La oración por China en el Simposio de AsiaNews: las reliquias de la Madre Teresa y de un mártir PIME

La Madre Teresa pidió varias veces poder abrir una casa de sus hermanas en China, pero se le negó el permiso. El P. Alberico Crescitelli, del PIME fue martirizado en 1900 y canonizado por Juan Pablo II en 2000. En la oración por China participaran en el coro de la comunidad china en Roma y Agostino Zhang, de la Cooperativa el Giotto de la prisión de Padua.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Una reliquia de la Madre Teresa y una del mártir PIME, muerto en China en 1900, estarán expuestas en el Simposio de AsiaNews prevista para mañana a las 15.30 horas en el Aula Magna de la Universidad Pontificia Urbaniana (Via Urbano VIII , 16, Roma).

La reliquia de la Madre Teresa, una gota de su sangre, fue donada al nacimiento de la edición en línea de AsiaNews, hace 14 años. La Madre, canonizado el año pasado por el Papa Francisco, es un testimonio del amor de la Iglesia en China. Tres veces le pidió a las autoridades y a algunos obispos chinos para poder abrir una casa de las Misioneras de la Caridad en el país, pero siempre se le negó. En China, sin embargo, hay decenas de miles de personas que se inspiran en la Madre en su misión cotidiana a favor de los enfermos y los desfavorecidos.

El mártir del PIME es el p. Alberico Crescitelli, muerto durante la Rebelión Boxer y canonizado por Juan Pablo II el 1 de octubre de 2000. El P. Crescitelli fue misionero en Hanzhong (Shaanxi) y se dedicó a la evangelización y los pobres. A su canonización, la Asociación Patriótica ha puesto en marcha una campaña de difamación contra él acusándolo de acciones vergonzosas, pero de las cuales no hay rastro en las crónicas chinas de la época.

La Jornada Mundial de Oración por la Iglesia en China el día de fiesta de la Virgen de Sheshan, el 24 de mayo, fue proclamada por Benedicto XVI hace 10 años. En su Carta a los católicos chinos en 2007, expresó la intención de que mediante la oración se fortalezca la unidad entre los cristianos y la comunión subterránea y la oficial y con el sucesor de Pedro, pidiendo también al Señor fuerza para perseverar en el testimonio cristiano, incluso en medio del sufrimiento de la persecución. El Pontífice también pidió a los católicos que contribuyan al bien de la sociedad china, incluso rezar por los perseguidores.

En el encuentro de oración durante el Simposio, asistirá el coro de la comunidad china en Roma y un joven chino, Agostino Zhang, convertido al catolicismo en la prisión en Padua, donde trabajó con la Cooperativa Giotto. Agostino dio su testimonio ante el Papa Francisco durante la ceremonia del Jubileo de los prisioneros.