La pulseada Guterres-Trump respecto a una OMS ‘demasiado china’

de Bernardo Cervellera

El presidente de los EEUU amenaza con recortar los fondos destinados a la ONU en materia de salud. El secretario de la ONU dijo que “no es momento” para reducir los recursos en la lucha contra el coronavirus. Más allá de las lecturas ideológicas, la OMS ha seguido al pie de la letra las instrucciones de China, haciendo silencio sobre el coronavirus, la transmisión de persona a persona y demorando las alertas de pandemia además de impedir la ayuda de Taiwán. El director, Tedros Adhanom Ghebreyesus, es el primero en haber politizado el problema de la salud.

Roma (AsiaNews) - El secretario de la ONU, Antonio Guterres, ha defendido a la Organización Mundial de la Salud luego de las declaraciones del presidente de los EEUU, Donald Trump, quien anunció su intención de recortar los fondos destinados a la OMS por haber fracasado en la gestión de la pandemia de Covid-19. La acusación, que surge de muchas partes, no solo de los EEUU, es que la OMS es un lacayo de China.

Ayer, en un encuentro con los periodistas, Trump acusó a la OMS de haber “gestionado de forma muy grave la enfermedad y de haber ocultado la propagación del coronavirus”.

Al estallar la pandemia, la OMS solicitó no cerrar las fronteras con China. Al seguir esas instrucciones, dijo Trump, “las demás naciones y regiones han acelerado la pandemia en el mundo”. Es más, “la OMS no tomó en consideración los reportes fehacientes provenientes de fuentes de Wuhan, que contrastaban directamente con los reportes oficiales del gobierno chino”.

Tras aludir a estos motivos, el presidente de los EEUU manifestó su intención de recortar los fondos que los Estados Unidos derivan anualmente a la OMS. El año pasado, Washington destinó 400 millones de dólares, que representan casi el 15% del presupuesto de la ONU en materia de salud.

Aún no queda claro si Trump podrá actuar de forma directa: en sí, las contribuciones a la OMS requieren de la aprobación del Congreso americano.

Por su parte, Guterres, en una declaración escrita, subrayó que la crisis que el mundo está viviendo necesita del sostén de todos. Él adimitió que puede haber “diferentes interpretaciones” de la actuación del organismo. “Cuando hayamos dado vuelta la página de esta epidemia, habrá tiempo para mirar atrás, para averiguar en mayor profundidad cómo surgió esta enfermedad, cómo se difundió su devastación velozmente en todo el planeta y cómo reaccionaron a las crisis los involucrados”. Sin embargo, dijo, “este no es momento” para reducir los recursos en la lucha contra el coronavirus.

Para varios analistas, las palabras de Trump provienen de la frustración; en poco tiempo, Estados Unidos se ha convertido en el país con mayor número de víctimas del coronavirus, con 25.000 muertos y 600.000 casos positivos. En el mundo, la pandemia ya ha acabado con la vida de más de 125.000 personas, infectando a casi 2 millones de individuos.

Como si esto fuera poco, la pandemia ha sido politizada, convirtiéndola en un enfrentamiento entre el “modelo chino” y el “modelo EEUU”, o en líneas más generales, “occidental”. El modelo “chino”, elogiado por la OMS, parece haber surtido éxito en la epidemia, llegando a poco más de 83.000 infectados y 3.300 muertos. Desde esta perspectiva, Trump estaría tratando de azotar a China para mantener la supremacía de los EEUU en el mundo.

Más allá de estas lecturas ideológicas, lo cierto es que algunos hechos muestran una dependencia excesiva de la OMS respecto a Beijing.

Ante todo, la epidemia fue descubierta en diciembre del 2019 y denunciada por varios médicos de Wuhan, pero esto fue desestimado por la OMS, que optó por seguir al gobierno chino, suprimiendo las denuncias y asegurando al mundo que no había nada que temer.

A fines de diciembre, varias personalidades de Taiwán pusieron en guardia a la OMS sobre casos de transmisión de persona a persona en la epidemia de coronavirus. Sin embargo, dado que Taiwán no es reconocida como miembro del organismo, porque oficialmente es parte de China, su voz no fue tomada en consideración. Hasta el 14 de enero, la OMS mantuvo la misma posición que Beijing: no hay signos de que el virus se transmita de persona a persona.

El 22 de enero, mientras se registraban enfermos de coronavirus en Corea del Sur, Japón y Talandia, la OMS se negó a emitir el alerta mundial. El 23 de enero, Beijing dictó la cuarentena estricta en Wuhan y en Hubei.

El 4 de febrero, cuando ya Italia y los EEUU habían cerrado los vuelos desde y hacia China, el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, criticó la decisión porque esto podía tener “el efecto de aumentar el miedo y la estigmatización, con pocos beneficios para la salud pública”.

El 26 de febrero, Tedros aún vacilaba respecto a declarar una pandemia mundial. Según sus palabras de aquél momento, “no hay un riesgo significativo, [y se corre el riesgo] de amplificar innecesariamente el miedo y la estigmatización, paralizando los sistemas. Esto podría indicar que ya no somos capaces de contener el virus, lo cual no es cierto”.

Recién el 11 de marzo la OMS declaró la pandemia. Para ese momento, ya había 114 países afectados.

Otros elementos que muestran la “dependencia” de China por parte del organismo de la ONU son dos: ante todo, querer eliminar cualquier indicación geográfica o étnica de le enfermedad, por lo cual se estima criticable definirla como el virus “de Wuhan” o la “neumonía china”. El otro, es el modo rotundo en que un miembro de la OMS, Bruce Aylward, se negó a comentar el “modelo Taiwán” y su victoria contra el coronavirus, ante la pregunta de una reportera de Hong Kong.

Frente a las críticas de Trump, Tedros muchas veces ha solicitado que la obra de la OMS no sea “politizada”. El problema es que el primero en politizar la cuestión ha sido precisamente él, y sus colaboradores.