Manila: Duterte se niega a revelar dónde se esconde el pastor Quiboloy
Fundador del Reino de Jesucristo, este hombre de 74 años es buscado por el FBI y la policía filipina por fraude, trata de personas y explotación sexual. El ex presidente Rodrigo Duterte contó con su apoyo durante la campaña electoral de 2016 y hoy administra sus bienes. Las complicadas relaciones con el presidente Ferdinand Marcos Jr. obstaculiza la investigación.
Manila (AsiaNews) - Aunque afirma conocer el paradero de Apollo Quiboloy, el fundador de la "iglesia" Kingdom of Jesus Christ, de 74 años, el ex presidente Rodrigo Duterte no tiene intención de revelar su escondite a la policía. Así lo afirmó él mismo a los periodistas el domingo 30 de junio.
Autoproclamado "hijo elegido de Dios", Quiboloy es buscado por el FBI por tráfico de seres humanos, explotación sexual y fraude contra sus seguidores, que serían cerca de cuatro millones en Filipinas y dos millones en otros países. Ahora también se ha emitido en Manila una orden de arresto contra el predicador (que se cree poseedor de poderes naturales y omnipotencia) y resultan cada vez más evidente los roces entre sus partidarios en el Parlamento y aquellos que, por el contrario, piden que sea arrestado y condenado.
De manera similar al de otros pastores improvisados, Apollo Quiboloy también tuvo una intensa relación con la política y en varias oportunidades apoyó a distintos candidatos, entre ellos el propio Duterte, presidente de Filipinas entre 2016 y 2022. Pero si su sucesor, Ferdinand Marcos Jr., debido a la situación actual, ha tomado distancia de Quiboloy, Duterte - que en ausencia del "pastor" administra los bienes del Reino de Jesucristo - ha preferido no hacerlo. También comparte con el autoproclamado líder religioso su proveniencia de la isla de Mindanao, y más concretamente de la zona de la capital, Davao, de la que fueron alcaldes el padre de Duterte y luego su hija Sara.
Evidentemente el ex presidente, conocido por sus provocaciones y su carácter impulsivo y autoritario, cree que puede evitar las acusaciones de obstaculizar la justicia y - tal vez - dar refugio a una persona buscada por la ley. Seguridad respaldada por el hecho de que su hija es vicepresidente del país, pese a que Sara Duterte renunció como ministra de Educación el 19 de junio por desavenencias con el presidente Marcos.
Por otra parte, aunque los seguidores de la "iglesia" se han quejado de la agresividad de la policía en los allanamientos de sus sedes, Duterte ha seguido mostrando su apoyo a la policía, confirmando su oposición a adoptar medidas disciplinarias en caso de abusos. Un elemento que refuerza la sensación de impunidad en relación con el expresidente, a pesar de que la policía filipina ha declarado que examinará la responsabilidad de Duterte por obstrucción a la justicia.
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