La nueva alianza entre Ereván y Kiev

de Vladimir Rozanskij

Desde el inicio de la operación especial de Rusia en Ucrania, Armenia ha ido alimentando cada vez más su relación con Kiev, vista también como la posible mediación para estrechar lazos con Occidente. Hasta la ratificación en los últimos días del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y la ahora evidente suspensión de cualquier acción a favor de Rusia

Ereván (AsiaNews) - En los últimos tiempos se está produciendo un gran acercamiento entre Ucrania y Armenia, en la redefinición de los papeles de Moscú y Ereván en la alianza euroasiática, de la que los armenios se están distanciando por su falta de apoyo en el conflicto con Azerbaiyán. El observador político ucraniano Aleksandr Kovalenko, experto en cuestiones militares del grupo de la "Oposición informativa" y del centro de investigación sobre cuestiones de seguridad de Kiev, comentó en su canal de Telegram esta evolución de las relaciones en el contexto del conflicto mundial.

El pasado mes de septiembre se celebró en Kiev una cumbre de primeras damas y sus cónyuges, en la que también participó la esposa del primer ministro armenio Nikol Pašinyan, Anna Akopyan. Anteriormente había declinado todas las invitaciones para asistir a reuniones públicas en Ucrania, pero esta vez acompañó un cargamento de ayuda humanitaria para los ucranianos, a pesar de que los propios armenios están muy necesitados de apoyo en estos momentos, especialmente los refugiados de Nagorno Karabaj.

Poco después, en la cumbre de Granada, se había producido un encuentro directo entre Zelensky y Pašinyan, y en la reunión de Malta sobre Crimea, el secretario del Consejo de Seguridad de Ereván, Armen Grigoryan, se había reunido con el jefe de la administración presidencial de Ucrania, Andrej Ermak. Kovalenko recuerda que "en la política ucraniana, el lobby armenio siempre ha sido muy influyente, más que el lobby azerbaiyano", y esto se vio en las posiciones adoptadas sobre la cuestión del Karabaj.

Tampoco se trata de las valoraciones sobre el conflicto del Cáucaso, sobre el que el gobierno de Ereván había puesto freno mucho antes del desenlace final, dejando a los armenios de Artsaj toda la responsabilidad de mantener la tensión hasta el final. El verdadero problema es el progresivo distanciamiento de Armenia de Rusia y la nueva orientación hacia Europa y Occidente, en la que Kiev encuentra una simpatía mucho más profunda hacia los armenios.

Esta tendencia prooccidental armenia tiene su origen en la guerra de los 44 días de finales de 2020, mucho antes de la invasión rusa de Ucrania, cuando Ereván no consiguió ningún apoyo real de Moscú. Desde entonces, Pašinyan ha criticado sistemáticamente todas las iniciativas de la Csto, la alianza euroasiática controlada por Rusia, que no había movido un dedo en el conflicto de Nagorno Karabaj.

Desde el inicio de la operación especial de Rusia en Ucrania, la relación de Armenia con Kiev se ha ido estrechando cada vez más, vista también como la posible mediación para estrechar lazos con Occidente; y los propios ucranianos han insistido en desvincular lo más posible a los armenios de los rusos. Una ventaja muy concreta, de la que también se han destacado muchos detalles en los últimos días, es la fuerte disminución del contrabando de microchips a través de Armenia con destino a Rusia, con gran repercusión en los suministros militares y la tecnología.

Desde la publicación de las sanciones contra Rusia, los armenios fueron inicialmente de los más activos en el suministro de tecnología adquirida en el extranjero, mientras que desde el pasado 14 de noviembre, cuando Armenia ratificó oficialmente el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, puede considerarse agotada toda acción en favor de Rusia, hasta el punto de confirmarse la posible detención de Vladimir Putin si cruzara la frontera ruso-armenia, y la salida definitiva de Armenia de la Csto, cuya iniciativa y ejercicio ha rechazado.