Manila recibe a los “boat people” rechazados por Malasia e Indonesia. Aprecio de la Iglesia
Manila (AsiaNews)- Manila dispuesta a acoger en su territorio al menos a 3.000 “boat-people” entre Rohingya-minoría musulmana en fuga de Myanmar por las persecuciones- y trabajadores migrantes de Bangladesh, rechazados por otros países del Sudeste asi´tico y a la deriva el alto mar. Una posición apreciada por la Iglesia católica filipina, que auspicia una política de acogida y hospitalidad por parte del gobierno, a diferencia de Indonesia y Malasia que han adoptado de hace días la política del rechazo. Esta mañana en la misa en la casa S. Marta también el Papa Francisco, quiso recordar el drama que están pasando los Rohingya, obligados como los cristianos y los yazidíes de Siria e Irak a abandonar sus propias casas a causa de las violencias y los conflictos.
Herminio Coloma, ministro filipino de las Comunicaciones, recordó que manila es uno de los firmatarios de la Convención de 1951 en lo que se refiere al status de los refugiados y se compromete a ayudar a “las personas evacuadas contra su voluntad, a causa de los conflictos” en sus tierras de pertenencia. Él también agregó que el país continuará a hacer su propia parte “para salvar vidas humanas”, como sucedió en los años 70 con la acogida de los “boat people” vietnamitas escapados de la guerra.
La iglesia católica filipina no esconde su propio precio por la decisión del ejecutivo en abrir las fronteras a grupos de desesperados, entre los miles de “boet-people” que en las últimas semanas han atravesado los mares del Sudeste asiático en busca de un reparo. Un viaje de la desesperación, en presa de los traficantes sin escrúpulos y sin una meta segura adonde llegar.
El director de las Pontificias Obras Misioneras en las Filipinas, el p. Sócrates Mesiona, explica que “es nuestro deber recibir a estas personas” y garantizarles “una vida digna”. Además agrega que su ser musulmanes “no es para nosotros un problema” y “no modifica el estado de las cosas” porque es un deber primario “como nos enseña el Evangelio” el de la Hospitalidad y el compartir.
Y mientras los países del Sudeste asiático se preparan para reunirse y encontrar una solución común, se multiplican los pedidos y peticiones de grupos internacionales pro derechos humanos en favor de los Rohingya y de los migrantes de Bangladesh abandonados en alto mar. En una nota enviada a AsiaNews, los activistas de Christian Solidarity Worldwide (Csw) sostienen la idea de un encuentro de los ministros de relaciones Exteriores de la unión europea para enfrentar la cuestión migrantes no sólo en el Mediterráneo, sino también en el mar de Andamane. El responsable ejecutivo Csw, Mervyn Thomas se dirige a los gobiernos de Indonesia, Tailandia y Malasia, además que a Asean, para que puedan encontrar “una solución humana y justa” a esta crisis.