Mar chino meridional. Tensión entre Hanói y Beijing por la plataforma de las aguas disputadas
Hanói (AsiaNews)- Hanói tiene preparadas algunas "contramedidas" para oponerse al gobierno de Beijing, que recientemente instaló una plataforma petrolífera en las aguas disputadas en el Mar Chino meridional, una medida calificada como "provocativa y descortés" por los EEUU, los cuales en los días pasados reforzaron la alianza con Filipinas para frenar el imperialismo del Dragón en la región Asia-Pacífico. El gobierno vietnamita no entiende aceptar la colocación d la plataforma HD-981 y la presencia de naves de patrulla chinas en una zona que se considera parte integrante de la propia plataforma continental y de pertenencia económica exclusiva. Beijing parece con intención de proseguir con su política agresiva en el área, en la impotencia general de los otros Países incapaces de tomar contramedidas adecuadas.
El 1 de mayo pasado la administración marítima china instaló una plataforma gigante en un área disputada y reivindicada por Hanói para su uso exclusivo, a unas 119 millas náuticas de la costa. Esa es operativa desde el 2 de mayo y quedará en función hasta el 15 de agosto, por más de 3 meses pero la sospecha de las autoridades vietnamitas es que podría prolongarse todavía por más tiempo. Es larga 114 metros, ancha 90 y alta 136, con una carga de 30 mil toneladas y una profundidad máxima de 3 mil y puede extraer petróleo hasta 12 mil metros en el subsuelo.
En un primer momento las autoridades chinas habían impuesto un cordón de protección que impedía acercarse a la plataforma a más de 1,6 millas (unos 6 Km) e impidiendo a cualquiera un acercamiento a la zona. Esa se encuentra en un área (el bloque 143) en el cual según PetroVietnam, habría un enorme yacimiento de gas natural.
El gobierno de Hanói no entiende aceptar la colocación de la HD-981, como comunicó el vice-primer ministro Pham Binh Minh al concejero chino de Estado Yang Jiechi en el curso de una llamada telefónica. Seca la respuesta de Beijing, según el cual ninguna nación tiene derecho a interferir en los programas marítimos de China. También los medios del estado atacan a Vietnam, sosteniendo que "merece una lección" porque fomentaría tensiones en el Mar Chino meridional. En una editorial venenosa el Global Times, cercano al gobierno comunista, subraya que "Hanói no tiene el coraje de atacar directamente a la plataforma" y si tratará de hacerlo "China tomará contramedidas adecuadas".
Desde hace tiempo Vietnam y Filipinas, manifiestan crecientes preocupaciones por el "imperialismo" de Beijing en los mares meridional y oriental; el gobierno chino reivindica una feta consistente de océano, que comprende islas disputadas- y la soberanía de la Spratly y de la isla Paracel - por Vietnam, Taiwan, Brunei, Filipinas y Malasia (casi el 85% de los territorios). En los últimos meses China promovió iniciativas de naturaleza política, económica y diplomática para impedir el regular desarrollo de la pesca o de la navegación a las embarcaciones extranjeras en las disputadas aguas. A apoyar las reivindicaciones de los Países del Sudeste asiático está también EEUU, que en varias oportunidades han juzgado como "ilegales" e "irracionales" la llamada "lengua de buey", usada por Beijing para demarcar el territorio.
La hegemonía reviste un carácter estratégico para el comercio y la explotación de petróleo y gas natural del fondo marino, en una zona de elevado interés por el pasaje de los dos tercios de comercios marítimos del mundo. Las islas, casi deshabitadas, son muy ricas en recursos. Petróleo y gas natural- y materias primas. La controversia interesa en vario modo o título también a India, Australia y EEUU, con intereses contrapuestos y alianzas entrecruzadas que hacen de la región Asia-Pacífico uno de los puntos más calientes a nivel geo-político y posible factor de inicio de una nueva guerra planetaria.