Los afganos van a votar: con ‘Miedo y rabia’

Los episodios de violencia en el país son casi diarios, puesto contra la pared por los talibanes y el Isis. Enfrentamientos en la capital provincial de Farah entre rebeldes y fuerzas armadas. No hay ni un poco de confianza de que las cosas cambien: “En el pasado, quien votó perdió los dedos, las manos, la vida. Pero el éxito del voto fue cero”.

Kabul (AsiaNews)- En el contexto de los episodios casi cotidianos de violencia en Afganistán, “miedo y rabia son las dos caras de la misma medalla”. Así, Cristina Majorano, directora regional para Yemen y Afganistán de Intersos, describe los sentimientos con los cuales los afganos se acercan a las elecciones parlamentarias previstas para el próximo octubre.

Intersos es una Ong italiana que opera en el país con actividades de apoyo al sector sanitario y la lucha contra la malnutrición, seguridad alimenticia, protección de las personas vulnerables y acceso a la educación para niños y adolescentes.

La noche del 16 de mayo, los talibanes lanzaron una ofensiva en la capital provincial de Farah, en el oeste del país, enfrentándose con las fuerzas afganas en diversas partes de la ciudad y aterrorizando a la población. Algunos legisladores provinciales afirman que el 15 de mayo, centenares de combatientes talibanes había superado diversos pasos de frontera de seguridad, ocupando algunas zonas de la ciudad. El día sucesivo, la contraofensiva afgana apoyada por las fuerzas aéreas OTAN rechazó y mató a 300 talibanes. Si bien las autoridades afirmen que la ciudad ahora esté libre de los militantes, algunas fuentes afirman que los enfrentamientos están todavía en curso.

“Desde cuando a fines de abril los talibanes han anunciado la anual ofensiva primaveral, se despertaron preocupaciones no sólo por el gobierno, sino también por las personas”, comenta Ali Obaid, analista experto de Afghanistan Analysts Network. “(el miedo) influencia la vida social de las personas en las grandes ciudades, también aquí en Kabul”.

Las continuas violencias minan también el trabajo de las organizaciones humanitarias como la italiana Intersos, presente en Afganistán desde 2001. “Respetar (los compromisos humanitarios)-narra Majorana-se hace día tras día más difícil y pone en peligro a los mismos operadores humanitarios”. “Por este motivo-continúa- la comunidad humanitaria pide a todas las partes en conflicto que respeten las reglas del derecho internacional humanitario”.

A los miedos difundidos por el conflicto entre el gobierno afgano y los rebeldes talibanes, se agregan los ataques suicidas del Estado islámico (Isis). Sin embargo no obstante los numerosos atentados en Kabul y en otras zonas del país, “el Isis no se está convirtiéndose en más fuerte-explica Obaid-sino que mira hacia objetivos ‘vulnerables’. Quieren realizar ataques aquí, para poder estar en la primera página de los periódicos”.

El país está solamente en los “primeros estadios” del proceso democrático en vista de la vuelta electoral del 20 de octubre: no hay todavía listas de candidatos, pero el 14 de abril se iniciaron las registraciones de los 10 millones de los que tienen derecho al voto. “Se esperaba que un amplio número de personas se habrían registrado-afirma Obaid- pero por el momento son todavía pocos”. La baja participación llevó al comité electoral independiente (CIE) a desplazar la fecha tope del 13 de mayo al 12 de junio. Ayer, el CIE afirmó que por el momento se registraron 1,9 millones de personas-menos del 20% de los que tienen derecho al voto.

El 10 de mayo, la misión de la Onu en Afganistán, Unama. Afirmó que hasta ese momento se sucedieron 23 ataques a centros de registración electoral, con un resultado de 86 muertos y 165 heridos entre los civiles.

“Existen diversas posiciones en Afganistán”, explica el analista. “Algunas personas tienen miedo de ser objetivos si van a registrarse. Otros no se fían de quien será candidato. En el pasado, quien votó perdió los dedos, las manos, la vida. Pero el éxito del voto fue de hecho, cero: promesas incumplidas, siempre más corrupción en el gobierno. Todo esto produjo consecuencias negativas cuando se trata de elecciones y de construcción de confianza”.

Similar la evaluación de la directora de Intersos. “El clima de preparación para las elecciones no se ha relajado y la registración resulta ya ‘en riesgo’, con ataques a centros de registración que han provocado decenas de muertos y heridos”, comenta Majorana. “Los 40 años de conflicto han hecho de Afganistán una de las crisis humanitarias crónicas más largas de la historia. Cerca del 40% de la población vive al límite de la pobreza, con un acceso limitado a las oportunidades de trabajo y a los servicios elementares. En 2017 el conflicto provocó la muerte de más de 8 mil civiles y casi medio millón de personas escaparon de sus casas para buscar refugio en zonas más seguras. Dado el contexto, las expectativas en estas elecciones no son altas”.