Moscú quiere que Astana se disculpe por la yurta de la discordia en Buča

de Vladimir Rozanskij

Se acusa a las tropas rusas de crímenes de guerra en la localidad ucraniana. Los kazajos responden al Kremlin que se trata de una iniciativa privada. Los nacionalistas rusos tienen la mira puesta en el norte de Kazajistán, donde se concentra una comunidad de habla rusa. La yurta para burlarse de Putin.

Moscú (AsiaNews) - En una iniciativa apoyada por la embajada de Kazajistán en Ucrania, las autoridades instalaron en la plaza central de la ciudad ucraniana de Buča la "Yurta de la inquebrantabilidad", una típica tienda o carpa nómada de Asia central donde se ofrece arroz "plov", té y dulces para reponer fuerzas y entrar en calor. También se pueden recargar los celulares y se cantan canciones populares, especialmente en estos días de temperaturas bajo cero.

La iniciativa, una inocente instalación folclórico-humanitaria, está provocando reacciones cada vez más resentidas de Moscú, con notas amenazantes enviadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores que las autoridades de Kazajistán intentan eludir hablando de una "iniciativa local" no organizada directamente por Astana.

La ciudad de las afueras de Kiev, escenario de trágicos enfrentamientos y masacres públicas, constituye un tema muy sensible para los rusos debido a las imágenes que se difundieron en todo el mundo de pacíficos habitantes salvajemente asesinados y diseminados en las calles. Según Moscú, sólo sería una farsa de la propaganda rusófoba ucraniana. Por eso la portavoz de la Cancillería, Maria Zakharova, exigió un "comentario oficial" de Kazajistán para tomar distancia de la Yurta, que se considera una especie de afrenta a Moscú.

La respuesta del representante kazajo Ajbek Smadjarov es un típico ejemplo de "astucia oriental", donde explica que la Yurta es una "iniciativa de empresas privadas kazajas, que no podíamos prohibir... lo hicieron todo ellos mismos y no vimos nada de malo. La yurta es una vivienda tradicional de los nómadas, se puede montar y desmontar rápidamente y es ecológicamente excelente”. Los kazajos consideran que "no es necesario hacer ningún comentario al respecto y, en cualquier caso, nosotros estamos orgullosos de todas las yurtas que puede haber en el mundo".

Kazajistán, por otra parte, ha estado tratando de mantener una posición neutral desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania, aunque con expresiones abiertamente críticas como las del presidente Tokaev, manifestadas directa y públicamente al "gran hermano" Putin. Astana no puede tomar partido demasiado abiertamente a favor de Kiev debido a la fuerte dependencia de Moscú en muchos sectores y para mantener su línea política "multivectorial", como reiteradamente ha afirmado toda la dirigencia política kazaja.

Sin embargo la integridad territorial de los países es fundamental para Kazajistán, donde las tensiones con Rusia por las regiones fronterizas siguen siendo muy elevadas, en una situación muy similar a la de Ucrania. De hecho, las críticas de Tokaev se referían al no reconocimiento de las repúblicas ocupadas y anexadas, empezando por Crimea, más que a las operaciones militares en cuanto tales. Por eso la yurta "inquebrantable" ha terminado adquiriendo un significado mucho más simbólico que la festiva "acogida nómada", un signo de la presencia de "hombres libres" en el territorio. Precisamente el significado de "kazajos" y el equivalente local de "cosacos".

Al principio, la yurta parecía ser sólo una de las muchas manifestaciones que se organizan en las calles durante las fiestas de Año Nuevo, pese a la dramática situación de la guerra en curso. Pero las protestas rusas produjeron el efecto de atribuirle un significado político a las tiendas kazajas, un "triunfo moral" de la alianza euroasiática antirrusa. Las canciones ucranianas y kazajas de la Yurta ahora se entremezclan sistemáticamente con estribillos contra Putin, con tonos irónicos más que polémicos, como el simple "¡Putin - la-la-la!" para señalar las palabras vacías del dictador del Kremlin, que hieren más al agresor que los misiles Himars estadounidenses.

El grito de desafío y burla no es sólo una reacción espontánea del pueblo, sino una cita histórica. En 1934 los jerarcas de la Alemania nazi se enfurecieron cuando los emigrantes judíos en Estados Unidos organizaban marchas para burlarse de Hitler, y exigieron una disculpa oficial de Washington. Tal como pretenden ahora los dirigentes rusos de parte de Astana frente a la Yurta del nuevo año 2023, a la que ya no solo se considera "inquebrantable", sino también "piedra angular" de un mundo nuevo.