Murió el camarada Duch, el único Jemer Rojo que pidió perdón
Duch, cuyo verdadero nombre es Kaing Guek Eav, se había convertido al cristianismo a fines de los año ‘90. Bajo el poder de los Jemeres Rojos fue director de la prisión de Tuol Seng, donde al menos 12.000 personas fueron asesinadas por las torturas, privaciones y ejecuciones sumarias. En el 2012 fue condenado a cadena perpetua por el tribunal internacional de la ONU.
Phnom Penh (AsiaNews) – El camarada Duch, uno de los líderes de los Jemeres Rojos, acusado de crímenes de lesa humanidad, murió esta mañana a las 5, en el Khmer Soviet Friendship Hospital. Estaba enfermo desde hacía varios años. Duch (su nombre de batalla, su verdadero nombre era Kaing Guek Eav), estaba descontando una pena perpetua luego de recibir la sentencia emitida en el 2012 por un tribunal internacional de la ONU. Cabe destacar que es el único de los Jemeres Rojos que pidió perdón por sus crímenes, luego de convertirse al cristianismo.
El camarada Duch estuvo a cargo de la prisión de Tuol Seng (identificada con el código S-21). Allí, durante el régimen de los Jemeres Rojos (1975-1979), cerca de 12.000 personas fueron asesinadas por torturas, penurias o ejecuciones sumarias. Se calcula que cerca de 2 millones de personas murieron en Camboya en nombre de la “revolución cero” impulsada por Pol Pot, el líder supremo de la organización maoísta.
Militares del viejo régimen, opositores, intelectuales y gente común y corriente fueron obligados a dejar la ciudad y a trabajar en los arrozales. Las plantaciones de arroz se convirtieron en los verdaderos “killing fields” (campos de ejecución), en nombre de la construcción de una “nueva” sociedad comunista.
Duch murió a los 77 años. De adulto trabajó como docente de matemática. Ingresó al Partido Comunista y posteriormente se unió a los Jémeres Rojos. En 1975, cuando la organización tomó Phnom Penh, él devino director de Tuol Sleng, que hoy funciona como museo y muestra los horrores de los Jémeres Rojos (foto 2). En 1979, una invasión vietnamita expulsó a los Jemeres Rojos, y Duch y el resto de la cúpula del jémer huyeron a la frontera con Tailandia. Usando un nombre falso, vivió allí hasta 1999, cuando fue reconocido. Diez años después, un tribunal de la ONU lo condenó a 30 años de prisión. En el 2012, luego de un proceso de apelación, fue condenado a cadena perpetua.
En el 2010 procesaron a otros 4 líderes de los Jémeres Rojos: Khieu Samphan, ex jefe de Estado; Ieng Sary, Ministro de Relaciones Exteriores; Ieng Thirith, esposa de Sary y Ministro de Asuntos sociales; Nuon Chea, ideólogo del régimen, cuyo apodo era “hermano número 2”. Pol Pot, el sanguinario dictador, más conocido como el “hermano número 1” murió el 15 de abril de 1998, y jamás respondió por las atrocidades cometidas. De todos los líderes, Duch fue el único camarada que admitió sus culpas y pidió perdón a los familiares de las personas asesinadas.
Para Duch, la toma de conciencia de los crímenes cometidos y el pedido de perdón surgieron tras un largo camino iniciado en 1996, cuando abrazó el cristianismo tras trabar amistad con un pastor protestante en una aldea cercana a Battambang. Luego de escuchar los sermones del reverendo Christopher Lapel, el ex jefe de la prisión S-21 - que mantenía oculta su identidad y se hacía llamar Hang Pin – pidió el bautismo. “Cambió totalmente luego de abrazar a Cristo – cuenta el rev. Christopher, en una entrevista de 1999, publicada recientemente por Time. Pasó del odio más profundo al amor. Decía que de niño y en su juventud, jamás había recibido amor. Cuando se convirtió a Cristo, el amor desbordó su corazón”.
En aquella época, el pastor Lapel, que perdió varios amigos y familiares en la prisión S-21, había solicitado no alimentar sentimientos de odio “por la única persona que ha confesado su rol en la máquina de la muerte” ideada por los fanáticos de la revolución maoísta.
22/09/2022 13:57
16/11/2018 10:52