Lahore: Violación de una niña cristiana. Solidaridad de los líderes religiosos
Minahil, de sólo seis años, fue violada en la escuela Asan School System por Muhammad Hassan, empleado de la institución. El hombre fue detenido tras una denuncia de la familia, las pruebas realizadas a la niña confirmaron los abusos y se esperan los resultados del ADN. Líderes cristianos y musulmanes visitaron a la víctima y expresaron sus condolencias a los padres.
Lahore (AsiaNews) - Un nuevo caso de violencia sexual, que implica a una niña cristiana de sólo seis años, sacude las conciencias en Pakistán. El 9 de noviembre se celebró una reunión interreligiosa en la parroquia católica de San Francisco de Kot Lakhpat, un suburbio de Lahore, en un intento de aliviar las tensiones y garantizar apoyo y justicia a la pequeña víctima. Minahil, hija de Samsan Masih y Sonia Samsan, alumna del sistema escolar Asan de Faisal Town, fue víctima de abusos por parte de Muhammad Hassan, musulmán y trabajador del centro educativo.
Según testigos, el hombre violó a la niña el 31 de octubre. Un incidente que desgraciadamente no es aislado, sino que saca a la luz la dura realidad de la persecución y la injusticia que sufren las minorías, especialmente las mujeres y niñas cristianas. Un episodio que ha vuelto a visibilizar la necesidad de una acción colectiva contra los abusos a menores y por la protección de los niños vulnerables, independientemente de su fe o etnia.
Se presentó una denuncia contra Muhammad Hassan en la comisaría de Faisal Town; gracias a la rápida respuesta de la policía, que cooperó con la familia de la víctima, el agresor fue detenido y se encuentra en prisión preventiva. Entretanto, la niña ha sido sometida a un examen médico, que ha confirmado la violencia sexual ejercida contra ella, mientras la familia -que, a pesar de la pobreza, lucha por que se haga justicia- espera los resultados del ADN. Hasta la fecha, el estado de Minahil no es bueno, especialmente desde el punto de vista psicológico, debido al trauma sufrido.
La violencia sexual sufrida por la niña forma parte de un panorama más amplio de abusos, persecuciones y violaciones que sufren mujeres y niñas, incluso muy jóvenes, en Pakistán, como violaciones, secuestros, matrimonios forzados, confinamiento y traumas psicológicos duraderos. Estas atrocidades se utilizan a menudo para explotarlas y oprimirlas, privándolas de su dignidad y de sus derechos humanos básicos. Por ello, en respuesta al caso de Minahil, se convocó una reunión para promover la armonía religiosa, en la que participaron líderes de distintas confesiones. Personalidades del mundo islámico y del cristianismo asistieron a un acto bajo el lema de la unidad, el diálogo y el respeto mutuo. Una delegación de personalidades de las dos confesiones visitó también el domicilio de la niña y le aseguró su pleno apoyo en el asunto.
P. Lazar Aslam OFM Cap, sacerdote y conocido defensor de los derechos humanos, presidió la reunión, que congregó a destacados oradores de distintos ámbitos religiosos, entre ellos: los abogados Kashif Nemat y Mishal Shamas, Maulana Asim Makhdoom, Mufti Syed Ashiq Hussain y Allama Qari Khalid Mahmood. El muftí Syed Ashiq Hussain declaró que «ni el ejército ni la policía quieren que se explote o abuse de las niñas». «Estamos al lado de la familia de la víctima y les aseguramos nuestro pleno apoyo en este caso; el autor -subrayó el líder islámico- debe ser juzgado conforme a la ley». Cabe señalar que se trata de una figura prominente y su declaración subraya el compromiso de la policía y el gobierno en sus esfuerzos por prevenir la explotación y garantizar justicia a las víctimas. El muftí concluyó afirmando que Minahil es «una hija de la nación» y que los niños de las minorías «no deben ser maltratados ni sufrir abusos».
P. Lazar se refirió al Papa Francisco cuando subraya la importancia del «diálogo interreligioso como condición necesaria para la paz mundial» (Evangelii Gaudium 250). 'Trabajando juntos', dijo, 'podemos crear un mundo más seguro y compasivo para todos los niños'. Por último, el sacerdote agradeció a todos los participantes su solidaridad con la comunidad cristiana, alabó su apoyo y aseguró a la familia asistencia espiritual, moral y financiera. Concluyó recordando «la fe cristiana de la familia» y prometió «seguir de cerca el caso, asegurándose de que el autor sea procesado conforme a la justicia».
Foto: Flickr / Un Women Asia and Pacific
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