Mons. Audo: apoyo militar detrás del ataque del ISIS a la cárcel de Ghwayran
Fuentes citadas por el prelado informan que la situación parece mejorar tras los "violentos enfrentamientos". El objetivo de la incursión yihadista era liberar a los milicianos encarcelados y sus familias. Se teme por la suerte de 850 niños atrapados en los enfrentamientos. Más de 150 víctimas desde que comenzó la ofensiva.
Alepo (AsiaNews) - La situación "parece estar mejorando" y la intensidad de los combates parece "disminuir", pero el verdadero "elemento sorpresa" es cómo estos grupos armados "llegaron a la zona sin encontrar obstáculos y pudieron actuar libremente", declaró Mons. Antoine Audo, obispo caldeo de Alepo y ex presidente de Caritas Siria. Mons. Audo habló con AsiaNews sobre el ataque del 20 de enero a la cárcel de Ghwayran, donde se encuentran detenidos milicianos del Estado Islámico (IS, ex Isis) y otros movimientos yihadistas. El ataque desencadenó la respuesta de las fuerzas kurdas que controlan la zona, apoyadas por ataques aéreos de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, que durante días mantuvieron en jaque a la población, incluyendo a la comunidad cristiana local.
“El sacerdote con el que estoy en contacto - explica Mons. Audo - me informó sobre el ataque a la prisión kurda, que alberga hay miles de prisioneros. Lanzaron un violento ataque contra la estructura y luego huyeron. La reacción de los kurdos desencadenó violentos enfrentamientos "en los que también participaron la aviación y las fuerzas estadounidenses. La opinión generalizada era que estos grupos yihadistas "ya no constituían un peligro", por lo menos en Siria, pero este ataque "ha demostrado que siguen activos y dispuestos a entrar en acción". Los cristianos de la zona "se han refugiado dentro de las casas y en la iglesia", pero parece que la situación "ya se está calmando".
Unas 45.000 personas debieron abandonar sus hogares en Hassaké, al noreste de Siria, en una zona de mayoría kurda que en los últimos días ha sido escenario de una sangrienta ofensiva del ISIS. Es motivo de especial preocupación el destino de un gran número de niños, que podrían haber terminado en manos de los combatientes del "califato islámico" tras el asalto. Según algunas estimaciones, cerca de 850 niños estaban alojados en la cárcel de Ghwayran. Ayer 300 milicianos se rindieron a las fuerzas de seguridad kurdas y los primeros cálculos hablan de más de 150 víctimas en la ofensiva de Daesh (acrónimo en árabe de ISIS) para liberar a los detenidos y sus familias.
El ataque sorpresa pone en evidencia que todavía hay muchas células yihadistas presentes y activas en territorio sirio (e iraquí). Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (ONG con sede en Reino Unido y una densa red de informantes sobre el terreno), desde el 20 de enero han muerto 102 yihadistas, siete civiles y 45 miembros de las fuerzas de seguridad y guardias penitenciarios kurdos. UNICEF está alarmada por el destino de casi 850 niños que también quedaron involucrados en los enfrentamientos armados; algunos tienen menos de 12 años y su seguridad se encuentra "en grave peligro". “Mientras sigan los combates -subrayan los expertos de la organización de la ONU para la infancia- aumenta el riesgo de que resulten heridos o reclutados por la fuerza” como combatientes. El Isis no es nuevo en el uso de niños (apodados "los cachorros del califato") para misiones extremas, como ataques suicidas o ejecución de prisioneros.
“En Irak - explica Mons. Audo: hay más células dormidas y preparadas para atacar y pueden contar con vastas zonas desérticas para refugiarse. En Siria hay menos, la concentración de milicianos está en la provincia de Idlib y el control del ejército es mayor. Por eso nos tomó por por sorpresa el ataque, por la facilidad con la que pudieron moverse, y eso hace pensar que tuvieron apoyo militar”. Estos focos de violencia, prosigue el prelado, hay que seguirlos con atención, pero "lo que más preocupa es la pobreza y la falta de trabajo, que en este momento sigue siendo la verdadera emergencia" para la nación siria y aquí es donde "se concentra el trabajo de la Iglesia". Por último, el obispo hizo una reflexión sobre los cristianos: “Son más débiles porque constituyen una minoría entre dos fuerzas, están atrapados en medio de dos fuegos pero, al menos por ahora, no parece que haya peligro inmediato de ataques a iglesias o a la comunidad. Nosotros hacemos todo lo posible para quedarnos, para ser fieles a la patria y para dar testimonio con nuestra misión”.
17/12/2016 13:14