nucleares se sientan presionadas a ratificarlo, pues los enfrentamientos entre estados y las armas de destrucción masiva amenazan la paz. En países como Myanmar y Afganistán, los derechos humanos son ignorados por los regímenes opresores y la gente se ve obligada a vivir sin paz. ¿Sacrificaremos a las personas en aras de la seguridad nacional y la prosperidad?
Más de 189 millones de personas se han contagiado por la pandemia de coronavirus, y a mediados de julio los muertos eran más de cuatro millones. Las personas que pasan necesidades son imposibles de enumerar. Lamentablemente, no solo los enfermos y los que se dedican a atenderlos sufren la discriminación y los prejuicios; incluso los profesionales de la salud los padecen. Los países más pobres quedan en último lugar en la distribución de las vacunas, lo que aumenta el riesgo para la vida y el malestar social.
Todos estamos sufriendo. Los países ricos deben comprender, ayudar y apoyar a aquellos pobres. Puesto que dependemos de innumerables personas para vivir, debemos proteger no sólo nuestra propia vida, sino también la de los demás. Y para ello, debemos compartir el espíritu del Documento sobre la Fraternidad Humana para la paz en el mundo y la vida, firmado por el Papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar el 4 de febrero de 2019, y la encíclica "Fratelli Tutti" del pontífice, fechada el 3 de octubre de 2020. Debemos respetar la dignidad de la vida de todos los pueblos y profundizar en la confianza mutua, como hermanas y hermanos.
Independientemente del contexto natural o social, nuestra prioridad debe ser la protección de toda la vida. Si hacemos esto, es factible que construyamos la paz. Y la vida es mucho más que la vida individual: debemos recordar que nuestras vidas están interconectadas. Así que proteger esas relaciones también protegerá la vida de los individuos. La paz es ese estado en el que la vida de las personas se realiza, hay armonía y toda la vida está colmada de alegría.
* Arzobispo de Nagasaki
Presidente de la Conferencia Episcopal de Japón
07/08/2018 12:06
06/08/2020 11:25