Las Lecturas navideñas: compromiso moral entre los jóvenes y en la sociedad
La serie de congresos, desarrollada del 23 al 26 de enero, ha congregado a más de 15.000 estudiosos, profesores, estudiantes y políticos de la Federación Rusa y del mundo. Metropolita Merkurij: “Es raro encontrar a quien esté dispuesto a colocar a la justicia cristiana como fundamento de su propia actividad profesional”.
Moscú (AsiaNews)- Del 23 al 26 de enero, se llevaron a cabo las “Lecturas Navideñas” de Moscú, un fórum eclesial y social que ya ha llegado a su 26ta edición. Con el correr del tiempo, este eje se ha vuelto muy abarcador y autorizado, luego de sus inicios, en los años Noventa, cuando se limitaba a unos pocos especialistas de ciencias teológicas y de cultura religiosa, surgidos de las neblinas del ateísmo soviético. Este año, en las Lecturas participaron más de 15.000 personas de todas las regiones de la Federación Rusa, a las que se sumaron numerosos huéspedes de todos los países del mundo.
En Moscú, se reunieron representantes de Ucrania, Bielorrusia, Estados Unidos, Gran Bretaña, Georgia, Grecia y de muchos otros lugares. Según la tradición de los años post-soviéticos, las Lecturas Navideñas tienen lugar bajo la presidencia del Patriarca de Moscú, y son organizadas por el Departamento Sinodal de educación religiosa y catequesis, guiado por el metropolita de Rostov, Merkurij (Ivanov). El patriarca Kirill (Gundjaev) inauguró la labor en el Palacio de los Congresos del Kremlin (foto 1), y al día siguiente hizo un reporte de los contenidos al Consejo de la Federación, al Senado Ruso, que ha estado involucrado en este importante evento social.
Tal como fue referido por el metropolita Merkurij (foto 3) al reunirse con los periodistas, en las distintas sedes de las Lecturas se desarrollaron más de 190 sesiones, en las cuales fueron tratadas cuestiones que atañen a la vida de la Iglesia actual, como la educación pública, la política juvenil, el voluntariado y la beneficencia, la restauración y construcción de las iglesias, la ciencia y la cultura. Este año participaron todas las escuelas superiores de Moscú, de las cuales 300 enviaron varios profesores y estudiantes para participar en las reuniones, y varios representantes llegaron de liceos de muchas regiones rusas. Los encuentros se llevaron a cabo en sedes particularmente prestigiosas y autorizadas, como la Cámara de Diputados (la Duma de Estado), la Cámara de Comercio, la Catedral de Cristo Salvador y la Universidad estatal “Lomonosov” de Moscú.
El director del Departamento Sinodal para relaciones entre la Iglesia y la sociedad, Vladimir Legojda, ha subrayado que no es casual que el tema principal de las Lecturas Navideñas de este año se haya centrado en “Los Valores morales y el futuro de la humanidad”. Según Legojda, “A menudo pronunciamos la palabra ‘moralidad’ vaciándola de significado. ¿De qué quiere hablar la Iglesia? Del hecho de que la moralidad se refiere a las emociones que hemos tenido recientemente frente a las tragedias en las escuelas de Perm y de Buratja, por ejemplo. El tema que presentamos está directamente conectado con la necesidad de educar [y educarse] ante todo a sí mismos, a fin de que ciertas cosas ya no sucedan más”. Según el representante del Patriarcado de Moscú, la verdadera moralidad “son burócratas que no roban, niños sin padecer la violencia ni el abuso de nadie, familias que no se fragmentan, el comercio socialmente responsable, y la capacidad de cada uno de no arrojar la basura fuera de casa, sin llamar a los periodistas por esto”.
Según Zinaida Dragunkina, presidente de la Comisión de Ciencia, Educación y Cultura que funciona en el Senado, “el tema de las Lecturas de este año también compete a la niñez, a la adolescencia y a cuestiones de valores morales que deben ser transmitidos a los más jóvenes. No podemos limitarnos a las declaraciones de principios, debemos preparar a los jóvenes para una realización práctica de estos valores”.
Durante las Lecturas, para alentar la participación de alumnos y estudiantes, también se desarrollaron dos concursos, uno reservado a niños, sobre el tema de la “Belleza del mundo divino”, y otro para jóvenes de hasta 20 años “Sobre el compromiso moral del docente” (foto 2). Ante la presencia de autoridades y de numerosos parlamentarios, los premios fueron conferidos el 25 de enero en la sala principal del Kremlin, y entregados por el patriarca Kirill junto a la presidenta del Senado, Valentina Matveenko.
El metropolita Merkurij también hizo entrega de un premio: una medalla “En memoria de los 100 años de la restauración del Patriarcado” que fue dada a la presidente Dragunkina. Al intervenir en la Mesa Redonda que cerró las Lecturas, y cuyo tema fue el “Rol de los valores ético-morales en la formación de la persona a través del sistema de educación”, Merkurij subrayó la importancia de la colaboración entre las jerarquías más altas de la Iglesia y las instituciones estatales en sus niveles más altos, en el campo de la educación: “Nosotros tenemos una receta más simple y eficaz, para [lograr] el renacimiento y el arraigo de la moral en nuestra Patria, que el camino incierto de la búsqueda del consenso: proponiendo el respeto de los preceptos evangélicos. No se puede no estar de acuerdo: nadie puede poner en discusión la grandeza de la doctrina evangélica. Al mismo tiempo, es raro encontrar a alguien que esté dispuesto a poner a la justicia cristiana como fundamento de su propia actividad profesional, sin corregirla según las circunstancias de la época y las dificultades de la evolución social… sin embargo, en la historia de la Iglesia y de nuestra patria, encontramos muchos ejemplos de sacrificio de los bienes terrenos en pos de la realización de los ideales del Evangelio”.
Según el metropolita, más allá de la justa formación en los deberes civiles, en la educación de los jóvenes es necesario inculcar el verdadero fin de la vida social, que es prepararse para la entrada a la patria celestial, ateniéndose a las palabras evangélicas: “Sólo de esta manera –concluyó Merkurij -“la Iglesia comprende el sentido, no sólo de la escuela, de la formación, de la instrucción, sino también de la política y de la construcción de la sociedad entera… Cada año, al organizar las Lecturas Navideñas, nosotros esperamos que la visión de la Iglesia se vuelva un elemento decisivo de la política estatal, para poder mirar nuestro futuro con verdadera esperanza”.
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