Mons. Joseph Vuthilert Haelom, un nuevo obispo para una nueva diócesis
El 25 de abril pasado, el Papa Francisco erigió la nueva diócesis de Chiang Rai. Los más de 16 mil católicos pertenecen a minorías étnicas que viven en un contexto de pobreza y marginación, tanto social como geográfica. La situación económica y la carencia de sacerdotes son algunos de los desafíos que le esperan a la nueva diócesis.
Ciudad del vaticano (AsiaNews)-“Reforzar la fe y el corazón a las personas, para que no se dejen atraer por las tentaciones de las riquezas sino que confíen más en Cristo”, es este el objetivo de Mons. Joseph Vuthilert Haelom (foto 1), flamante obispo y primer prelado de Chiang Rai, en el norte de Tailandia. AsiaNews entrevistó al prelado, que fue recibido hoy por el Papa Francisco junto a los obispos tailandeses en el Vaticano en su “visita ad limina”.
El pasado 25 de abril, el pontífice erigió la nueva diócesis, separándola de la de Chiang Rai y la hizo sufragánea de la sede metropolitana de Bangkok. En el territorio de Chiang Rai, en el norte del país, los católicos son 16.500, frente a una población total de más de 2,6 millones de personas. Ellos pertenecen a diversas minorías étnicas tribales (Akka, Lana, Lahu, Isan, Thaiyai e Kachin), que viven entre montañas y áreas rurales en un contexto de pobreza y marginación, tanto social como geográfica. La Iglesia por lo tanto dispuso la partición de la vasta e impermeable diócesis de Chiang Rai, al fin de servir de un modo mejor las exigencias pastorales de estos grupos.
“Esta decisión -afirma Mons. Joseph Vuthilert Haelom – implicarà un mejoramiento para la vida de la Iglesia en la región. Dicatada por la conveniencia, ella es también un signo de continuidad. En el pasado fui vicario general de Chiang Rai y conozco la realidad de la diócesis, que abarcaba todo el norte de Tailandia. La división favorecerá seguramente una mayor cercanía con las necesidades de las varias parroquias y misiones”.
A pesar de la pobreza, Chiang Rai es una región de frontera y en el futuro se prevé una apertura económica cada vez mayor hacia los países de la Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Esto también representa para el obispo un desafío para el futuro de la evangelización y de los católicos. “Un trabajo que deberá ser desarrollado bien a nivel pastoral y será el reforzar la fe de los fieles, para que ellos no se pierdan en el solo aspecto económico del mejoramiento de la vida”.
“Uno de los campos en los cuales la Iglesia está comprometida desde hace tiempo es en el de la educación-afirma el prelado de 67 años- Por ejemplo, hay diversos hostales que hospedan a los niños y a los jóvenes estudiantes. Tratamos de dar a la gente nuestra ayuda, ya sea en la formación profesional, como en la búsqueda de un trabajo. La imagen que las poblaciones locales católicos y no, tienen de la Iglesia es en parte la de los misioneros de un tiempo, que venían y ayudaban. Por esto una de las expectativas que pueden tener es una ayuda, no sólo a nivel espiritual, sino sobre todo a nivel material. Estas expectativas deben recordarnos nuestro compromiso, no sólo caritativo, sino dirigido también a ayudar a las personas a creer”.
El rápido y peligroso pasaje de una realidad rural a las posibilidades creadas por el desarrollo económico no son solamente las únicas dificultades en Chiang Rai. “El exiguo número de sacerdotes es un problema- prosigue Mons. Joseph Vuthilert Haelom – Los curas diocesanos locales son sólo 2. En este contexto, la actividad desarrollada por los catequistas será muy importante porque, si bien los sacerdotes y religiosos son pocos, ellos son más bien numerosos. La contribución de ellos será fundamental para la obra de evangelización”.
Además del compromiso de los laicos, la diócesis de Chiang Rai puede contar con el servicio de diversos institutos misioneros y religiosos que trabajan en el territorio. “Hay 10 institutos entre loso cuales el PIME (Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras) es una fuerza consistente y 10 congregaciones femeninas-afirma el prelado-Una gran tarea que deberé desarrollar será la de coordinar el trabajo de ellos”. Al obispo lo ayuda la experiencia madurada a través de los años como vicario general en la diócesis de Chinag Mai entre los años 2005 y 2012, en el mismo año en que asumió el cargo de vicario general de Bangkok. “La Iglesia tailandesa es muy pequeña (foto 2), por esto se puede decir que conozco a todos, sacerdotes y religiosas”, no dice Mons. Joseph Vuthilert Haelom.
El prelado recibió con alegría su nombramiento por parte del Papa Francisco y reconoce “el peso de ser el primer obispo de Chiang Rai”. “Ya el ser cura, y desde hace tantos años es de por sí una gracia. Ahora, concluye-El Señor me eligió para ser obispo. Estoy tranquilo, duermo bien de noche si bien sé que es una gran responsabilidad pero como soy consciente que el Señor me dará las fuerzas y la gracias para ser un obispo capaz. Cuando rezo, normalmente digo: ‘Señor, Tú me has elegido, por lo tanto también tú deberás trabajar más porque yo soy sólo tu instrumento’. Todo dependerá de Él”.
26/04/2018 15:28