Molucas: también 58 pescadores camboyanos entre los centenares de migrantes reducidos en esclavitud

Estaban encerrados en jaulas o escondidos en la foresta de la isla de Benjina. Reducidos en esclavitud y obligados a trabajar para embarcaciones con banderas thai. La zona es un cruce constante internacional de trabajo forzado, sobre todo en el sector de la pesca. Los trabajadores migrantes eran objeto de vejaciones y abusos.

Phnom Penh (AsiaNews/Agencias)- son al menos 58 los ciudadanos camboyanos entre los más de 300 pescadores, obligados a trabajar en condiciones de esclavitud, descubiertos y puestos a salvo recientemente en una isla remota de la provincia de las Molucas, en Indonesia. En los días pasados el gobierno de Yakarta, descubrió a un grupo de trabajadores migrantes con base en la islita de Benjina, a continuación de una investigación realizada por unos cronistas de la Associated Press (Ap) y durada más de 1 año.

La investigación reveló la presencia de pescadores provenientes de Myanmar, Laos y Camboya bloqueados en la isla de ya hacía tiempo: los trabajadores migrantes estaban obligados a trabajar por la fuerza y amenazados, en condiciones de semi-esclavitud, a bordo de embarcaciones que batían bandera thai, especializadas en la pesca ilegal en aguas territoriales indonesias.

A bordo de los barcos pesqueros, los migrantes eran objeto de abusos y vejaciones, entre las cuales latigazos con cuerdas compuestas con materiales tóxicos, ellos fueron abandonados en la isla por haberse negado a trabajar y por una ley aprobada recientemente en Yakarta, que miraba a la represión de las actividades ilegales. Algunos entre los pescadores estaban encerrados en jaulas que pertenecían a la Pusaka Benjina Resources, la única empresa que se dedicaba a la pesca autorizada y a operar en la isla: otros se habían escondido en la foresta, para escapar a los explotadores.

Según las cifras dadas por la Organización internacional para los migrantes (Ilo), 58 de los 319 pescadores salvados eran de nacionalidad camboyana. De la investigación realizada por la Ap, surge además que al menos un millar de pescadores, en tiempos diversos, habían sido dejados en la isla Benjina, un verdadero hub internacional de trabajo forzado y de la moderna esclavitud ligada al sector de la pesca.

Cada año, miles de trabajadores migrantes de origen camboyana pasaban la frontera con Tailandia, en busca de trabajo y condiciones de vida mejor. Sin embargo, la mayor parte de ellos entraban al páis sin documentos regulares, después de haber pagado a los traficantes sin escrúpulos que lucraban de la trata con la promesa (falsa) de un trabajo. Según los expertos la falta de documentos y permisos los rinde vulnerables y fáciles víctimas de los trabajos forzados, como lo que sucedió a los trabajadores salvados en estos días en Indonesia.

A inicios de febrero, también la Iglesia católica dedicó una jornada de oración y sensibilización sobre el tema de la trata de personas y de las formas modernas de esclavitud. Según el Papa Francisco, esa es una “vergonzosa plaga, indigna de una sociedad civil” y dirigiéndose a los gobernantes el pontífice pidió que se ocupen “decididamente” para eliminarla.