Moscú, los rostros de Stalin y Putin desaparecen de la iglesia de la Victoria. Pero hay mucho más para ver (Fotos)
Se celebra la conclusión de las obras de la Iglesia de las Fuerzas Armadas, dedicada a la Resurrección de Cristo. La inauguración, aplazada hasta después del Covid-19. El rostro de Stalin, sustituido por una leyenda que ensalza la Victoria. En lugar del rostro de Putin, un icono. Hay quien define la obra como un ejemplo de “paganismo monumental”.
Moscú (AsiaNews) - El 13 de mayo, al “promediar Pentecostés” (25 días después de Pascua), en la catedral de la Resurrección de Cristo, como se designa a la gran iglesia de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa, se celebró un moleben de acción de gracias por la finalización de las obras del edificio. En estos días de la Victoria (por la conmemoración del fin de la guerra de 1940-1945) estaba prevista la inauguración, pero a causa del coronavirus, se aplazó a un futuro próximo.
El obispo de Klinsk Stefan (Privalov), presidente del Departamento sinodal para la pastoral de las Fuerzas Arnadas y los órganos de seguridad pública, y párroco de la catedral patriarcal, presidió el evento. En la liturgia, participaron el viceministro de Defensa, el Gral. Andrej Kartapolov, junto al otro viceministro, el Gral. Timur Ivanov. Al término de la ceremonia, el obispo Stefan dio las gracias por la obra realizada por los obreros del ejército, benefactores y decoradores de la iglesia.
Con sorpresa, se percataron de que en las decoraciones habían sido quitadas las imágenes de Josef Stalin y Vladimir Putin, que habían dado pie a muchas discusiones.
Del mosaico dedicado a la Victoria en la Gran Guerra Patriótica (la Segunda Guerra Mundial) desapareció el rostro de Stalin, que, sobre un estandarte, se destacaba de la multitud de vencedores. En lu lugar, colocaron un cartel con la leyenda “Alzamos el estandarte de la Victoria sobre Berlín”, que fue preparado en 1945 por el artista Viktor Ivanov.
Del fresco que representa la anexión de Crimea en el 2014, desaparecieron el rostro de Putin, el del ministro de Defensa Sergej Shojgu, el del gobernador de Crimea, Sergej Aksenov, y el de muchos jerarcas vinculados a ellos. El lugar del presidente fue ocupado por un icono, y en vez de sus subalternos, dieron forma a dos sacerdotes. En la imagen se había incluído el eslogan “Krym nash!” (¡Crimea es nuestra!), el grito exultante de Putin en aquél 18 de marzo de 2014, día de la victoria en el referéndum crimeo (que se desarrolló bajo el control de los militares rusos). En su lugar, colocaron una frase más neutral: My vmeste! (¡Estamos unidos!).
A pesar de la remoción de los detalles, el presidente del consejo artístico para la construcción de la iglesia, el protoierej Leonid Kalinin, insistió en que los retratos de Stalin y Putin debieran estar en la iglesia: “me parece que más allá de la ola de críticas, vemos una enorme iglesia, bellísima, que celebra la memoria de los héroes, en honor de la gran Victoria. Esto vale mucho más que esos pequeños fragmentos de mosaico (teniendo en cuenta el volumen total de la iglesia) que han causado tanto estruendo”. El Gral. Kartapolov subrayó que “Stalin restauró la religión en Rusia”.
Las polémicas también se centraron en los costos de la obra: según el Ministerio de Defensa, el edificio costó alrededor de 75 millones de euros (seis millardos de rublos), la mitad fue ofrecida por los “benefactores” rusos; la otra mitad, procurada por el gobierno de Moscú y de la provincia de Moscú. El Padre Leonid aseguró que “el metal, el vidrio y el talento fueron proporcionados de forma casi gratuita, por pocos kópecs. Las personas que trabajaron, hicieron todo para la gloria de Dios”.
Cristo y la espada
Es probable que aunque se hayan eliminado los rostros de Stalin y Putin, las decoraciones igualmente sigan despertando numerosas críticas, por la ambigüedad del entramado entre operaciones militares y devoción.
En su blog, el diácono Andrej Kuraev habló de un “paganismo monumental”. Él ataca especialmente el fresco titulado “Ayuda del icono”, en el cual la sagrada imagen de la Madre de Dios llega escoltada por los ángeles para sostener los esfuerzos del fuego antiáereo con sus ametralladoras.
La escena llamada “Los que conquistaron Berlín” representa un ángel protector colocado directamente sobre el estandarte de la Victoria. San Miguel Arcángel con la espada, que encabeza las legiones celestiales y terrestres, aparece acompañado por San Nicolás con el Evangelio, y San Serafín, con la cruz.
Luego hay santos que desenvainan la espada, y hasta un Cristo que la maneja. No menos inquietantes resultan otras imágenes, que involucran el Calvario, a lo santos y a la Virgen, en eventos bélicos y en los triunfos ruso-soviéticos. La Madre de Dios, en una total identificación pagana con la Madre Tierra, conserva el fuego de los héroes en su vientre.
En su aspecto exterior, la iglesia evoca un misil nuclear. Sus medidas recuerdan algunas fechas importantes de la historia rusa. El diámetro del tambor de la cúpula es de 19,45 metros (año de la victoria sobre el nazismo); el campanario tiene 75 metros de altura (como los años de la Victoria); la cúpula inferior, tiene 14,18 metros, para recordar los 1418 días de guerra, que para los soviéticos se prolongó desde 1941 hasta 1945, ya que en un principio quedaron a salvo del conflicto por el pacto de no-agresión con Hitler, del año 1939. Sobre las escalinatas de ingreso, siguiendo la propuesta del ministro de Defensa, Sergej Shojgu, se montarán fragmentos de armas de la Wermacht.
Al término de las obras, se difundieron algunos vídeos con una “visita virtual” a la iglesia, de los cuales hemos tomado las imágenes para esta nota.
25/07/2020 08:00
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