Los EEUU aceptan negociar con China para evitar la guerra de los aranceles

Bajo la autoridad de la Organización mundial del comercio, se enfrentarán los aranceles impuestos por los EEUU sobre el acero y el aluminio y aquellos programados por China sobre los productos americanos. Como tema también el robo de las propiedades intelectuales.

Washington (AsiaNews/Agencias)- Los EEUU aceptaron negociar con China para resolver las tensiones ligadas al robo de propiedades intelectuales y a los aranceles sobre diversas exportaciones chinas. La aceptación aconteció presentando un informe de la Organización mundial en el comercio (WTO).

Si bien no completo, el paso da una luz positiva sobre la así llamada guerra de los aranceles surgida entre las dos más grandes economías del mundo.

Ya al inicio del mes China había pedido iniciar diálogos bajo la égida del WTO y encontrar una solución a las tensiones. El pedido sucedió después que los EEUU impusieron aranceles del 25% sobre el acero y del 10% sobre los productos de aluminio importados a los EUU por China. A continuación Washington propuso otros impuestos agregados sobre productos chinos por un valor de 50 millardos de dólares, acusando a Beijing de provocar un enorme desequilibrio comercial y de robar las propiedades intelectuales.

En un documento publicado hace 2 días, los EEUU se dicen disponibles para discutir con China sobre la cuestión, como también sobre los impuestos de EUU impuestos sobre el acero y el aluminio. Ellos también quieren conocer “las justificaciones” de Beijing en el querer imponer aranceles por 50 millardos de dólares sobre productos americanos, anunciado como respuesta a los aranceles de EEUU.

La guerra de los aranceles da miedo a muchos países, que temen pueda dañar las bolsas y la economía mundiales. Analistas y observadores esperan señales positivas o negativas del encuentro de hoy de los ministros de finanzas en el G-20 y dentro de 2 días en el encuentro anual de Fondo monetario internacional.

Mientras tanto los EEUU han puesto detrás de ellos a los países de la Unión europea y Japón, también ellos frustrados por las sobreproducciones de china y de las prácticas de transferencia forzada de tecnologías. Por otro lado, muchos países admirados por el crecimiento de la economía china y preocupados de las dificultades en las cuales se encuentra la americana, tienden a sostener a Beijing.