Misionero del PIME: El Papa en Marruecos, para relanzar el diálogo inter-religioso
El 30 y el 31 de marzo, Francisco visitará el país del norte de África, invitado por el Rey Mohammad VI. Gran expectativa de los católicos, muchos de ellos llegados del área sub-sahariana en calidad de inmigrantes. Una comunidad joven y vivaz. El P. Davide, misionero en Argelia: “Ocasión única” para dar visibilidad a la Iglesia local.
Rabat (AsiaNews) – El viaje apostólico del Papa Francisco a Marruecos, como de hecho sucedió recientemente en su visita a los Emiratos Árabes Unidos, puede dar “un nuevo impulso en el plano del diálogo inter-religioso”. Y puede contribuir a “dar una mayor visibilidad a la Iglesia local”.
Es lo que cuenta a AsiaNews el Pbro. Davide Carraro, un sacerdote de 38 años, al comentar la visita del pontífice al país norteafricano, prevista para los días 30 y 31 de marzo. El P. Carraro es miembro del PIME y lleva tiempo misionando en Argelia, tras vivir dos años en Egipto, donde aprendió el idioma árabe. “A la comunidad cristiana local de Marruecos, pero mucho más a la de Argelia –explica- le cuesta mucho hacerse visible, hacer saber que existe, y no porque la voluntad sea esconderse, sino porque los números siguen siendo exiguos”.
Entre los países del área, explica el sacerdote de origen véneto, está el deseo de que “la presencia de un Papa en el área pueda contribuir a reforzar un camino de diálogo y de colaboración verdadera” entre los dos grandes credos monoteístas. A esto se suma la esperanza de “un mayor conocimiento recíproco, ya que cada desplazamiento del pontífice es seguido con atención y es fuente de visibilidad. Esto redunda en una participación positiva para la comunidad local dentro de la sociedad donde se encuentra” viviendo y profesando la fe en condiciones que no siempre son favorables.
La Iglesia argelina, prosigue el Padre Davide, “estará presente con una delegación de obispos y algunos fieles, a título personal. Esto no es así por una falta de atención, sino más bien por problemas logísticos y de recursos”. Queda por ver, agrega, “si la prensa local habrá de hablar de ello, y cómo lo hará. Será interesante ver si habrá de tener un vasto eco y connotaciones positivas, como sucedió en los Emiratos”.
El Papa Francisco viajará a Marruecos, invitado por el Rey Mohammad VI, con el objetivo común de “desarrollar el diálogo inter-religioso” entre el islam y el cristianismo, como se lee en el comunicado oficial. Para el arzobispo de Rabat, Mons. Cristóbal López Romero, esta es una “ocasión única” para mostrar “que cuenta más lo que nos une, que lo que nos divide”.
En la capital se respira un clima de gran expectativa entre los católicos, una realidad cosmopolita formada por migrantes del África sub-sahariana, locales y (pocos) europeos; entre los fieles se libra una suerte de caza para hacerse del boleto para asistir a la misa. La mayor parte de los inmigrantes de otras naciones del África ha optado por Marruecos como destino, ya sea por razones de estudio, por trabajo o como base para intentar, algún día, llegar a Europa. “Su presencia –explica el P. Daniel, un sacerdote de Rabat- trae una bocanada de aire fresco, nunca he visto una Iglesia tan joven, con una edad promedio de 30-35 años”.
En Marruecos hay cerca de 35.000 católicos, un número diez veces inferior al que regía en la época previa a la independencia, en 1956. En los tiempos del colonialismo francés había cerca de 200 iglesias, mientras que hoy quedan 44, esparcidas entre las arquidiócesis de Rabat y Tánger. Un factor que ha contribuido a salvar los lugares de culto cristiano es la inmigración sub-sahariana, que se produjo en dos oleadas: los estudiantes, a principios de la década del ’90 del siglo pasado, y los migrantes económicos de la última década.
La visita del Papa podrá dar un nuevo impulso al encuentro y al diálogo con los musulmanes, un deseo que espera se cumpla a futuro la estudiante congolesa de 24 años, Cyrvine: “Hay musulmanes que piensan que no tenemos el mismo Dios y que acabaremos en el infierno, pero la visita del Papa será una ocasión para reunir a comunidades y religiones. La muchacha es miembro del coro y aguarda con “impaciencia” el encuentro con Francisco.
La Constitución local establece que el islam es la religión de Estado, pero al mismo tiempo garantiza la “libertad de culto para todos”. Cabe subrayar, por otro lado, que el Código Penal castiga el “proselitismo” con penas que van de seis meses a tres años de prisión; y en muchos casos, las parroquias prefieren “evitar” colocar a los fieles marroquíes en las primeras filas, ya que “es una cuestión delicada”.
En lo que respecta a la legislación, en Túnez y en Marruecos hay una mayor liberta de culto, en comparación con Argelia. “Nuestra realidad –retoma le misionero del PIME- necesitaría contar con una mayor presencia de fieles locales, pero esto todavía llevará tiempo y está todo en manos de Dios”. Nuestra tarea, concluye, “como sacerdotes, pero sobre todo como misioneros, es estar presentes a nivel social y pastoral, en un contexto que es casi enteramente musulmán. Ser una presencia visible y demostrar que se puede estar juntos”.
17/12/2016 13:14
14/10/2021 11:55