Los buques de la OTAN desafían a Moscú en el Mar Negro

de Vladimir Rozanskij

Una respuesta a la escalada militar rusa en la frontera con Ucrania. Kiev preferiría una flota permanente de la Alianza Atlántica en la región. Expertos: la reacción negativa del Kremlin es inevitable; aumenta el riesgo de choques, incluso accidentales, en las aguas afectadas.

Moscú (AsiaNews) - Debido a las tensiones entre Rusia y Ucrania, este año se han multiplicado los buques de guerra de la OTAN que circulan y hacen maniobras en el Mar Negro, incluso de países miembros que no comparten las aguas interesadas. En 2021 las unidades navales de la Alianza Atlántica permanecieron en el Mar Negro durante 226 días. Como informa el sitio web Krym.Realii, los expertos ucranianos consideran que la OTAN es la única defensa posible contra la agresión rusa. Creen que es necesario formar una "flota del Mar Negro de la OTAN" para controlar el espacio marítimo durante todo el año; dicen que debería tener su base en Constanza, Rumania, e incorporar también fuerzas extra-OTAN, como las ucranianas y georgianas.

La fragata francesa de clase Fremm D654 Auvergne, estacionada en el Mar Negro desde hace un par de semanas, es el 31° buque de guerra de la OTAN que llegó en 2021. Su presencia ha provocado una fuerte reacción de Rusia, donde el centro administrativo de Defensa ha emitido un comunicado para asegurar que la flota rusa del Mar Negro "controla las actividades" de la nave francesa. En el Kremlin, la reacción a la llegada de nuevos barcos occidentales se ha convertido en un ritual, porque no solo arriban continuamente sino que el período de su permanencia es cada vez más prolongado.

El director del Instituto Ucraniano de Asuntos Estratégicos en el Mar Negro, Andrei Klimenko, que es también el jefe de redacción del portal BlackSeaNews, insta a no preocuparse demasiado por las reacciones del Kremlin. Considera que son completamente comprensibles en esta coyuntura: "Son reacciones operativas debido a la presión de Rusia sobre Ucrania, un patrón que ya lleva más de siete años".

Los últimos cinco barcos que entraron en la cuenca que rodea Crimea son cuatro estadounidenses y uno francés. Lo más probable es que hayan llegado debido a la escalada del conflicto ruso-ucraniano. "Qué bueno que encontraran el dinero necesario, no son paseos baratos", observa Klimenko. En efecto, se temen acciones militares rusas al comienzo del nuevo año y los movimientos de la OTAN podrían al menos retrasar estas amenazas. Los destructores estadounidenses de la clase Arleigh Burke llevan cada uno más de 90 misiles y evidentemente la reacción rusa a su presencia es muy negativa.

La reacción nerviosa de los rusos se basa entonces, evidentemente, en el cálculo claro de que una escalada del conflicto, planificada o accidental, sería insostenible para las fuerzas rusas. Aún si los rusos consiguieran impactar uno de los buques antimisiles, eso constituiría un ataque directo contra la OTAN, y activaría un mecanismo de defensa por parte de todos los países de la Alianza. Sin embargo, los ucranianos temen un posible bombardeo ruso en estos días festivos y los analistas en Kiev consideran extremadamente oportuna la llegada de la fragata francesa.

Durante todo el mes de diciembre Rusia intensificó a su vez las maniobras marítimas en la zona, obstaculizando la libre navegación civil y comercial y acercándose cada vez más a las costas de Ucrania, sus puertos y fuentes marítimas de gas natural, pero también a las aguas georgianas y al Bósforo. Esta tendencia aumenta cada día más la probabilidad de un enfrentamiento armado - incluso accidental - en el Mar Negro y el Mar de Azov.