Marawi: P. Chito, liberado después de 4 meses
El ejército filipino intervino cerca de la mezquita de Bato, bastión de los terroristas. La alegría por la liberación. El conflicto llega al final, pero la ciudad está destruida. Previstos millardos para la reconstrucción. Obispos de Mindanao condenan el terrorismo.
Manila (AsiaNews)- El p. Teresito “Chito” Suganob, tenido como rehén por el grupo terrorista pro-Isis Maute, fue liberado por el ejército filipino en la noche del 16 de setiembre. Lo reportan fuentes gubernamentales.
El consejero presidencial por la paz, Jesús Dureza, refiere que el cura fue capturado el 23 de mayo, cuando explotó la crisis en la ciudad de Marawi, capital provincial de Lanao del Sur, al sur de Filipinas. El p. Chito fue rescatado por los militares cerca de la mezquita de Bato, uno de los bastiones de los Maute. Junto a él fue liberado también el segundo rehén que las autoridades han identificado, pero del cual no quieren revelar su nombre.
El p. Chito, vicario general de la catedral de María Auxiliadora, fue raptado junto a otros parroquianos.
El rescate sucedió durante la recuperación de la mezquita de Bato y de la Amaitul Islamiya Marawi Foundation (Jimf) y fue realizado por la task-force conjunta de Marawi. El coronel Edgard Arévalo, jefe de la oficina de asuntos públicos de las fuerzas armadas filipinas afirma: Fueron necesarias 5 horas de duros enfrentamientos antes que las fuerzas del gobierno derrotase a los terroristas, que se habían estratégicamente colocado en los alrededores de la mezquita de los JIMF”.
El 30 de mayo, en un video aparecido en las redes sociales mostraba al p. Chito pidiendo al presidente Rodrigo Duterte que lo salve a él y a los otros rehenes. En la filmación, él sostenía que se consideraba como un prisionero de guerra junto a los otros empleados de la iglesia, un profesor de la universidad de Mindanao, algunos docentes de la Dansalan Collage Foundation Inc., carpinteros, ayudantes domésticos, niños, colonos cristianos y miembros de algunas tribus. Los militares están aún verificando la autenticidad de aquel video.
A las 7 de la tarde del 14 de setiembre, el balance de las personas que resultaron muertas en el conflicto era de 670 Maute, 47 civiles y 147 funcionarios gubernamentales. Las violencias han obligado también a miles de personas a escapar y destruido grandes zonas de la ciudad, que un tiempo eran muy vivas.
Con el conflicto que perece estar llegando al final y las tropas involucradas en las operaciones de desalojo, los funcionarios del gobierno refieren que es presumible que la reconstrucción de Marawi costará millones de pesos filipinos. El presidente Duterte afirmó el primer fondo previsto de 50 millardos (unos 820 mil euros) no será suficiente para reconstruir la ciudad, que por 4 meses fue centro de la batalla entre las tropas del gobierno y los terroristas.
Tres batallones de ingenieros militares están desalojando algunas porciones de campo de batalla. Los violentos combates han dejado los edificios en ruinas, con las paradas acribilladas por agujeros de proyectiles.
Las autoridades del gobierno podrían emplear semanas a partir de hoy para determinar con escrupulosidad lo que sea necesario para rehabilitar Marawi.
Es probable que las ayudas, serán utilizadas para la reconstrucción. El 15 de setiembre Australia había prometido un millardo de pesos, los EEUU 730 millones, Tailandia 100 millones, China 85 millones (entre los cuales 70 para curar a los soldados heridos en acción y 15 para la reconstrucción de Marawi y la Unión europea 49 millones.
El 23 de mayo, después de los enfrentamientos entre el ejército y los grupos terroristas, Duterte había declarado la ley marcial en toda la isla de Mindanao.
El arzobispo Martin Jumoad di Ozamiz manifestó su alegría por la liberación del p. Chito, afirmando que es el “resultado de nuestra confianza en la oración”. Además agregó: “Muchos han rezado por su libertad. Por eso se celebraron muchas misas con esta intención. El poder de la oración se demuestra una vez más como testigo de nuestra firme fe en Dios”.
En mayo, los obispos católicos de Mindanao habían pedido por la liberación del sacerdote y de los parroquianos que habían sido capturados, exhortando a las personas a rezar por su liberación y por las víctimas del conflicto. Ellos habían también condenado los ataques terroristas, subrayando que el terrorismo “distorsiona y falsifica el verdadero significado de la religión”.
Para Mons. Orlando Quevedo, arzobispo de Cotabalto, esto “destruye la armonía entre las personas de diversas religiones” y “crea una cierta sospecha y prejuicios, de odio y hostilidad”. Condenamos en el modo más absoluto el terrorismo en sus varias formas. Es una ideología que es totalmente contraria a todos los principios de cualquier religión de paz. En modo particular cuando el terrorismo es perpetrado mientras que nuestros hermanos y hermanas musulmanas se preparan al sagrado mes del Ramadán”.
30/05/2017 15:14