Luz verde de la comisión técnica, Hong Kong a un paso de tener su Universidad Católica

El Caritas Insitute of Higher Education ha recibido el reconocimiento de que cumple con los requisitos para convertirse en una universidad. Lo único que falta para el nacimiento de la Universidad de San Francisco es la aprobación política del ejecutivo de Hong Kong. Un proyecto decididamente respaldado por el nuevo cardenal Stephen Chow. Comentando en el semanario diocesano las palabras del Papa Francisco a China, el cardenal dice: "Debemos ser pacientes, sinceros y coherentes y mantener nuestra esperanza en el amor inagotable de Dios".

Hong Kong (AsiaNews) - Las autoridades de Hong Kong podrían estar próximas a aprobar oficialmente el proyecto de la diócesis para iniciar una universidad católica, una idea varias veces anunciada por el obispo Stephen Chow, creado cardenal por el Papa Francisco en el consistorio del sábado 30 de septiembre.

Según el Headline Daily - un popular diario de Hong Kong - el Caritas Institute of Higher Education, el instituto educativo de la Iglesia católica de Hong Kong conocido sobre todo por la formación de enfermeras, ha obtenido la luz verde del Consejo de Acreditación de Cualificaciones Académicas y Profesionales. El organismo habría certificado que cumple con todos los requisitos necesarios para elevar una escuela de enseñanza superior al rango de universidad. Por lo tanto, sólo faltaría el último paso, el político, con la aprobación formal del gobierno encabezado por el Jefe del Ejecutivo John Lee.

Si se expide este permiso, habrá una nueva universidad privada en Hong Kong, la tercera junto a las de Shue Yan y Hang Seng. Esta sería la primera universidad católica que - según anunció hace algún tiempo la diócesis - tomará el nombre de Universidad San Francisco y no está limitada al ámbito de las profesiones sanitarias. El que ahora se denomina Caritas Institute of Higher Education fue fundado por el obispo Francis Hsu en los años setenta junto con el Caritas Bianchi College of Careers (llamado así en honor de Mons. Lorenzo Bianchi, misionero del PIME que fue obispo de Hong Kong hasta 1969, después de haber estado encarcelado en China) - es un centro de formación terciaria que ofrece cursos en 35 disciplinas diferentes -incluyendo ciencias sociales, tecnologías y economía- y al que asisten aproximadamente 2.500 estudiantes.

El nacimiento de una Universidad Católica en Hong Kong es un proyecto en el cual el actual cardenal Stephen Chow ya había trabajado cuando era superior local de los jesuitas (antes de ser obispo). La idea inicial era construir desde cero una universidad en Fanling, en una zona cercana a la frontera con el continente, pero fue rechazada oficialmente por las autoridades por motivos urbanísticos. Por eso, cuando fue nombrado obispo de Hong Kong volvió a activar el proyecto y pidió la transformación del Caritas Institute of Higher Education en Universidad.

Mientras tanto - precisamente en ocasión de la ceremonia en la que Chow recibió el capelo cardenalicio en Roma el sábado pasado - el semanario diocesano de Hong Kong publicó un artículo suyo en el cual habla sobre el viaje del Papa Francisco a Mongolia y las palabras que dedicó a China al terminar la Misa en Ulán Bator.

“El apretón de manos hubiera sido mejor si se hubiera incluido a Mons. Stephen Lee, obispo de Macao”, dice con respecto al momento en que Francisco lo llamó a él y al card. John Tong, y refiriéndose a otro obispo chino que se encontraba presente en la celebración. “Pero el gesto – continúa – es muy claro: nuestro Papa ama mucho a China y al pueblo chino. Y no hay ninguna contradicción entre ser un buen cristiano y un buen ciudadano. Básicamente, ambas identidades deberían poder coexistir en armonía".

“Tanto el Papa Francisco como su predecesor, Benedicto XVI, dejaron claro que evangelización no implica proselitismo - continúa diciendo -. Evangelizar significa dar testimonio del amor de Dios, que vela por nosotros y nos levanta cuando hemos caído. Para que la Iglesia crezca, debemos atraer a otros con nuestro testimonio de vida, para que comprendan quiénes somos y estén dispuestos a colaborar con nosotros o permitirnos colaborar con ellos por el bien común".

Aunque reitera que "Francisco y sus predecesores intentaron seriamente tranquilizar al gobierno chino sobre la misión de amor de la Iglesia", invita a no olvidar las heridas históricas de los años en los que China "fue explotada y atacada por potencias extranjeras" y que en estas heridas también pueden haber jugado un papel algunos misioneros. Y al mismo tiempo habla sobre las dificultades creadas por la "burocracia del gobierno, que existe en todos los países". “Por eso - concluye el cardenal Chow - debemos rezar con seriedad, ser pacientes, sinceros y coherentes, y mantener nuestra esperanza en el amor inagotable de Dios".