Más que el coronavirus, lo que temen los Chin son las bombas
Civiles indefensos, incluyendo mujeres y niños, son víctimas del conflicto entre los militares y los rebeldes budistas en el Estado de Rakhine. Los hospitales se ven obligados a atender a los heridos en lugar de concentrarse en detener el avance del Covid-19.
Paletwa (AsiaNews) – Más que el coronavirus, lo que temen los habitantes del Estado de Chin son las bombas. El territorio, en el oeste de Myanmar, se encuentra sacudido por el agravamiento del conflicto entre los rebeldes budistas del Arakan Army y el Tatmadaw, el ejército nacional.
Aparentemente, el Covid-19 solo se ha cobrado cinco vidas en todo el país. Según fuentes locales citadas por Radio Free Asia, 28 civiles Chin murieron a causa de los violentos combates durante el mes de marzo.
El 7 de abril, en una de las numerosas ofensivas aéreas del Tatmadaw, mataron a siete civiles en el área de Paletwa. Entre las víctimas hay dos niños; una madre y su hijo de tres años fueron hallados carbonizados en una vivienda reducida a cenizas: la mujer estrechaba al pequeño contra su cuerpo, intentando protegerlo.
Una semana antes, numerosos civiles fueron heridos en un bombardeo sobre la aldea de Bawngwa. Los ataques aéreos anteriores, perpetrados los días 14 y 15 de marzo, mataron a 21 civiles y entre ellos, a varios niños. Los militares rechazan las acusaciones, definiéndolas como privadas de todo fundamento.
Los hospitales del Estado de Chin, uno de los menos desarrollados del Myanmar, están mal equipados: a causa de los enfrentamientos entre el Tatmadaw y las milicias budistas, los pocos trabajadores de la salud del área se ven obligados a dedicar recursos y energías a tratar a los heridos, en lugar de afrontar la pandemia.
Luego está el problema del hacinamiento. Los habitantes de las aldeas huyen de los bombardeos y de los combates y se agolpan en escasos campos para desplazados, donde es casi imposible respetar el distanciamiento social necesario para contener el coronavirus.
El gobierno impide el uso de Internet en Paletwa y en ocho comunas del vecino Estado de Rakhine. Las Naciones Unidas exigen a las autoridades que reactiven las conexiones de los teléfonos celulares y que se permita el acceso inmediato al área. Sin Internet, las poblaciones afectadas no tienen forma de acceder a la información necesaria para hacer frente a la pandemia, y no pueden ser ayudadas por los operadores humanitarios.
Los rebeldes budistas piden una mayor autonomía para el Estado de Rakhine. A principios de mes, junto a otros grupos armados del país, solicitaron al Tatmadaw un cese del fuego, para poder afrontar la crisis pandémica. Los militares de Naipyidó, que consideran al Arakan Army como una organización terrorista, rechazaron la propuesta, definiéndola como “carente de todo realismo”.
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