Las fiestas pascuales de Moscú, entre campanas, dulces y quesos
La fiesta del “Don pascual” se desarrolla en la capital del 12 al 23 de abril. Ésta involucra a 24 plazas del centro y 19 parques. Se venden productos típicos de las regiones rusas: dulces, miel, quesos…y campanas. El Patriarca Kirill: “Si tuviésemos un poco de tiempo también junto al intendente Sergej Semenovich nos daríamos una vuelta en la calesita”.
Moscú (AsiaNews)- El Patriarca de Moscú Kirill (Gundajaev) y el intendente de Moscú, Sergej Sobjanin han visitado juntos una de las plazas del festival “El Don de la Pascua”, la plaza de la Revolución frente al teatro Bolshoj. La visita se realizó el pasado 17 de abril y ambas personalidades formaron parte también en la fusión de una campana.
En la plaza de la Revolución tiene su sede el laboratorio de fusión de las campanas del monasterio de S. Daniel. Los visitantes al festival pueden asistir al proceso de preparación de las campanas de bronce. El peso de cada campana es de cerca unos 16 kg y sobre todas las campanas se escribe: “Don de la Pascua en la Semana Luminosa. Moscú. Año 2017” (en la liturgia bizantina, la Semana “in albis” se la llama Luminosa).
“Gracias por haber querido visitar nuestro Festival del Don Pascual y habernos concedido Vuestra Bendición”, dijo el intendente dirigiéndose al Patriarca. “Son ya algunos días que se está desarrollando esta manifestación, a la cual han ya participado un enorme número de personas. Aquí se proponen mercaderías y productos de varias regiones del país, de varios monasterios e iglesias que están participando activamente en la fiesta”. El intendente de Moscú explicó que después del “Don de la Pascua” seguirá una cantidad de fiestas ciudadanas: el Festival de la Primavera, las celebraciones del 1° de mayo y de la Fiesta de la Victoria del 9 de mayo.
A su vez, el patriarca Kirill agradeció a los organizadores por la iniciativa del Festival ligado a la principal solemnidad cristiana, que este año se desarrolla por primera vez en forma difusa en la capital. Según sus palabras: “las personas que viven en las grandes ciudades hay muchas dispersas y divididas entre ellas. A veces viven en el mismo condominio y no se conocen. Hay pocas cosas que unen a las personas. Estas fiestas pascuales, las natalicias y tantas otras se están organizando bajo vuestra iniciativa en estos espacios maravillosos, son de gran ayuda para acercar a las personas sin ninguna formalidad”.
El Festival del Don Pascual se realiza del 12 al 23 de abril en 24 plazas del centro de Moscú y en 19 parques de la capital. Para participar al festival llegaron más de 340 pedidos de varios empresarios; en los espacios están presentes 143 empresas comerciales de vatrios empresarios, entre los cuales 25 pertenecientes a diversas iglesias ortodoxas, monasterios y asociaciones benéficas, comprendida la Lavra de la Trinidad de S. Sergio y del monasterio estauropégico de S. Daniel.
“Hay hermosísimos puestos, mucha música alegre, se puede ir también a las calesitas…Si tuviésemos un poco más de tiempo, también yo con el intendente Sergej Semenovich daríamos una vuelta en ellas”, dijo riéndose el jefe de la Iglesia Rusa.
La decoración principal del festival son las 10 reproducciones de las campanas de las iglesias de Moscú. En la tradición espiritual ortodoxa y en general en la cultura popular rusa, las campanas son uno de los símbolos más amados. En la plaza Pushkin, en el jardín nuevo de Pushkin y en el Boulevard de Tver se pueden ver los plásticos de una altura de tres metros de las campanas de la Catedral del Santísimo Salvador (la “Gran Solemne” y las “Campanas del Salvador”), el campanario de Iván el Grande con las campanas “del Oso”, “de Reut”, “de Cherson” y la “alemana”, luego la torre campanaria de la Asunción del Kremlin de Moscú (con la “Setecentesca” y la “Gran Asunción”), la Campana Grande del monasterio de San Daniel y la de la Alarma del Museo de las Armas.
Además, los huéspedes del festival pueden adquirir recuerdos y productos de muchas regiones rusas. Los agricultores de las regiones de Moscú, Lipetsk, Smolensk, Rjsan, Nizhnij Novogorod y Vladimir han traído leche y quesos, mostrando a los moscovitas que no es necesario perder tiempo y dinero en busca de los tanto famosos quesos italianos y franceses, ya convertidos en casi inaccesibles a causa de las sanciones económicas cruzadas con los países occidentales. Los productores de Volgograd, Kurbskij, Tambov, Saratov, Voronezh y de la provincia de Moscú han llevado miel, “oro dulce” con la cual los rusos se hicieron camino en Europa desde la época medieval de la “Vía de los Variagos a los griegos”, junto a la cera y a todos los derivados de la apicultura. Muy buscados el pan dulce, que en Rusia es el tradicional dulce pascual y está propuesto en más de 50 versiones diversas.
Sobjanin de 60 años fue puesto en la Municipalidad de Moscú en 2010 por deseo de Putin, después de la expulsión del omnipotente Jurij Luzhkov, que había presidido la administración moscovita por unos veinte años después de la caída del comunismo. Sobjanin, originario de la lejana región asiática de Tjumen es uno de los fieles compañeros de aventura política de Putin, del cual era jefe de la administración presidencial y llevó a la capital el espíritu del orgullo nacional, en lugar de la loca occidentalización de su predecesor. En las elecciones de 2013 fue confirmado como intendente por el voto popular, si bien no con el deseado plebiscito: si bien superó en gran medida por mayoría absoluta, el voto es recordado sobre todo por el halagüeño resultado de su principal opositor, el blogger Aleksej Naval´nyj, que con más del 25% se acreditó como el más popular hombre político ruso “no alienado”.
La organización en gran estilo del Festival pascual fue ulteriormente enriquecida y re-financiada en las últimas semanas, después de las tensiones de las manifestaciones juveniles de plaza contra la corrupción del Premier y de los miembros del gobierno, que han llevado también al arresto del mismo Naval´nyj y al atentado terrorista en el subterráneo de S. Petersburgo, para no hablar de las tensiones en la escena internacional. La dirigencia del Estado, con el apoyo convencido de la jerarquía eclesiástica, entienden hacer de las fiestas de primavera en una gran ocasión de pacificación nacional y una demostración de “fuerza tranquila” en relación con los sentimientos ruso-fóbicos de los países occidentales y del mundo islámico radical.
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