La ‘primavera’ de Mosul: la bicicletada 'rosa' y la mezquita de al-Nuri
En los últimos días, unas 35 mujeres de entre 15 y 30 años participaron en una carrera de bicicletas por las calles del casco antiguo de la ciudad. En el pasado, el ciclismo era un tabú; según una superstición, provocaba la pérdida de la virginidad. Se adjudicó el proyecto de restauración de la mezquita destruida por el ISIS. P. Paolo: los cambios son notables a nivel social pero siguen existiendo dificultades económicas y administrativas.
Mosul (AsiaNews) - La carrera de bicicletas femenina es un evento que atestigua un "cambio notable" a nivel social, con crecientes intentos de integración tras los años oscuros del Estado Islámico (EI, antes ISIS). Sin embargo, aún quedan muchos nudos sin resolver y cuestiones abiertas, principalmente la "corrupción" en el plano económico y las "dificultades" desde el punto de vista administrativo, en parte "debido a fuerzas externas" que alimentan la tensión. En diálogo con AsiaNews, son los comentarios del padre Paul Thabit Mekko, responsable de la comunidad cristiana de Karamles, en la llanura de Nínive. Describe la situación en Mosul, el antiguo bastión del "califato", donde "aún sigue vivo el recuerdo de la visita del papa Francisco". Él espera que la visita del pontífice “no quede en un simple recuerdo, sino que pueda fructificar con miras a una reconstrucción" del tejido económico, social y cultural.
El 12 de abril Mosul asistió a una carrera ciclista exclusivamente femenina (ver fotos), un acontecimiento impensable hasta hace pocos años, cuando los milicianos del ISIS reinaban en la metrópoli norteña y decapitaban a jóvenes por el mero hecho de escuchar "música occidental". En esta ocasión, unas 35 jóvenes de entre 15 y 30 años, de diferentes religiones y vestidas de las formas más variadas -con y sin velo- participaron en la manifestación, desfilando por las calles del casco antiguo de la ciudad.
Uno de los objetivos de la bicicletada era animar a las mujeres de todas las edades a utilizar la bicicleta, y al mismo tiempo mostrar la cara de una metrópoli que sigue herida, con sus calles y edificios devastados. La carrera partió de la gran mezquita de al-Nuri, y luego desfiló por las calles y plazas. Muchos jóvenes tuvieron que tomar clases para participar, porque el uso de la bicicleta -sobre todo entre las mujeres- no está muy extendido en Irak. Esto se debe, en parte, a una antigua superstición, según la cual el uso de este medio de transporte provocaría la pérdida de la virginidad.
"Cuando ves a una mujer que se desplaza en bicicleta en una ciudad que durante mucho tiempo estuvo controlada y subyugada por una mentalidad fundamentalista -dice don Paolo-, esto representa un cambio para mejor. Y también es una señal de que las mujeres están conquistando cada vez más espacio, creando y alimentando el cambio. Uno de los primeros pensamientos de los fundamentalistas es precisamente controlar, cubrir y reprimir a las mujeres. Una simple carrera de bicicletas en la que participaron musulmanas, cristianas y yazidíes -observa- es un signo y una señal de que la sociedad está despertando".
"En cierto sentido, podemos hablar de una primavera en Mosul -continúa el sacerdote- , aunque los trabajos de reconstrucción procedan con lentitud y queda mucho por hacer. Recientemente hemos inaugurado un puente que facilita el tráfico de la ciudad, pero la mayor parte de las carreteras y calles siguen en ruinas y el problema de las infraestructuras es importante". Entre las señales positivas de los últimos días está la noticia de la asignación de las obras de reconstrucción de la gran mezquita. Ésta fue utilizada en 2014 por el líder del autodenominado Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdadi, para proclamar el "califato". En junio de 2017, los milicianos yihadistas -posteriormente derrotados militarmente por el ejército iraquí- destruyeron con explosivos el histórico edificio del siglo XII, dejando gran parte de la ciudad en ruinas.
La reconstrucción de la mezquita, así como de algunas iglesias históricas (el Reloj de los Dominicanos y el Monasterio de San Jorge), forma parte de un proyecto destinado a "revivir" el "espíritu" de Mosul. Un grupo de arquitectos egipcios ganó la licitación para la reconstrucción de la mezquita, cuyo proyecto se impuso frente a otras 123 propuestas que concursaron; las obras comenzarán de aquí a un año. La sala de oración de la nueva mezquita Nur al-Din Mahmoud Zangi será similar a la original, pero se están estudiando varios cambios, como un mayor uso de la luz natural y más espacio para las mujeres.
"Mosul está en movimiento, la gente busca trabajo aunque la pandemia de Covid-19 haya frenado un poco el nivel de actividad. Están esperando oportunidades para volver a empezar", dice Don Paolo, "y el ámbito social es una de las áreas más ricas en iniciativas, a pesar de los muchos problemas que siguen sin resolverse". El gobierno local, concluye el sacerdote, "no es fuerte; por otro lado, hay milicias que siguen activas, controlan zonas enteras de la ciudad, y operan según sus propios intereses. Y luego está el tema de la corrupción y los problemas en el ámbito administrativo. Hay un deseo de volver a empezar, aún cuando los problemas relacionados con las fuerzas externas permanecen y deben ser resueltos".