La música turkmena de la victoria
Si bien a último momento el presidente Serdar Berdymuhamedov se unió a los demás líderes de Asia Central en la Plaza Roja de Moscú, para no dejar solo al hermano mayor ruso, desde principios de mayo se llevan a cabo en su país desfiles y conciertos musicales patrióticos.
Ashgabat (AsiaNews) - Turkmenistán también se suma a las celebraciones de la Victoria sobre el nazismo, piedra angular de la identidad postsoviética pero, como siempre, lo hace con características muy folclóricas, para poner de relieve su propia identidad. Si bien a último momento el presidente Serdar Berdymuhamedov se unió a los otros líderes de Asia Central en la Plaza Roja de Moscú, para no dejar solo al hermano mayor ruso, desde principios de mayo se están realizando en su país desfiles y conciertos musicales patrióticos particularmente intensos y solemnes.
El acto central fue precisamente la “Música de la Victoria”, que se llevó a cabo en el Conservatorio Nacional “Maja Kulevaja”, donde no sólo se presentaron danzas y figuras con trajes tradicionales, sino que se dio especial relieve a la participación de estudiantes, docentes y “músicos populares”, como un coro de niños, hijos de colaboradores del Conservatorio. El numerosísimo público reunió a los pocos veteranos de guerra con multitudes de niños exultantes, y el espectáculo se está repitiendo en salas y teatros de todo el país.
El concierto estuvo dirigido por el aksakal más famoso del país, el compositor y docente Atageld Garjagdiev, acompañado por la soprano Sukhana Tujlieva, quien interpretó con gran dramatismo la canción Uruzdan gelmedik adam, "El hermano que no volvió de la guerra". A continuación, el barítono Nury Khalmamedov interpretó "El recuerdo del soldado", y el tenor Mejlis Muratgeldiev interpretó Mirazdar, "El heredero". Junto con los estudiantes, se bailó la legendaria "Danza de las cigüeñas", con aves revoloteando sobre la sala.
De fondo, un video mostraba los episodios más destacados de la crónica bélica de la Gran Guerra patriótica, y se reservaron unos minutos de silencio para los caídos. Otro concierto propone el "Vals antes de la guerra" de Pavel Aedonitsky, el gran compositor fallecido en 2013, que había puesto música solemnemente a una canción de 1840 de su bisabuelo Fedor, un cantor de la Iglesia ortodoxa que se proponía recordar la victoria sobre Napoleón. Aedonitsky, siendo muy joven, fue médico de guerra y en Rusia salvó a muchas personas en el hospital naval "Karl Libknecht" sobre el Volga. No quería atribuirse méritos heroicos, pero pidió ser admitido en el Conservatorio.
En otra sala resuena el Himno de la Defensa de la Patria, junto con la canción "Guerra Santa" del compositor Aleksandr Aleksandrov con letra del poeta Vasilij Lebedev, acompañado por la orquesta de viento "Brass Star" con la dirección de Kakadzhan Khudajberdyev. A continuación, se interpreta en el dutar, el laúd de dos cuerdas típico de Asia Central, la pieza sobre el "Destino trágico", en la que Lacin Khudajberdyeva, esposa del director, se presenta según la imagen tradicional de la "Madre Patria", con el traje nacional con adornos de plata, para recordar "el generoso regalo de las madres turkmenas" que se sacrifican durante las guerras y también donan todas sus joyas. En la Segunda Guerra Mundial se recogieron de las madres 7,5 toneladas de oro y plata, el 80% de todos los metales preciosos del país.
Al terminar los conciertos desfilan los niños con uniforme militar, formando el grupo llamado "El Pequeño País, y cantan la canción de paz "El descanso del soldado" paseando y corriendo por el escenario, saludando al público e invocando un mundo de paz y de alegría, tan necesario en los tiempos que estamos viviendo y que Turkmenistán siempre trata de poner en escena.
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