Maristas de Alepo: la situación ha mejorado, pero pesan aún la desocupación y los ataques aislados
Nabil Antaki, médico y miembro laico de la congregación, habla de situación económica en “sus mínimos históricos”. La vida “es muy cara” y los sueldos son “bajos”. Preocupan también el lanzamiento de morteros de los grupos rebeldes en el oeste de la ciudad, que provocan muertos y heridos. El compromiso del grupo cristianos por los pobres y los necesitados.
Alepo (AsiaNews)- En Alepo la vida cotidiana “está en un progresivo mejoramiento”, gracias a la creciente provisión de agua y electricidad, si bien hasta ahora es racionada y aumenta también la “disponibilidad de los productos” en los puestos del mercado. Es cuánto narra en su 33° carta desde Alepo Nabil Antaki, médico e miembro laico de la congregación de los hermanos Maristas azules. Sin embargo, agrega el líder cristiano, la situación económica “está en sus mínimos históricos: la desocupación es muy elevada, la vida es muy cara, los sueldos son bajos y no permiten a una familia vivir en un modo digno”. He aquí el por qué muchos de los que escaparon “no quieren volver todavía”.
Desde el punto de vista de la seguridad, prosigue el médico en la carta que llegó a AsiaNews, las condiciones son “buenas” después de la “evacuación de los grupos armados” y de la liberación “de los terroristas dl al-Nusra”. No obstante esto, “los morteros lanzados por los rebeldes posicionados en el oeste de Alepo continúa cayendo todos los días sobre los barrios periféricos. El 27 de junio fue la peor jornada de los últimos meses” con lanzamientos continuos que provocaron “numerosos muertos y heridos”.
En esta situación, mejor respecto al pasado, pero aún crítica, los Maristas azules continúan su obra de asistencia a la población “con la distribución d paquetes de alimentos y artículos sanitarios” a las familias más necesitadas. Sin embargo, advierte Nabil Antaki, “estas distribuciones deberán terminar un día” y la prioridad deberá ser la de “encontrar un trabajo”.
El doctor Antaki nació en Alepo, es casado y tiene dos hijos que viven en los EEUU. Se licenció en la universidad de S. José en Beirut y se especializó en Canadá, fundó junto a su esposa la asociación de los Maristas azules, realidad que trabaja en el sector médico y se ocupa de los indigentes. Él es uno de los pocos doctores que se quedaron en la ciudad también en los momentos más oscuros del conflicto, cuando la profesión médica y los hospitales eran uno de los objetivos sensibles. Una escalada de violencia y muerto que ha determinado, en los últimos años, una verdadera y propia hemorragia de profesionales del país.
Él lamenta una creciente desatención de la prensa y de las máximas instituciones mundiales por los sufrimientos causados por la guerra. “La transferencia de la embajada de EEUU a Jerusalén- escribe-, la tragedia de los emigrantes, las elecciones en algunos países europeos, la cumbre Trump-Kim Jong-un y hasta el mundial de fútbol” han alejado a los medios internacionales. “Sin embargo-advierte- la situación en Siria continúa dando preocupaciones y vivimos en un polvorín”.
En una situación crítica el grupo activista cristiano prosigue los proyectos en favor de la población, como los cursos de formación dedicados a los adultos para facilitarlos y prepararlos para buscar un empleo. “En un año y medio-recuerda- hemos financiado 50 proyectos y permitido a más de 90 familias vivir de las ganancias obtenidas de su propia profesión”.
En Siria todavía está presente el riesgo de una “regionalización” del conflicto por la presencia de diversos actores: los EEUU y Francia en el nordeste del país, que permanecen con el pretexto de defender a los kurdos; los turcos, después de la invasión de la región de Afrin en el noroeste; además de los ataques de Israel en diversas zonas del país en la más total “impunidad”. He aquí por qué, concluye el doctor Antaki, sigue siendo prioritaria la obra de asistencia humanitaria y de ayuda a las poblaciones más débiles.
13/03/2018 10:07
07/03/2019 11:00