La solidaridad libanesa con la población siria afectada por el terremoto
Impulsos de generosidad, mensajes de condolencia y de apoyo de los ciudadanos. Los primeros equipos de socorro que se enviaron al lugar. Una delegación ministerial visita Damasco. A pesar de la grave crisis económica, el País de los Cedros también se moviliza para prestar ayuda. Como con la explosión en el puerto de Beirut, unidos en la tragedia.
Beirut (AsiaNews) - La potente sacudida sísmica del 6 de febrero también la sintieron claramente los libaneses, que se despertaron en mitad de la noche por los fuertes temblores, aunque desconocían el motivo de los movimientos telúricos. A los habitantes de la capital les vino inmediatamente a la mente el terrible recuerdo de la explosión en el puerto de Beirut el 4 de agosto de 2020. Ironía de la tragedia, muchos recuperaron la calma al darse cuenta de que se trataba de un terremoto, y no de la explosión accidental de un almacén, un bombardeo o incluso un atentado. En los suburbios del sur de Beirut, cuando Hussein oyó gritos de "Allah Akhbar" al momento del temblor, lo invadió el pánico. "Creí que era el regreso del Mahdi [el fin de los tiempos, según el Islam]", cuenta este joven de 22 años recordando aquellos momentos.
Las relaciones entre Siria y Líbano están congeladas desde finales de 2011. Entre las causas se encuentran la sangrienta represión de la revuelta popular por parte de Damasco y la sanción de la Liga Árabe al régimen de Bashar al-Assad con motivo de la guerra civil. No obstante, una delegación ministerial compuesta por el jefe de la diplomacia, Abdallah Bou Habib, y los ministros salientes Ali Hamiyé (Obras Públicas), Hector Hajjar (Asuntos Sociales) y Abbas Hajj Hassan (Agricultura) parte hoy hacia Siria para una visita oficial. En el centro de la misión está la "posibilidad de ayuda de los libaneses en el marco de las operaciones de rescate en curso".
En efecto, en las últimas horas, algunos equipos de rescate y unidades de respuesta de emergencia ya han partido hacia las zonas de Siria afectadas por el terremoto. Ayer, el ejército libanés anunció la partida de 15 ingenieros militares al país vecino para participar en las operaciones de búsqueda y rescate. Se liberaron algunos fondos y se asignaron a un equipo de Protección Civil. La Cruz Roja Libanesa, por su parte, también envió un equipo de expertos. Por su parte, el ministro Ali Hamiyé (exponente de Hezbolá) declaró ayer que varios empresarios y compañías libaneses habían decidido donar excavadoras y otras herramientas pesadas útiles en operaciones de excavación y para retirar escombros. "Nuestros puertos y nuestro aeropuerto están disponibles para las operaciones de rescate. Y estarán abiertos a todos los barcos y aviones que transporten ayuda, obviamente exentos de pagar impuestos y tasas [por escalas o aterrizajes]", añadió el jefe de la diplomacia de Beirut.
Las Iglesias también mostraron su solidaridad con la población afectada, entre la que se encuentra un buen número de creyentes de sus propias comunidades. Todos los movimientos políticos, sin excepción, se solidarizaron con la población siria, pero algunos como Farès Souhaïd hicieron notar que su solidaridad era con "el pueblo, no con el régimen [de Assad]". Siguiendo el ejemplo de Washington, añade, hay que impedir que el régimen gobernante desvíe el impulso de la solidaridad humana en su propio beneficio. Un planteamiento compartido por muchas fuerzas políticas que podría definirse en relación con el "soberanismo".
Las iglesias, abiertas a los refugiados
Sin embargo, la tarea de enviar ayuda desde Líbano se complica por el hecho de que las regiones afectadas por el terremoto están controladas en algunos casos por el gobierno sirio y en otros por grupos rebeldes y yihadistas que se oponen a Damasco. Dentro de la zona gubernamental, la provincia de Alepo concentra más de una cuarta parte de las defunciones. La metrópoli, en otro tiempo capital económica y comercial del país, sufrió un duro golpe con el derrumbe de unos 50 edificios.
A petición de los obispos de Alepo reunidos en un comité de emergencia, Vincent Gelot - director para Líbano y Siria de "L'Œuvre d'Orient" acompañó ayer desde Beirut un camión de 10 toneladas cargado de mantas para la emergencia en la ciudad. La ONG coordina su intervención de común acuerdo con el nuncio apostólico en Damasco, el card. Mario Zenari, que también llegó ayer a Alepo con un cargamento de combustible. El combustible es esencial para combatir el frío que caracteriza estos días y que complica aún más la vida de una población que desde hace tiempo es la "víctima principal" de las sanciones estadounidenses y occidentales destinadas a golpear a Assad y su entorno. Por último, se abrieron mezquitas e iglesias sin distinción para acoger a las familias cuyas casas y alojamientos quedaron destruidos o que, por prudencia, es preferible dejar deshabitadas porque quedaron dañadas y debilitadas por el terremoto. Otros prefieren refugiarse en lugares de culto por el simple temor de volver a casa ante el riesgo de que haya nuevos temblores devastadores.
14/02/2023 14:51
10/02/2023 14:06