La sequía en Sri Lanka devasta las tierras de cultivo y alimenta la caza furtiva
Al menos 13 distritos del país se encuentran afectados y 50.000 acres de campos de cultivo han quedado destruidos, sobre todo arrozales. Ante el temor de que se disparen los precios, muchos buscan ya alimentos improvisados. El gobierno rechaza la idea de ofrecer indemnizaciones y está a la espera de las lluvias de octubre. Los traficantes envenenan los pozos para revender los animales capturados y sacrificados.
Colombo (AsiaNews) - Debido a la reciente sequía, al menos 13 distritos del país se encuentran afectados por una grave escasez de agua, y 50.000 acres de tierras agrícolas, entre arrozales y campos de cultivo, han quedado destruidos. Con la disminución de la producción de arroz, se anticipa la escasez de un alimento básico de la dieta del país y un aumento brusco de los precios. Hasta la fecha no parece necesario comenzar una importación urgente de arroz, pero el gobierno podría verse obligado a hacerlo en los próximos meses, mientras que los productores aprovecharán las limitadas reservas del Paddy Paddy Marketing Board para un aumento general de precios que afectará al consumidor final, que ya está pasando apuros debido a la crisis económica.
Según altos funcionarios del Ministerio de Agricultura, "las estimaciones de los daños en las cosechas aumentan día a día, a medida que se destruyen los cultivos debido al calor y la escasez de agua". Por el momento, explican los funcionarios, "no hay escasez de alimentos, porque las existencias de molinos y agricultores son suficientes para alimentar al país, pero es posible que nos veamos obligados a importar arroz hacia fin de año". Como India y China han dejado de exportar arroz, advierten, "nos enfrentaremos a un grave problema". De momento no hay planes para hacerlo. El Gobierno debe tomar medidas para resolver la situación".
Entrevistado por AsiaNews, el economista Senarath Manatunga explica que “los agricultores han pedido reiteradamente una compensación por las cosechas dañadas. Muchos de ellos sembraron después de obtener préstamos bancarios y no pueden pagarlos ni cubrir los gastos domésticos. Recientemente algunos agricultores han prendido fuego a los cultivos dañados en varias zonas, aunque esto no resuelve el problema”.
Sin embargo, el ministro de Agricultura Mahinda Amaraweera ya ha informado que no se otorgará ninguna compensación a los agricultores que prendieron fuego a los arrozales, la paja o los cultivos marchitos. Ante la decisión de los agricultores de prender fuego a los cultivos para recibir una indemnización, el gobierno hizo saber que "no se pagará ninguna compensación por las tierras incendiadas". También se apunta a los responsables que no han sabido evaluar y responder a tiempo a la situación crítica provocada por la sequía. El Departamento de Meteorología ha pronosticado fuertes lluvias entre octubre y noviembre, por eso se "aconseja" a los agricultores y empresarios agrícolas que se centren en la próxima temporada.
En este momento los habitantes de los distritos de Anuradhapura y Polonnaruwa excavan y extraen raíces de loto de los embalses secos para alimentarse, porque las reservas de arroz disponibles son demasiado caras. Por otra parte, el agua potable también escasea en varias zonas. El Departamento de Riego ha advertido que después de liberar agua para 900.000 acres de arrozales durante la próxima semana, la situación seguirá empeorando en el futuro. El nivel de los principales embalses se mantendrá por encima del 20%, mientras que los embalses más pequeños en regiones como Kurunegala caerán por debajo del 10%. El Centro de Gestión de Desastres (DMC) ha proporcionado 140 cisternas portátiles de agua potable a quienes dependen de los depósitos.
Nishantha Kahandgama y Upul Mediwaka, funcionarios del sector de fauna silvestre, señalan otro problema relacionado con la crisis del agua: "Los cazadores furtivos -explican- aprovechan la sequía para matar animales envenenando los pozos de agua" y después los venden, como se ha comprobado en el Parque Nacional de Yala, el segundo más grande de la isla, sobre el Océano Índico. “Se han encontrado cadáveres de animales envenenados y tenemos que encontrar a los sospechosos. Estos cazadores furtivos -concluyen- han enviado la carne envenenada a muchas partes” y esto podría suponer “una amenaza para la salud o la vida de quienes la consumen”. Los cazadores furtivos se dirigen principalmente a los turistas locales y hemos pedido a las personas que viven en las aldeas cercanas que nos informen si conocen a alguien involucrado en este negocio ilegal".
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