Manila, autoridad antidrogas: 5 mil muertos entre tóxicodependientes y narcotraficantes
En las 100 mil operaciones antidroga deseadas por el presidente Duterte, arrestadas 161,584 personas. Pero sólo 8.935 de los 42.044 barangay (barrios) pueden definirse como “exentos de droga”. Desmantelados 271 centros de consumo y laboratorios para la producción de sustancias estupefacientes.
Manila (AsiaNews/Agencias) – La administración Duterte intensifica su guerra al tráfico y al consumo de drogas también en modo sangriento: desde julio de 2016 a octubre de 2018, son 4.999 los asesinados en las operaciones antidroga realizadas por las autoridades del gobierno. Es cuanto surge de un informe publicado hoy por la Agencia filipina antidroga (PDEA), departamento que obra bajo la directa supervisión de la Oficina presidencial.
Más allá del número de muertos entre “las personalidades ligadas a la droga”, el documento reporta que son 161,584 los arrestos realizados por las fuerzas de seguridad en el mismo período. La PDEA y la Policía nacional filipina (PNP) tomaron parte en un total de 113.570 operaciones antidroga. Sin embargo, sólo 8.935 de los 42.044 barangay (barrios) pueden definirse como “exentos de droga”. El informe muestra que las autoridades deben todavía liberar otros 23.161. Según la PDEA, las fuerzas del orden también han desmantelado 271 centros de consumo y laboratorios para la producción de sustancias estupefacientes.
Después de haber ganado la presidencia en julio de 2016, el presidente Duterte lanzó una guerra sin precedentes contra los narcóticos ilegales, con la promesa de matar a decenas de miles de criminales. Organizaciones y observadores internacionales estiman que en las operaciones de policía deseadas por el presidente hayan muerto más de 12 mil personas, muchas de las cuales víctimas de ejecuciones sumarias. La Iglesia católica está entre las pocas voces que denunciaron las muertes, a despecho de los sondeos que revelan la difundida popularidad del presidente filipino. Como respuesta a las críticas sobre los asesinatos extrajudiciales, Duterte en varias oportunidades lanzó duros ataques contra los obispos y sacerdotes.
Además de denunciar los asesinatos y las violaciones de los derechos humanos, la Iglesia se compromete en la rehabilitación y la reinserción en la sociedad a las víctimas de la droga. En octubre de 2016, la arquidiócesis de Manila lanzó el Sanlakbay, programa luego adoptado por numerosas diócesis del país. Esto nace del involucrarse de las comunidades parroquiales en el dar a los tóxico-dependientes asesoramiento, formación espiritual y hasta oportunidades de sustento. El compromiso de la Iglesia filipina contra la tóxico-dependencia encontró el aprecio y el apoyo del Papa Francisco.