Murió Filaret, Metropolitano de Minsk y protagonista del renacimiento ortodoxo
Tenía 85 años. Estuvo hospitalizado durante un mes, enfermo de Covid-19. Estaba en el grupo de los "jerarcas breznevianos". En su cargo de obispo, se desempeñó como agente de la KGB, con el nombre secreto de "Ostrovskij". Revivió los estudios teológicos, la catequesis, la formación del clero, el diálogo ecuménico e interreligioso. En los últimos años de su ministerio mantuvo una estrecha colaboración con el arzobispo católico mons. Tadeusz Kondrusiewicz.
Roma (AsiaNews) - A los 85 años, murió el Metropolitano de Minsk, Filaret (Vakhromeev), uno de los jerarcas más autorizados de la Iglesia Ortodoxa Rusa en los últimos 50 años. El hombre falleció en un hospital de Minsk a causa del coronavirus. El vocero ortodoxo, el protoierej Aleksandr Šimbalev, recordó que el anciano prelado había estado hospitalizado durante casi un mes luego de contraer Covid-19, al que parecía ser capaz de superar.
Filaret nació en Moscú en 1935 y entró al seminario en 1953, el año de la muerte de Stalin. Fue ordenado sacerdote en 1961 por el entonces Patriarca Aleksej I. Sólo cuatro años más tarde, en 1965, fue consagrado obispo y se unió al grupo de "jerarcas breznevitas", a quienes se les pidió que representaran los intereses de la política soviética en el mundo eclesiástico nacional e internacional. El joven obispo sirvió en Berlín, convirtiéndose también en exarca patriarcal para Europa Central y luego para Europa Occidental. También presidió durante ocho años el Departamento de Asuntos Eclesiásticos Externos del Patriarcado de Moscú. Como todos los miembros de alto rango del clero ortodoxo de ese período, era un agente activo de la KGB, y su nombre secreto era "Ostrovsky".
En 1978 Filaret llegó a Bielorrusia y se convirtió en el metropolitano, permaneciendo como jefe del exarcado de Minsk durante 35 años. Guió espiritualmente al país en los años de independencia tras el fin de la URSS, comprometiéndose a fondo con su renacimiento religioso. En 1989 reabrió el seminario de Minsk. En el pasado había apoyado al Presidente Aleksandr Lukashenko en la defensa de los intereses del país, y en 2006 fue premiado con la distinción de "héroe de Bielorrusia".
Su nombre figuró dos veces en la terna de candidatos a patriarca de Moscú. La última vez fue en 2009. En esa ocasión se enfrentó al actual patriarca Kirill (Gundjaev), pero en la última ronda antes de la votación, renunció para favorecerlo Se retiró en 2013, y desde entonces no habló en público, ni siquiera en el último accidentado año de protestas.
Desde la década del ‘90, Filaret encabezaba la Comisión Bíblica Sinodal y muchas otras instituciones de la Iglesia rusa para la reactivación de la catequesis, los estudios teológicos, la formación del clero y el diálogo cultural y ecuménico. Autor de numerosas publicaciones e discursos en asambleas internacionales, fue sin duda una de las figuras más carismáticas de la ortodoxia rusa. Fue amado por sus fieles y por los bielorrusos pero también fue capaz de entablar excelentes relaciones con católicos y protestantes, judíos y musulmanes. En los últimos años de su ministerio mantuvo una estrecha colaboración con el arzobispo católico, mons. Tadeusz Kondrusiewicz.
El lema favorito de Filaret era "permanecer firme en la fe" y lo repetía a menudo en homilías y entrevistas. Refiriéndose a su propia experiencia en los difíciles años soviéticos, enseñó a "formar en el alma una base espiritual, en torno a la cual hacer crecer la personalidad, el carácter y los gustos personales, a fin de llegar a una comprensión de los acontecimientos y estar siempre dispuesto a dar una respuesta de fe".
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