Las mentiras de la policía china en Sinkiang
Se publicaron documentos oficiales robados de los servidores de las autoridades chinas: 3 mil fotografías de detenidos, varios videos, 20 mil actas de detención y más de 300 mil datos personales. Esto confirma que en la región de China hay campos de concentración para las minorías islámicas de habla turca.
Moscú (AsiaNews) - La Fundación Memorial Víctimas del Comunismo, una ONG estadounidense, publicó información secreta sobre los "campos de reeducación" en la región autónoma de Sinkiang (Xinjiang) en China. Los documentos se obtuvieron mediante el pirateo de los servidores de la policía local. Adrian Zenz, antropólogo alemán que se dio a conocer por sus investigaciones sobre el genocidio cultural de los uigures en Sinkiang, recibió los documentos de una fuente que prefirió permanecer en el anonimato, y creó una página web especial llamada "Las fake news de la policía en Sinkiang".
En el sitio se pueden consultar decenas de instrucciones operativas para los policías chinos, más de 3.000 fotografías de los detenidos, varios videos, 20.000 actas de detención y más de 300.000 datos personales de los habitantes de Sinkiang. Los colaboradores de la Fundación trabajaron durante más de seis meses en la sistematización de todos estos materiales. El mismo Zenz concedió una entrevista a la BBC, en la que explica que los documentos confirman que los campos de reeducación no son en absoluto "instituciones de formación voluntaria", como repiten las autoridades de China.
Como cuenta Zenz, "tenemos todo, los documentos confidenciales, los taquigramas de las intervenciones de los líderes, en los que hablan libremente de lo que piensan, las tablas electrónicas y las fotos. Se trata de una documentación sin precedentes que desmiente toda la narrativa propagandística china". Los expedientes policiales contienen actas que indican la presencia obligatoria de guardias armados en los campos, la disposición de armas y municiones en los depósitos e instrucciones precisas sobre la necesidad de abrir fuego contra quienes intenten escapar. También se ordena vendar los ojos, y aplicar esposas y grilletes a los pies de cualquier "estudiante" que tenga que ser transportado de un campo a otro, o incluso al hospital.
Los materiales publicados confirman las afirmaciones de los activistas humanitarios sobre la represión de la población musulmana de Sinkiang por la mera expresión pública de su fe. Como ejemplo, los periodistas de la BBC extrajeron de los archivos la historia de Tadžigul Tahir: en la fotografía aparece una mujer y en el fondo personas con porras. Tadžigul acabó en el campo de concentración a causa de su hijo, que también está en el campo, acusado de terrorismo. En los registros lo describen como una "persona con convicciones religiosas obstinadas" sólo porque no bebe ni fuma.
Hay muchos otros ejemplos de personas que son castigadas retroactivamente por actos que realizaron muchos años antes, incluso décadas, como haber estudiado textos islámicos en edad escolar. Las autoridades condenaron a algunos a 10 años de cárcel por el uso insuficiente de sus dispositivos informáticos, y en muchos casos se castiga a los habitantes de la región por no disponer de crédito en sus líneas telefónicas, acciones que se consideran intentos de eludir la continua vigilancia digital.
Los expertos creen que los archivos policiales no sólo revelan muchos detalles del sistema penitenciario chino, sino también su alcance general. Zenz señala que la mayor parte del material se refiere a la provincia de Konašekher, cuyo análisis muestra que en los años 2017-2018 sólo allí había unos 23.000 detenidos, es decir, más del 12% de toda la población local. Los expertos de la Universidad californiana de Berkeley confirmaron la autenticidad de las fotografías que se encontraron. Sin embargo, por su parte, la embajada china en Washington comentó que los archivos publicados sólo se tratarían de "información relacionada con la lucha contra el terrorismo, el radicalismo y el separatismo", y que no habría ningún elemento relacionado con los derechos humanos o la libertad religiosa.
