Llamamiento de las Iglesias del Oriente Medio, por los refugiados y desplazados

de Fady Noun

El Consejo de las Iglesias del Oriente Medio y el ACNUR tienen por objetivo “un despertar de la consciencia moral mundial” de los diversos actores, en la lucha contra la pandemia.

Beirut (AsiaNews) – Un “llamamiento a la solidaridad y a la acción social con las comunidades de refugiados y desplazados” fue lanzado en forma conjunta, por el Consejo de las Iglesias del Oriente Medio, con sede en Beirut, y por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR, en inglés UNHCR). El llamamiento también lleva la firma del Instituto Issam Farès de asuntos internacionales, de la Universidad Americana de Beirut (Issam Farès Institut for public policy and international affairs- AUB) y de la Fundación Adyan, que se dedica con ahínco al diálogo interreligioso y al desarrollo del concepto de “ciudadanía inclusiva de la diversidad”, tanto en el Líbano como en el mundo árabe. Se pide, en particular, “un despertar de la consciencia moral mundial” de los diversos actores en la lucha contra la pandemia.

El Padre Fadi Daou, fundador de Adyan, explica a AsiaNews que el llamamiento “debe ser visto en estrecha conexión con la visión de Papa Francisco sobre la responsabilidad social y religiosa, y la necesidad de dar una respuesta común a los grandes problemas que las naciones y las sociedades deben afrontar” en este momento.

"Este llamamiento se ha visto inspirado tanto por el miedo que provoca la difusión del virus, como por el miedo de la condena de las comunidades de desplazados y refugiados”, agregó el fundador de Adyan. “Por un lado, estas comunidades están menos protegidas que las demás; y por otro, sabemos que, desde tiempo inmemorial, la opinión pública y las autoridades a veces tienden a adosar las desgracias que pueden surgir a comunidades o individuos que funcionan como chivos expiatorios. Este llamamiento, que ante todo apunta a despertar a las sociedades y a las autoridades civiles y religiosas, a su responsabilidad en la lucha contra la pandemia, tiene, de alguna manera, una dimensión social preventiva”.

En efecto, en el documento se afirma que “nuestra solidaridad es crucial” para combatir la pandemia, ya que todos, ciudadanos y no ciudadanos, incluyendo a los refugiados “compartimos la responsabilidad”, con nuestro “interés puesto en la salud pública de todos”.

“Y con el mismo compromiso que nos une en nuestra lucha, debemos garantizar que el mismo miedo profundo no sea explotado para cultivar la fobia de los “otros” - cualquiera sea ese ‘otro’, esté cerca o lejos, incluyendo a aquellos que viven como desplazados en nuestra comunidad; semejante explotación y “relato negativo” socavarían nuestra unidad” y no harían más que “aumentar los riesgos de una exclusión social”.