Lahore, desafío al terrorismo: la final de cricket electriza a los aficionados cristianos y musulmanes
Mañana se juega la final de la Pakistan Super League. Disputan cinco equipos locales en el campeonato. El billete cuesta más de 100 euros. El deporte, clave de lectura para superar las divisiones entre la población, desafiando al terrorismo.
Lahore (AsiaNews)- Aficionados del cricket, cristianos y musulmanes no ven la hora que se juegue la final de la Pakistan Super Leagur T20. El esperado partido se jugará mañana en el Qadhfi Stadium de Lahore entre el equipo de los “Quetta Gladiators” y el de los “Peshawar Zalmi”. El match de cricket, uno de los deportes más amado en toda Asia del sur, cae en uno de los peores períodos jamás vividos en el país, fuertemente probado por atentados terroristas de matriz islámica. El obispo anglicano de Peshawar, el Rev. Manu Romal Shah, comenta: “La población está frustrada y tiene una desesperada necesidad de relajarse. El cricket tiene el poder de unir a los paquistaníes, cualquiera sea su fe”.
En las últimas semanas en Pakistán sucedieron ocho ataques de matriz islámica. El más violento fue el de un templo sufi en la provincia de Sind, que costó la vida a más de 80 personas reunidas en oración. Por este motivo los organizadores de la competición han esperado hasta el último antes de decidir hacer jugar la final en Lahore, teatro del primer ataque de la nueva ola de violencia. Los otros partidos fueron jugados en los Emiratos Árabes Unidos.
“Podrían necesitarse diversos años-agrega el Rev. Shah- antes de lograr mejorar la imagen de Pakistán. Pero somos apasionados fanáticos del cricket, que merecemos divertirnos. En el país no existen canales de entretenimiento. Estamos cansados de ver a los políticos que combaten entre ellos y las imágenes de las explosiones”.
El cricket es el segundo deporte en el mundo por número de seguidores. Desde 2007 la liga profesional creó una versión llamada Twenty20, o T20, entre las cuales entra la Pakistan Super League. Se trata de un match más breve del normal, unas 3-4 horas de juego a diferencia de los cinco días consecutivos del Test o del juego entero previsto en la One Day International.
En Pakistán desde 2009 no se juegan partidos a causa de problemas de seguridad, después que una granada lanzada contra el equipo de Sri Lanka provocó la muerte de seis policías y dos civiles, además fueron heridos seis jugadores. La final es un evento tan raro que en las taquillas se crearon largas colas de fanáticos, en espera de comprar las entradas, agotados poco después de la emisión.
Uno de los afortunados, logró comprar el último billete, es Muhammad Ahsan Ali (v. foto), vendedor de teléfonos celulares. Apenas salió del Banco de Punjab muestra con orgullo el recibo del valor de 12 mil rupias (108 euros). “Tenía que venir mañana- pero los ticket se estaban agotando. Había más de 1000 personas en cola, en espera de poder comprar”. El comerciante explica que antes del reinicio del terrorismo, “a la ciudad de Lahore llegaban personas de todas partes del mundo”. “Todo posible, hasta derrotaría al terrorismo, si hacemos un esfuerzo sincero”.
Samson Salamat, presidente cristiano del Rwadari Tehreek Movement (Movimiento por la tolerancia), sostiene. “Todas las actividades culturales, comprendidas las deportivas, deben ir adelante con continuidad. De todos modos, poner fin a las organizaciones terroristas, a los actos de los extremistas y a los que los facilitan es indispensable si se quiere asegurar el retorno del juego internacional del cricket a Pakistán”.