Las fronteras inciertas entre Armenia y Azerbaiyán
La Asamblea Nacional armenia celebró una sesión extraordinaria a puerta cerrada, solicitada por los partidos de la oposición, para debatir los procedimientos de demarcación de fronteras en los territorios en disputa. Bakú insiste ahora en la "restitución" de ocho pueblos de la región de Tavowš, mientras que Ereván afirma que Azerbaiyán ha ocupado "total o parcialmente" 31 de sus localidades.
Ereván (AsiaNews) - El conflicto de Nagorno Karabaj ha quedado atrás hace meses, aunque en Armenia sigue habiendo mucha tensión por la gestión de los numerosos refugiados de Artsaj, pero las relaciones con Azerbaiyán no consiguen alcanzar una verdadera estabilidad, con constantes escaramuzas fronterizas, acusaciones mutuas de "provocaciones" y reclamaciones de pueblos, ciudades y tierras. El presidente del Parlamento de Ereván, Alen Simonyan, reiteró una vez más en los últimos días que "no se habla de ceder más territorios armenios a Azerbaiyán", en respuesta a las pretensiones de Bakú de entregar algunos núcleos de población.
La Asamblea Nacional Armenia celebró entonces una sesión extraordinaria a puerta cerrada, solicitada por los partidos de la oposición Armenia y Tengo Honor, que representan un tercio de los diputados, para debatir la demarcación de fronteras y los procedimientos de demarcación entre los dos países eternamente enfrentados. Las negociaciones al respecto nunca han comenzado, lo que ha imposibilitado hasta ahora la conclusión de ningún acuerdo de paz. El Viceprimer Ministro Mger Grigoryan declaró que "hasta que no se resuelvan los problemas de seguridad, coexistencia social y los principios del derecho, no puede tomarse ninguna decisión para iniciar las conversaciones de delimitación".
La oposición exigía un debate abierto al público, pero el partido mayoritario del Acuerdo Civil impuso el secreto por motivos de "seguridad nacional", obligando a los diputados a entregar sus teléfonos móviles y excluyendo de la cámara a todos aquellos que no tuvieran acceso a información secreta. La cuestión más espinosa se refiere a la disposición expresada por el gobierno de Ereván a ceder durante las negociaciones una parte de la región de Tavowš, en el noreste del país, cuya capital es la ciudad de Idževan, lo que la oposición considera "una violación de las normas internacionales y de la propia Constitución". Según Bakú, hay ocho pueblos en la zona bajo control armenio que en realidad deberían ser asignados a la administración azerbaiyana.
Como señaló el viceprimer ministro azerbaiyano Šakhin Mustafaev, cuatro de estos pueblos (Baganis-Ajrim, Ašagy-Askipara, Khejrimly y Gyzylgadžily) "pertenecen a Azerbaiyán y deben ser liberados inmediatamente", mientras que para las otras cuatro (Jukhary-Askipara - en armenio Verin-Voskepar, Sofulu, Barkhdarly, Kjarki - en armenio Tigranašen) se requiere una evaluación acordada, al tiempo que se considera necesaria su "liberación". Por parte armenia, se afirma que Azerbaiyán ha ocupado "total o parcialmente" 31 pueblos armenios, y Simonyan declaró que "estamos dispuestos a devolver los enclaves azerbaiyanos, sólo si Bakú devuelve nuestro Artsvašen (en azerbaiyano Baškend), que por sí solo ocupa mucho más territorio que todos los pueblos azerbaiyanos de nuestro territorio".
De hecho, a principios de marzo se constituyó una comisión de demarcación, encabezada por los dos viceprimeros ministros Grigoryan y Mustafaev, que celebró siete reuniones preventivas, en las que se elaboró la normativa legal necesaria para iniciar el proceso de negociación. El 18 de marzo, el Primer Ministro armenio Nikol Pašinyan visitó la región de Tavowš y se reunió con los habitantes de los pueblos de Voskepar, Baganis y Kirants, informándoles de que "la demarcación está pasando a la fase operativa, y debemos hacer todo lo posible para que no vuelva a estallar la guerra". Los habitantes de la zona habían pedido al primer ministro que no devolviera los pueblos fronterizos a Azerbaiyán, amenazando con bloquear las carreteras y organizar una defensa autónoma de toda la región.
En el continuo juego de bandos, armenios y azerbaiyanos plantean en cada ocasión diferentes nombres de asentamientos, ya de por sí confusos en sus variantes lingüísticas, y zonas fronterizas calculadas de forma diferente en cuanto a extensión, de modo que la frontera resultaría en cualquier caso un loco laberinto entre montañas y valles. A menudo, estos lugares y sus nombres evocan antiguos conflictos u otros recuerdos históricos de los dos pueblos, en la frontera entre el cristianismo y el islam y entre Europa y Asia, donde la paz siempre ha sido sólo una esperanza de futuro.
29/09/2021 10:58
29/01/2024 09:49