Manila: la lucha contra el plástico es una "emergencia nacional" y pone en riesgo la biodiversidad
El país ostenta un récord poco envidiable en materia de vertido de contaminantes al mar. Ya antes del Covid-19 era tres veces superior al de la India, el segundo país más grande del mundo (36,38% frente a 12,92%). Las aguas interiores están en riesgo, empezando por el valiosísimo Triángulo de Coral. La dificultad para implementar iniciativas de sensibilización.
Milán (AsiaNews)- Filipinas, país con antecedentes récord de vertido de plástico al mar, lucha por encontrar una solución. Al mismo tiempo, crece la preocupación por una contaminación que afecta no sólo a sus ciudades y pueblos sino sobre todo a sus mares, por la falta de sensibilidad medioambiental y de posibilidades de clasificación y reciclaje.
Baste pensar que antes de la pandemia de Covid-19 el archipiélago había superado tres veces al segundo en el ranking de países responsables de mayor contaminación marina por plástico, con el 36,38% de los vertidos estimados al mar, frente al 12,92% en la India. Es inevitable que este volumen de plástico producido por poco más de cien millones de habitantes afecte principalmente a las aguas interiores, desde donde el plástico pasa al océano.
Según datos de Earth.org, el río Pasig que atraviesa Manila es el más contaminado del mundo, y termina desembocando en un mar conocido por su biodiversidad, en el extremo del Triángulo de Coral. Se trata de un área de casi 20 mil km2 de arrecifes de coral, altamente sensibles a factores contaminantes, al igual que las especies de peces que los pueblan. Inevitablemente, la amenaza no afecta sólo al medio ambiente, sino cada vez más directamente a la salud de los filipinos, considerando que la mitad del pescado utilizado para el consumo humano en el país está contaminado por microplásticos.
Las iniciativas de sensibilización que se han puesto en marcha hasta el momento y también las que miran al futuro se centran en tres factores: los riesgos para la población, el menor consumo de plásticos y su eliminación.
El segundo está relacionado en gran medida con la pobreza en la que se encuentra una parte significativa, al menos el 20%, de la población, y otra gran parte apenas por encima del nivel de subsistencia. La necesidad de comprar a pequeña escala lleva a la producción y venta de una infinidad de envases y embalajes de pequeño tamaño, cuyo uso fomentan las grandes corporaciones del plástico, agravando la situación.
El tercer factor tiene que ver sobre todo con las autoridades. Según la Alianza Filipina para el Reciclaje y la Sostenibilidad de los Materiales (Philippine Alliance for Recycling and Materials Sustainability), el 70% de los filipinos no tiene acceso a vertederos adecuados y por tanto abandona el plástico en el medio ambiente. Las leyes vigentes, empezando por la Ley de Gestión de Residuos de 2001, serían adecuadas, pero a menudo no se aplican y ciertamente no han cumplido sus objetivos hasta ahora.
Esta dificultad de implementación se debe a diferentes factores pero no es ajena a la presión de los productores sobre los consumidores, que a su vez carecen de una adecuada sensibilización y de estructuras donde pueda converger el plástico que utilizan. Por último, pero no menos importante, también está la falta de desarrollo de una industria del reciclaje, lo que impide una solución al menos parcial para la contaminación por plástico y priva al país de un recurso que es importante en otros lugares, como la recuperación del mismo en diversas formas.
19/10/2022 15:04