Mons. Machado: Una crisis ética a nivel mundial, que necesita respuestas de las religiones

de Nirmala Carvalho

En Singapur se llevó a cabo un encuentro de líderes cristianos y taoístas en la catedral de Buen Pastor. Participaron 60 exponentes religiosos. Se reafirma la necesidad de colaborar conjuntamente a futuro, así como la responsabilidad individual orientada a poner fin a la crisis actual de valores humanos.

Bombay (AsiaNews) – Líderes cristianos y taoístas, asiáticos y europeos, se reunieron en Singapur para dialogar sobre la “dimensión ética” en sus respectivos credos religiosos. Al conversar con AsiaNews, Mons. Félix Machado, presidente de la Oficina para el Ecumenismo y los Asuntos inter-religiosos de la Federación de Conferencias episcopales asiáticas (OEIA-FABC), reitera la necesidad de que “la religión responda a la crisis [ética] actual”. Para el arzobispo de Vasai, el encuentro también ha servido para “aprender mucho sobre la rica tradición del taoísmo y sobre la situación de la religión en China”.

El encuentro, titulado “Ética cristiana y taoísta en diálogo” estuvo patrocinado por el Consejo Pontificio para el diálogo inter-religioso, la arquidiócesis de Singapur y la Federación taoísta de Singapur. El evento se desarrolló del 5 al 7 de noviembre en la catedral del Buen Pastor. En las actividades participaron 60 personas (30 cristianos y 30 taoístas) provenientes de China continental, Francia, Suiza, Malasia, Taiwán y Corea del Sur.

Mons. Machado comenta que “se afrontaron varios temas: la crisis de la ética y la esperanza para el mañana; las respuestas cristiana y taoísta a la crisis de la ética; las instituciones sociales y la transformación de la persona humana; el desarrollo espiritual y el cultivo de sí; la ética global y la inter-dependencia de los seres humanos”.

Según el arzobispo, el trabajo desarrollado en la conferencia estuvo caracterizado por “un clima cordial y amigable” que ha permitido “conocer la esencia de ambas tradiciones religiosas”. Al término de las actividades, se reafirmó “la necesidad de colaborar de manera conjunta a futuro; hemos reconocido que la actual crisis de la ética requiere del redescubrimiento de valores universales basados en la justicia social, la ecología integral, la dignidad de la vida humana en cualquier estadio y circunstancia en que se encuentre; afirmamos que nadie puede rehuir de la responsabilidad moral de transformar las injustas estructuras socio-económicas, políticas, culturales, religiosas y judiciales”.