Las purgas de Erdogan abarrotan las cárceles: más de 22.000 detenidos duermen en el suelo
Por primera vez, la población carcelaria total supera los 224.000 habitantes. En la actualidad las cárceles turcas pueden alojar un máximo de 200.000 detenidos. El gobierno libera a presos comunes para recluir a presuntos “golpistas”. Los fondos destinados a las prisiones superan el presupuesto de muchos ministerios. Para fines de 2017 se dispondrá de 76 prisiones nuevas.
Estambul (AsiaNews) – A causa de la superpoblación en las cárceles, al menos 22.000 detenidos que se encuentran recluidos en las prisiones de Turquía, muchos de ellos llevados allí tras el golpe frustrado en julio de 2015, son obligados a dormir en el suelo (el 9% del total). Según refiere el sitio web de información artigercek.com, el último balance arroja que por primera vez en la historia del país, la población carcelaria total ha superado los 224.000 habitantes.
Días atrás, el ministerio de Justicia turco refirió que, de las 381 prisiones diseminadas en el país, 139 fueron construidas en los últimos 10 años; de éstas, al menos 38 han sido levantadas en el último año para alojar a las víctimas de las purgas de Erdogan. Ankara tiene intenciones de ampliar la capacidad de las cárceles en al menos 11.000 unidades para fines de 2017, cuando se terminen de construir 76 prisiones nuevas. Otras 113 están en su etapa inicial, a las cuales se suman otras 18, que de momento sólo figuran como proyectos.
Según el informe, en este momento, las prisiones del país no pueden alojar a más de 202.000 personas; sin embargo, tras la caza de opositores y de (presuntos) golpistas emprendida por las autoridades turcas, las personas que hoy están tras las rejas suman más de 224.000. De éstas, 22.000 duermen todas las noches sobre el piso.
De una investigación publicada por el diario Cumhuriyet, surge que los fondos destinados a las prisiones son muy superiores al presupuesto del que disponen varios ministerios. El costo anual para el mantenimiento de cientos de miles de detenidos ha aumentado vertiginosamente, llegando a ser de 6,4 millardos de liras turcas (poco menos de 1,9 millardos de dólares).
Esto llevó a que el gobierno decidiera conceder la libertad vigilada a unas 3.000 personas incriminadas por delitos menores (no vinculados al terrorismo, ni delitos sexuales o implicación en el golpe); otros 10.000 reclusos que se encuentran en prisiones cerradas serán trasladados a cárceles de régimen abierto. Sólo tomando en consideración el corriente mes de agosto, las autoridades turcas han liberado a 38.000 detenidos para hacer lugar a nuevos ciudadanos que han sido arrestados por su participación en el golpe de Estado.
Al cumplirse un año del golpe fallido en Turquía, que en la noche del 14 al 15 de julio de 2016 hizo pender de un hilo, por algunas horas, el dominio del presidente Recep Tayyip Erdogan, prosigue la campaña de represión lanzada por las autoridades contra presuntos cómplices o sostenedores. Según el último saldo oficial brindado por el Ministerio del Interior turco, en poco más de un año han sido arrestadas 58.138 personas, más de 124.000 fueron sometidas a detenciones de duración variable, y cerca de 170.000 fueron sometidas a indagatoria. Son más de 130.000 las personas que han perdido su trabajo.
Periodistas, intelectuales, profesores, militares, funcionarios públicos o jueces; y aún más, médicos, deportistas, empresarios y simples ciudadanos: la represión del gobierno que sucedió al fallido golpe no ha dejado a salvo a ningún sector de la sociedad turca. Entre las acusaciones que se les endilgan, la mayor parte de las veces como pretexto, está la afiliación a grupos “terroristas” kurdos o la pertenencia al movimiento encabezado por el predicador islámico Fethullah Gülen, que se encuentra exiliado en Pennsylvania (Estados Unidos).
Según Erdogan y la cúpula de gobierno, él sería la mente del golpe de Estado en Turquía, que ha dejado un saldo de 270 muertos y miles de heridos. El líder islámico, otrora aliado del presidente, siempre ha negado de manera rotunda cualquier responsabilidad en los hechos, y ha solicitado que se emprenda una investigación internacional para esclarecer las circunstancias del golpe y cuáles han sido las fuerzas que lo inspiraron. En tanto, en los últimos meses, el líder turco –que ha definido el golpe de Estado como “un regalo de Dios”- ha promovido (triunfando con un escaso margen y acusaciones de fraude) un referéndum sobre el presidencialismo, a raíz del cual ha visto ampliados sus poderes. En los hechos, ahora, él se erige como padre y dueño de la nación.
17/12/2016 13:14
12/12/2017 10:07