Moscú, la Fiesta de Eid-al-adha y la fiesta del inicio lectivo
Se ha dado gran espacio a las comunidades musulmanas, aún cuando ciertos sectores sociales querían privilegiar la fiesta civil del “Día del Conocimiento”, de origen soviético. En la capital hubo encuentros que congregaron a 200.000 musulmanes (con un despliegue de 13.000 policías) en los cuales no se registró ningún incidente. Los pasos legales para que la catedral de San Pedro y San Pablo sea restituida a los católicos.
Moscú (AsiaNews) – El primero de septiembre pasado, en Rusia también se celebró, de manera destacada, la Fiesta islámica del Sacrificio, a la cual los árabes denominan id-al-adha, y que los rusos –siguiendo la tradición otomana- llaman la de kurban-bairam. En la misma se conmemora el sacrificio de Ismael, acto de sumisión a Dios por excelencia, que en el calendario es recordado todos los años en el mes lunar de Dhu I Hiija, y que este año coincide con el 1ero de septiembre en el calendario gregoriano. El mismo día, en el país se dio comienzo al ciclo lectivo, celebrado como el “Día del conocimiento”. La coincidencia de ambas fiestas ha generado en Rusia una serie de debates públicos bastante candentes.
Ha de decirse que, de hecho, Rusia es un país donde la gran mayoría de la población es de credo ortodoxo, reconquistado luego del “siglo ateo”, y reforzado por la inclinación de la política rusa a utilizar el factor religioso como principal punto de apoyo de la ideología patriótica. Pero también ha de ser recordado que, simultáneamente, la historia imperial de Rusia ha reunido, bajo la principal etnia, la eslava, a un gran número de pueblos de Oriente y de Occidente, con sus tradiciones y religiones.
La misma ley que rige sobre la libertad religiosa, en su preámbulo, afirma que la religión principal de Rusia es la Ortodoxia, y por debajo de ésta se distinguen otras cuatro religiones tradicionales: el islam, el budismo, el judaísmo y el cristianismo, entendiendo bajo esta última denominación, a la vez que haciendo una curiosa distinción, las confesiones protestantes y católica. De todas éstas, la comunidad musulmana es de lejos la más numerosa y significativa, y su relación con las autoridades estatales resulta ser muy simétrica a la del mismo patriarcado ortodoxo.
Religiosos y laicos
No ha de sorprender, por lo tanto, que el primero se septiembre haya habido cierta tensión en torno a qué debía celebrarse: si la fiesta por motivos religiosos, no obstante propia de una minoría, o la fiesta civil, una fecha conmemorativa que tiene sus raíces en la era soviética, muy amada por los rusos. El debate, que subrayaba la prioridad de los valores “laicos”, ha generado cierta incomodidad en las corrientes nacionalistas más encarnizadas, que desde hace años vienen sosteniendo cuán principal es la importancia de los valores religiosos. Para salir del impasse, el partido liberal-nacional de Žirinovskij ha propuesto que a cada región (en Rusia hay 89 regiones) le sea otorgada la facultad de sustituir el Día del Conocimiento, en función de las particularidades de la cultura y de las tradiciones locales, pero el Ministerio de Educación se opuso a la idea.
Las dos fiestas, por ende, se superpusieron, dando lugar a situaciones bastante curiosas: una escuela de Moscú, que se encuentra ubicada al lado de la mezquita de Sobornaja, trasladó la fiesta del alumnado al día 4 de septiembre. Las regiones donde la mayoría de la población es musulmana han declarado el día 1ero de septiembre como fecha festiva para todas las actividades; lo mismo ha sucedido en Tartaristán, Daguestán, Ingusetia, Adeja, Baskortostán y Chechenia, que son las principales zonas de tártaros y pueblos afines. En efecto, la mayoría de los musulmanes que viven en Rusia tienen sus orígenes en la conversión de algunos de los principales kanes tártaros durante el siglo XVI, cuando las tribus turco-asiáticas dominaban el país entero. El mismísimo Gengis Kan, creador del Imperio tártaro-mongol, fue muy ecuménico con respecto a la religión (él mismo, probablemente, tuvo un bautismo nestoriano), y el contacto de sus sucesores con el mundo islámico provocó la conversión de la parte más occidental de los varios kanatos de la época medieval más tardía.
La Fiesta de Eid en Crimea y en Moscú
Otro territorio dominado a lo largo de la historia por los tártaros es Crimea, que fue étnicamente “limpiada” por Stalin en 1944 y que luego fue “reconquistada” por Putin a raíz del conflicto con Ucrania. En la pequeña península, la composición tártaro-musulmana sigue siendo significativa. Aquí las autoridades han tomado una decisión que resulta curiosa, declarando el 4 de septiembre día festivo para toda la población. De esta manera, la fiesta del Sacrificio ha sido respetada, pero sin recortar el espacio que se ha brindado a las manifestaciones académicas.
En Moscú, de todos modos, para el Kurban-Bairam, la comunidad musulmana ha festejado a lo grande: en las oraciones en las mezquitas y en las plazas han participado más de 200.000 personas, custodiados por 13.000 policías, sin que se registrara ni un solo accidente. El mismo presidente Vladimir Putin ha felicitado públicamente a los musulmanes rusos por esto, recordando que “la integridad de la Umma siempre ha sido, y siempre será, un firme fundamento para la construcción del diálogo nacional e inter-religioso, necesario para el cumplimiento de las principales tareas en pos del desarrollo del país. Es alentador ver que este enorme potencial se encarna en importantísimos proyectos educativos, formativos y culturales, para el bien de la paz, de la concordia en la sociedad”.
Una iglesia para los católicos
Para el conforto no sólo de los musulmanes, sino también de la minoría católica que reside en Moscú, en estos días los representantes de la Comuna de la capital han prometido a los católicos que resolverán por una vía extra-judicial las cuestión de la restitución de la catedral de San Pedro y San Pablo. Situada en el centro de Moscú, la iglesia fue transformada en un edificio de oficinas y gimnasio, y desde 1992 los católicos reclaman que ésta sea restituida. De concederse la restitución de la misma, los católicos pasarían a disponer de tres iglesias, puesto que a ésta se sumarían las de San Luis de los franceses (la única que permaneció abierta durante la época soviética) y la de la Inmaculada Concepción, construida por la comunidad polaca y que actualmente funciona como catedral. En relación a las 4 grandes mezquitas moscovitas, y a cientos de “centros culturales” islámicos, la comunidad católica de Moscú también podría ofrecer su contribución para una reconciliación y un crecimiento espiritual del país.
17/12/2016 13:14
02/05/2017 13:54