Manila, 800.000 católicos en procesión, por el Nazareno Negro

De las celebraciones de carácter religioso, una de las más famosas y de mayor convocatoria es la del “Black Nazarene”. A lo largo de todo el camino, los fieles se agolpan para tocar o besar la imagen escultórica en señal de devoción. Misionero del PIME: “La imagen del Nazareno sufriente está en el corazón de la espiritualidad y de la religiosidad filipinas”.

Manila (AsiaNews) – Esta mañana, más de 800.000 católicos se han volcado a las calles del centro de Manila para participar en la tradicional procesión del Nazareno Negro, la centenaria escultura de Cristo realizada en madera. Cada año, el Traslado de la imagen sacra desde su sitio originario –la iglesia de san Nicolás de Tolentino- a la parroquia de Quiapo concluye una novena (del 31 de diciembre al 9 de enero) y presencia la participación de millones de fieles reunidos en oración, para pedir una gracia o un milagro personal.

En las Filipinas, más del 82% de los casi 105 millones que constituyen la población es católico. Entre las celebraciones de carácter religioso, la procesión del “Black Nazarene” es uno de las más famosas y de mayor convocatoria. La imagen del Nazareno Negro representa a Jesús doblado bajo el peso de la Cruz. La escultura fue llevada a Manila por un sacerdote agustiniano español en 1607, a bordo de un barco proveniente de México. Según cuenta la tradición, la embarcación se incendió durante el viaje, pero la imagen de Cristo se salvó milagrosamente del incendio, adquiriendo su color negro. La procesión recuerda el primer traslado de la imagen, realizado el 9 de enero de 1767.

A lo largo de todo el camino (siete kilómetros) del Traslado, los fieles se agolpan para tocar o besar la escultura en señal de devoción. A media mañana, la Cruz Roja de las Filipinas ha declarado que ya brindó asistencia a más de 600 personas afectadas por problemas respiratorios, desmayos y golpes por caídas. Tres personas fueron trasladadas al hospital. Para evitar que el saldo se agrave, los organizadores han reiterado a los fieles que para honrar al Nazareno Negro no es necesario arrollar o treparse a los demás devotos. Imponentes medidas de seguridad han sido organizadas por las autoridades. El jefe de la policía filipina, Oscar Albayalde, afirma que se han desplegado más de 7.000 agentes para garantizar la seguridad en el evento, en tanto las redes de telefonía móvil han sido desactivadas, como precaución contra artefactos explosivos comandados de manera remota.

“En el Traslado del Nazareno Negro, la devoción del pueblo filipino encuentra su máxima expresión. No hay nada semejante en el mundo”. Es lo que afirma, al dialogar con AsiaNews, el p. Sebastiano D’Ambra, un misionero del Instituto Pontificio de Misiones en el Extranjero (PIME). Hace más de 40 años que el sacerdote desarrolla su obra pastoral en la isla de Mindanao, lugar donde en 1984 fundó Silsilah, el movimiento por el diálogo islámico-cristiano.

“Desde los tiempos de la dominación española –cuenta el sacerdote- en las Filipinas, la Semana Santa y la Pasión de Cristo han asumido una gran importancia en la vida de la nación. Así, la imagen del Nazareno sufriente entró en el corazón de la espiritualidad y de la religiosidad popular. En medio de los millones de devotos que cada año participan en las celebraciones, son muchas las personas que asisten al Traslado para cumplir una promesa”.

“Conozco bien el evento –concluye el sacerdote- porque en el pasado me he ocupado de su organización. Además, en la parroquia de Quiapo se desempeña un grupo nuestro. De hecho, cerca de la iglesia hay una mezquita, la Golden Mosque. Hace algunos años, el párroco nos pidió colaborar en favor del diálogo inter-religioso con la comunidad islámica local. Voy con frecuencia a la parroquia y en cada ocasión me encuentro con largas filas de fieles que rinden homenaje a la imagen, aunque más no sea con una caricia o una oración. Cada primer viernes de mes, la iglesia está aún más abarrotada de fieles y los sacerdotes celebran una misa en cada hora de la jornada, desde las cinco de la mañana hasta las siete de la noche”.