La matanza de Bagdad, el "peor atentado desde la invasión estadounidense del 2003"

El balance de las víctimas del ataque del 3 de julio en Karrada se elevó a 250. Muchos de los heridos fueron dados de alta. Los casos más graves fueron trasladados a centros situados en el extranjero. Los ciudadanos organizan procesiones de antorchas y oraciones por la paz. Al final del Eid al-Fitr, el patriarca caldeo, pide a los "hermanos musulmanes" condenar una visión "distorsionada y desviada" de la fe.

Bagdad (AsiaNews) - El saldo de víctimas del atentado suicida ocurrido el 3 de julio pasado en Bagdad, capital de Irak, se elevó a 250. Así lo afirmó el gobierno iraquí, subrayando que este es el "peor atentado" desde la invasión estadounidense de 2003. Un camión cargado con explosivos estalló en el distrito de Karrada, en el centro de la ciudad; en un momento en que muchas familias estaban presentes en el lugar ocupadas en las compras por el final de la fiesta del Ramadán.

Las milicias del Estado Islámico (EI) han reivindicado el ataque que, según las primeras estimaciones, habría causado 165 muertos y al menos 220 heridos. Sin embargo, el balance se ha agravado con el paso de los días. Incluso hoy, el país está en un estado de duelo nacional en memoria de las víctimas.

La devastación de la zona es casi total. Un grupo de residentes, que continúan aturdidos por el ataque, organizó una vigilia con velas y rezó por la paz.

En tanto, el Ministerio de Salud iraquí informa que muchos de los heridos fueron dados de alta en los hospitales; los casos más graves, sin embargo, han sido trasladados al extranjero (sin especificar a qué países), a centros donde puedan recibir el tratamiento adecuado.

El ataque en el distrito de Karrada, de mayoría chiíta, se produjo poco después de medianoche y una semana después de la reconquista de Fallujah por parte del ejército del gobierno, que la arrancó del control del Estado islámico.

Por días, el gobierno iraquí ha sido objeto de fuertes críticas a raíz del ataque; el primer ministro Haider al-Abadi también se vio antes un duro desafío cuando visitó la zona en las horas siguientes a la matanza.

Ayer, el ministro del Interior, Mohammed Ghabban presentó su renuncia, la cual fue rechazada por los colegas ejecutivos y el primer ministro. Él reveló que los puntos de control alrededor de la capital Bagdad eran "absolutamente inútiles". Por esta razón, el gobierno ha decidido reforzar las medidas de seguridad y anunció que en breve habrá una serie de ejecuciones de personas que están condenadas a muerte por terrorismo.

También ayer, el patriarca caldeo envió un mensaje a la comunidad musulmana, que celebra el fin del Ramadán. Con motivo de la fiesta de Eid al-Fitr "nos dirigimos a nuestros hermanos musulmanes", dice su Beatitud, pidiéndoles "levantar la voz" para "condenar los crímenes cometidos en nombre de la religión". Una fe que tiene una visión "distorsionada y desviada", tal como pudo verse durante la "masacre de Karrada en Bagdad, ocurrida en la madrugada del domingo 3 de Julio".