Mons. Kikuchi: En sintonía con el Papa y el card Filoni, para la misión en Japón

de Tarcisio Isao Kikuchi

El obispo de Niigata y presidente de Cáritas Japón comenta en caliente el mensaje papal enviado ayer a los obispos del Japón. Las etapas del viaje del Card. Filoni, que incluirán la visita a Fukushima. Sigue “irresuelta” la cuestión de la relación con el Camino neocatecumenal.

Tokio (AsiaNews) - “El mensaje del Papa es un aliento para todos nosotros”, para “repensar nuestra actitud hacia la misión ad gentes”: el obispo de Niigata y presidente de Caritas Japón comenta a Asia News, en caliente, el mensaje papal que llevó ayer el Card. Filoni y que fue leído frente a todos los obispos japoneses reunidos en la nunciatura, en Tokio. Se aprecia también el valor carismático de los movimientos, si bien sigue habiendo “una cuestión irresuelta con uno de estos movimientos”. Se refiere a los contrastes que se han verificado en el pasado con el Camino neocatecumenal. El Card. Filoni, prefecto de la Congregación para la evangelización de los pueblos, también viajará a Fukushima y a Sendai, para ver las tareas que viene desarrollando la Iglesia en favor de las víctimas del tsunami.

El cardenal prefecto llegó ayer a Tokio, y a última hora de la tarde del domingo tuvo un encuentro oficial con los obispos japoneses, centrado en el mensaje enviado por el Santo Padre, en ocasión de la visita del Card. Filoni a Japón.

La mayoría de los obispos se reunieron en la capilla de la nunciatura sita en Tokio, para recibir el mensaje y dar la bienvenida al Card. Filoni. Lamentablemente, el fuerte tifón Talin no permitió que algunos obispos del sur del país pudiesen llegar a Tokio.

A las 18, tras haber cantado un Himno al Espíritu Santo en lengua japonesa, el Card. Filoni primero expresó su alegría y esperanza por su primera visita al Japón, y dijo que para él ésta es una peregrinación, dado que quiere visitar los lugares santos de los mártires japoneses, y la región que ha sido golpeada por el tsunami.

Luego, leyó el mensaje del Santo Padre, en lengua italiana. Nosotros habíamos recibido la traducción al japonés, que fue enviada por la nunciatura. El mensaje después fue entregado en manos del presidente de la Conferencia episcopal, el arzobispo Mons. Takami [Joseph Mitsuari, de Nagasaki]. Luego compartimos juntos la cena.

Ante todo, estamos felices y plenamente agradecidos por haber recibido semejante mensaje personal e íntimo del Santo Padre. Pensé que se anunciaría la visita del Papa a Japón, pero no fue así. Y esto ha creado cierta pequeña contrariedad.

Estoy feliz por el buen conocimiento de la historia de los mártires japoneses que ha mostrado tener el Santo Padre, lo cual también en un don precioso a la comunidad eclesial del Japón actual. Y estoy agradecido al Papa por habernos alentado en nuestros esfuerzos de diálogo inter-religioso y en la protección de las criaturas. Estaba seguro de que el Papa comprendía nuestra posición contraria a la política referida a energía nuclear vigente en Japón, luego del desastre de Fukushima.

También estoy felicísimo de leer que el Santo Padre ha subrayado perfectamente nuestros desafíos referidos a la evangelización en Japón, como una pequeña comunidad minoritaria en la sociedad. A menudo pensamos que, en la sociedad, estas situaciones de desafío a la evangelización son demasiado grandes para poder cambiarlas, pero el mensaje del Papa es un aliento para todos nosotros, no sólo para los obispos, sino para toda la comunidad eclesial de Japón, para repensar nuestra actitud hacia la misión ad gentes.

Creemos que nuestros esfuerzos caritativos de los últimos seis años –desde el desastre del 2011- en el área de Tohuku, organizados por la comunidad católica de todo Japón y sostenidos por Caritas Japan, son un luminoso ejemplo de cómo ser luz del mundo a través de nuestras acciones en medio de aquellos que sufren. Espero que el cardenal tenga la posibilidad de testimoniar esta realidad cuando visite Sendai, el próximo viernes 22 de septiembre. Yo estaré allí, y llevaré al cardenal cerca de Fukushima, donde todavía mantenemos una base de voluntarios.

Y luego, en la última parte, está el punto que se refiere a los movimientos. Como es sabido, los obispos japoneses hace tiempo tienen pendiente resolver una cuestión con uno de estos movimientos. [Al respecto], hemos tenido cierto número de intercambios de opinión con la Santa Sede, e incluso con el Santo Padre.

En cuanto a este punto, pienso que debo decir con claridad que los obispos japoneses comprendemos plenamente y acordamos con aquello que el Papa dice en el mensaje, acerca de la importancia carismática de estos movimientos. No estamos negando la existencia de un movimiento puntual de la Iglesia universal. Sino que lo que estamos diciendo es que estos movimientos, cualquiera se trate, a menudo crean división entre las pequeñas comunidades de católicos en muchas partes de un país como el Japón, donde, para un párroco, tener sólo 10 personas en la misa equivale a “tener muchos”. Nosotros sólo esperamos que estos movimientos tengan la valentía y la voluntad de acudir a los obispos locales para discutir acerca del modus operandi de sus actividades.

Hoy, el cardenal volará a Fukuoka y se reunirá con nuestros seminaristas de teología. Luego seguirá viaje hasta Nagasaki, Hiroshima, Osaka y el viernes estará en Sendai. El sábado [23 de septiembre] se encontrará con nuestros seminaristas de filosofía en Tokio, y después celebrará la misa con todos los obispos, en la catedral de Tokio. El lunes [25 de septiembre] pasará el día entero con los obispos, tratando temas referidos a la evangelización en Japón, antes de regresar a Roma el martes [26 de septiembre].

Mons. Isao Kikuchi, SVD

Obispo de Niigata