La reforma del islam y los “coranistas”, perseguidos en Arabia Saudita
La sharia deriva de interpretaciones medievales del Corán, basada sobre insuficientes conocimientos. Es también instrumentalizada por el poder político. Mohammed Arkoun definió al sunismo como un engaño político. El programa de reforma: tener sólo el Corán y abandonar el hadiz y la sunna; revisionar el valor de la mujer; eliminar las violencias y las penas corporales; garantizar la libertad de conciencia. Averroé e Ibn Khaldoun fueron los reformadores del pasado. Hoy están Mohamed Sharour y Ferhane El Maliki, quien arriesga ser decapitado en las prisiones sauditas.
París (AsiaNews)- No es un sueño sino una hibernación que duró demasiado y que ha tenido efectos negativos y nefastos sobre el islam contemporáneo y sobre la religiosidad de los mismos musulmanes. Lamentablemente, estos efectos se manifiestan siempre con intensidades diferentes. El menos intenso es la violencia verbal; el peor es hacer explotar una bomba en medio de la multitud, cortarle la lengua a un niño o lapidar a muerte a una mujer. En las comunidades musulmanas que sostienen la sharia como fuente legislativa o en aquellas que se inspiran en la sharia para elaborar la propia Constitución, estos fenómenos no son para nada algo reciente.
Trato de explicar a los lectores no musulmanes que ignoran del todo o en parte, qué significa la sharia: ésta significa y comprende a todas las leyes islámicas derivadas de las interpretaciones medievales del Corán, tomadas de los textos apócrifos atribuidos al Profeta y a menudo constituidos por un conjunto de opiniones de teólogos sabios aprobados por los poderes políticos en acto. Es decir: leyes con orígenes ligadas a sociedades que, por un lado tienen escalas de valores completamente extrañas a aquellas de las sociedades contemporáneas, fundadas en la libertad de conciencia, dignidad y derechos humanos; por otro lado, conciencia y medios epistemológicos muy estrictos y mínimos respecto a aquellos disponibles en el mundo moderno.
Sharia, al servicio de fines políticos
En otras palabras, la sharia no representa en modo fiel al Corán y la mayor parte de las normas que la constituyen están en clara violación de aquello que el Corán establece como leyes. El rol de los califas y de los diversos regímenes políticos no debe ser descuidados negligentemente. La religión fue y continuará siendo utilizada para fines ideológicos y políticos. Esto es visible en los hechos que en cada país donde se estableció la sharia, existe una hostilidad creciente contra el occidente y los valores que éste encarna, como la libertad de conciencia, de expresión, de elección de religión, de creer o no creer, la laicidad; al mismo tiempo, se realizan actos aberrantes contra los otros musulmanes que tienen una visión diferente de la religión o del modo de vivir.
Si digo que los efectos negativos y dañinos son aún evidentes en el mundo musulmán es porque estas concepciones de un Dios autoritario- que hace distinciones o prefiere al hombre en vez que a la mujer, ama sólo al musulmán y odia a quien no lo es- están siempre presentes en el espíritu islámico. Son predicadas en las mezquitas, transmitidas por los canales religiosos y enseñados en las escuelas estatales.
Si las cosas continúan en esta perspectiva, el islam espiritual será llevado a desaparición total y definitiva y dejará el lugar a un islam ideologizado, tradicional y riguroso. Para evitar este cataclisma, es necesario optar por una reforma y un cambio de los mitos fundadores de este islam fundado entre el siglo IX y el inicio del X.
A mi parecer, para hacer esto se necesita iniciar un análisis científico de la historia y volver a reescribirla según según las modalidades y las instrumentaciones actuales, basadas sobre pruebas materiales y el estudio antropológico de esta heredad.
Por un islam espiritual
Tal trabajo fue realizado en un modo considerable por Mohammed Arkoun, profesor emérito del pensamiento islámico en la Sorbona, que falleció el 14 de septiembre de 2010. Él había hecho un brillante análisis sobre el sunismo, visto como un engaño político por parte de los compañeros del Profeta, como también por las primeras generaciones que siguieron después de la muerte de Mahoma.
En segundo lugar, es necesario considerar a los compañeros del Profeta como seres infalibles y reconocer sus errores de análisis y su fracaso en el buscar una metodología correcta de interpretación. Tal jaque es debido ciertamente al nivel de conciencia disponible en sus épocas, como también a la interpretaciones que eran influenciadas por el contexto, por la cultura y por las normas sociales de entonces. esto significa que ellas no tienen más valor. esto es: estas son personas que han hecho ya su época.
En tercer lugar, es necesario revisionar las relaciones establecidas entre el islam y los poderes políticos, como también la utilización pérfida de esta religión por parte de los diversos imperios y califas, con finalidades puramente políticas. Según mi parecer, lo que queda como primario en este proceso de reforma es el de revisionar el trato reservado a la mujer, que en general está colocada en segundo lugar y al servicio de los hombres en nombre de la religión; prohibir todas las formas de violencia y de castigos corporales hacia mujeres, homosexuales, lapidaciones, amputaciones de las manos a los ladrones, como también la ejecución para aquellos que abandonan el islam.
En cuarto lugar, dejar de tomar los textos apócrifos, conocidos con el nombre de “hadiz” o la “sunna” del Profeta como una fuente de inspiración para legislar t tomar al Corán como una sola y única fuente para crear las leyes religiosas. En concreto: es necesario dejar de decir al Profeta lo que él jamás dijo y terminarla con esta arrogancia de prohibir a los musulmanes aquello que Dios no prohibió. es un modo de autoproclamarse representantes de Dios sobre la tierra por parte de los sabios sunnitas o chiíes.
En esta óptica y a lo largo de la historia, hay cerebros que piensan, hay intelectuales y sabios que ya en el pasado han desarrollado investigaciones singulares y reflexiones reformistas para salvar a este mundo musulmán. Pero éstos, fueron marginados, excomulgados o decapitados.
Reformadores del pasado y del presente
Entre éstos están Averroé o bin Rochd y el histórico, economista, geógrafo, demógrafo y hombre de Estado Ibn Khaldoun. El primero propuso interpretar el Corán en un modo adecuado a la razón, según tres niveles de análisis lingüística: la aparente, el fondo, la imagen, hasta que la interpretación no esté conforme a la razón.
El segundo, con su libro “Prolegómenos”, que continúa siendo válido como un análisis histórico y socio-económico para un diagnóstico de las sociedades musulmanas.
En el día de hoy, hay una corriente de pensamiento definida “de los coranistas” que toman solamente al Corán como una fuente de legislación religiosa. Ellos tienen una metodología de análisis lingüística basada en conocimientos avanzados. Ellos rechazan en modo categórico la sharia que para ellos continúa siendo un producto humano. Mohamed Sharour (Foto 2) es uno de los grandes pensadores de esta corriente de pensamiento que hace una lectura adecuada a la razón, a la cultura moderna y a los valores humanos universales. En el mundo musulmán, este recorrido es todavía desconocido y a menudo es demonizado por los imanes y por los regímenes políticos porque éste constituye un peligro para ellos, que hacen de la religión su negocio.
Como información, los libros de Mohamed Sharour están prohibidos en Arabia saudita. Esta última tiene encarcelado al pensador coranista y profesor universitario Ferhane El Maliki (Foto 3). Él arriesga la decapitación por haber puesto en discusión los 5 pilares del islam y por su oposición a la ofensiva saudita en Yemen.
17/12/2016 13:14