Moscú y los drones de Teherán contra Israel

de Vladimir Rozanskij

Archivada la histórica amistad entre Putin y Netanyahu, el cambio en las relaciones ruso-israelíes no comenzó el 7 de octubre de 2023, sino cuando Israel empezó a apoyar abiertamente a Ucrania, más de un año antes. Y en el eje Moscú-Teherán-Beijing, las cuestiones de Oriente Medio son tanto simbólicas como prácticas.

Moscú (AsiaNews) - Mientras Irán ataca a Israel con cohetes y aviones no tripulados, el representante de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzya, hace un llamamiento a la comunidad internacional para que condene "las acciones ruines de Israel" por los ataques a la embajada iraní en Damasco. No es el primer caso en el que la Rusia de Putin se pone del lado de los adversarios de Israel en los últimos años, después de que las clásicas acusaciones soviéticas contra la "beligerancia israelí" parecieran haber quedado en el pasado. Junto a Irán y Rusia se cierne también la sombra de China, en una "triple alianza" que parece consolidarse no sólo en las acusaciones contra el gobierno de Israel, sino a nivel de estrategias militares y geopolíticas globales.

El cambio en las relaciones entre rusos e israelíes fue comentado en The Moscow Times por Zeev Khanin, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Bar-Ilan, la segunda institución académica más importante de Israel. Recuerda que Nebenzja ya había declarado varias veces que "Israel no tiene derecho a la autodefensa" como "fuerza de ocupación" contra Gaza y los palestinos, y esto "sólo puede ser una manipulación diplomática consciente, desde luego no un malentendido o falta de información histórica". La propaganda de Putin vuelve a la narrativa soviética sobre el "proyecto colonial del Estado de Israel" contra la población árabe local, que por lo tanto tiene derecho a luchar con cualquier método y arma. Y esta propaganda neosoviética "hace cosquillas y reaviva las posiciones minoritarias de la ultraizquierda occidental".

El punto de inflexión no comenzó el 7 de octubre de 2023, según el experto en conflictos postsoviéticos, sino el 24 de febrero de 2022, "cuando Israel apoyó abiertamente a Ucrania, aunque oficialmente no aplicó las sanciones occidentales". Parecía que esto no conduciría a una ruptura de relaciones, dada también la amistad histórica entre Putin y Netanyahu, aunque la coordinación entre Moscú y Jerusalén en las operaciones en Siria, que se venía desarrollando positivamente desde hacía años, se redujera ahora al mínimo. Mientras que la alianza con Irán, ahora cada vez más operativa, también es evidente en el plano militar para el conflicto en Ucrania, y Hamás aparece ahora como un satélite de los iraníes. Según Khanin, Rusia "va a remolque de Irán incluso en sus críticas a Israel, para las que no tiene ninguna necesidad real". Si el conflicto palestino-israelí escalara hasta convertirse en un conflicto abierto con todo el mundo árabe, Rusia no ganaría nada con esta escalada.

Todos los comentaristas hablan ahora abiertamente de una "Tercera Guerra Mundial", un conflicto entre el "Norte Global" y el "Sur Global" en varios frentes, y Rusia aspira al papel de líder del Sur Global, junto con China e India. Las cuestiones del Medio Oriente son, entonces, tanto simbólicas como prácticas, y Moscú necesita hablar y actuar con más autoridad y dureza que China, que también apoya una propaganda similar contra Israel y sus aliados, pero con más cautela y sin quemar sus puentes con nadie. Zeev Khanin no cree la versión de que Rusia ayudó a organizar el atentado de Hamás contra Israel, pero desde luego "intenta sacar el máximo provecho".

Si no hubiera estallado la guerra de Gaza, recuerda el experto, casi con toda seguridad "los príncipes de Arabia Saudí habrían estrechado la mano de Netanyahu, poniendo fin para siempre al conflicto árabe-israelí y estableciendo relaciones diplomáticas entre Riad y Jerusalén", con una gran alianza Estados Unidos-Israel-Arabia Saudí. Por eso se ha formado hoy la contra alianza Moscú-Teherán-Beijing, que repite en todas las latitudes su denuncia del "monopolismo estadounidense", contrarrestada por una "visión multipolar del mundo". En realidad, los tres aliados persiguen cada uno sus propios intereses y tratan de agregar a sus propios vasallos; dos son potencias nucleares, Irán está a punto de serlo, utilizan las armas de la economía (especialmente Beijing) de diferentes maneras, y la evolución "multipolar" podría deparar muchas sorpresas en un futuro próximo.