Mons. Pietro Jin Lugang, de Nanyang, y el dilema de la Asociación Patriótica. Una aclaración
El obispo subterráneo, que fue reconocido por el gobierno el 30 de enero pasado, ha buscado una vía para no pertenecer a la Asociación Patriótica e incluso ha pedido perdón al Papa por este paso. Una mirada a la vida de los obispos y sacerdotes subterráneos y un ejemplo para aquellos oficiales. Nanyang es una antigua misión del PIME (Instituto Pontificio de Misiones Extranjeras).
Hong Kong (AsiaNews) – Mons. Pietro Jin Lugang, que el 30 de enero pasado fue reconocido por el gobierno como obispo coadjutor de Nanyang (Henan), ha hecho de todo para no pertenecer a la Asociación Patriótica (AP), cuyo estatutos “con inconciliables” con la doctrina católica, y por ello incluso ha perdido perdón al Papa. Es lo que surge de las palabras del Pbro. Sergio Ticozzi, un misionero del PIME y experto en China, que conoce personalmente a Mons. Jin y a la comunidad de Nanyang. El testimonio de este obispo constituye un ejemplo para otros obispos, que quizás asumen con demasiada ligereza los cargos en la AP y en la política china. Incluso más, su caso confirma que en este momento, Beijing aún sigue exigiendo que el reconocimiento gubernamental pase a través de la pertenencia a la AP, a diferencia de cuanto afirman ciertas fuentes católicas. Al mismo tiempo, el caso de Mons. Jin muestra los intentos de hallar vías de salida a esto, intentos que muy probablemente se deban al hecho de que lo conocen y a la estima que las autoridades locales guardan por el obispo.
Siendo que a nivel personal, desde 1980 mantengo contacto con la Diócesis de Nanyang, donde los cohermanos del PIME han trabajado incluso desde antes del advenimiento del gobierno comunista, me siento en el deber de hacer algunas aclaraciones sobre la reciente toma de posesión oficial de Mons. Jin Lugang, para evitar interpretaciones indebidas.
El acontecimiento debe ser enmarcado en un contexto histórico amplio, y no limitarse meramente al presente. El problema de la oficialización del clero ‘clandestino’ en Nanyang ha sido tomado en consideración por Mons. Pedro Jin Lugang (nacido en 1956 y ordenado obispo en el 2007) y por ocho sacerdotes oficiales, al menos en los últimos tres años. A título personal, desde la década del ’80 he mantenido contactos con la diócesis de Nanyang, donde los cohermanos del PIME trabajaron incluso antes del advenimiento del gobierno comunista.
La situación de estos sacerdotes es particular: no eran clandestinos, en el sentido literal del término, porque trabajaban abiertamente en iglesias conocidas por todos, pero tampoco eran ‘oficiales’ porque no adherían a la Asociación Patriótica. Las autoridades locales los dejaban trabajar, pero sobre todo en los últimos años, ejercieron fuerte presión para que se registrasen oficialmente, amenazándolos con no permitirles ejercer su ministerio público y con mandarlos a casa como particulares. Ellos sintieron profundamente este dilema, que devino un problema de conciencia: estaban dispuestos a registrarse con las autoridades de gobierno pero sin tener que pasar a través de la Asociación Patriótica, condición que oficialmente constituye un requisito. Intentaron varias vías de salida. Algunos presentaron su solicitud de registro en términos algo ambiguos, reconociendo la existencia y el rol de la Asociación Patriótica, aunque sin una adhesión explícita a ella. Al final, de manera consensuada y junto a Mons. Jin, acudieron a la oficina de la Administración estatal de Asuntos Religiosos, afirmando claramente que se registraban a través de la Asociación Patriótica, aunque sin convertirse en miembros de ella, dado que no aceptaban sus principios ni pretendían participar en sus actividades. A principios del 2017, el pedido de los ocho sacerdotes fue aceptado, por lo cual ahora pueden ejercer su ministerio en paz. La solicitud de Mons. Jin no fue aceptada. Las autoridades locales continuaron ejerciendo presión sobre él, insistiendo en que volviese a presentar la solicitud. Lo hizo más de una vez, porque las autoridades no estaban satisfechas. Fue convocado en varias oportunidades en Zhengzhou, la capital de la provincia de Henan, tanto por las autoridades civiles y religiosas e incluso en Beijing, donde le pidieron concelebrar con un obispo ilegítimo. Pero él se negó.
Luego de que el Santo Padre legitimara a los obispos ilegítimos el 22 de septiembre del año pasado, las autoridades insistieron todavía más para que él enviase otra solicitud. Él volvió a enviarla, subrayando el rol positivo de la Asociación Patriótica como puente entre gobierno y fieles y como garante de las propiedades de la Iglesia, aquellos roles en los que fue aprobada y aceptada. Los términos, obviamente, eran un poco ambiguos. Las autoridades estuvieron de acuerdo y le prometieron la instalación oficial [en la diócesis] antes de la Navidad. Aún así, la honestidad de conciencia del obispo no lo dejaba tranquilo, y humildemente sometió este pedido a la consideración de la Santa Sede: su comportamiento constituye una lección para muchos….
Finalmente, por motivos que desconozco, su instalación oficial fue el 30 de enero, como obispo coadjutor de Nanyang, ya que el anciano Mons. Zhu Baoyu (nacido en 1921 y ordenado obispo en 1985) aún sigue siendo considerado obispo ordinario por parte del gobierno. (Él ya se había retirado en el 2010 y actualmente está en silla de ruedas: tuve un agradable encuentro con él, como viejos amigos, en agosto del año pasado, en un convento de monjas).
Creo que Mons. Jin no tiene intenciones de trabajar en la Asociación Patriótica, pese a que podría aceptar presidir la comisión local de asuntos eclesiásticos, si llegaran a proponérselo. A pesar de su aspecto un poco rústico, admiro indudablemente su fe.
30/01/2019 15:59
07/05/2020 19:27