La lucha de los católicos por la iglesia de San Alejandro, en Kírov

de Vladimir Rozanskij

La iglesia fue secuestrada por los bolcheviques en 1933 y debía ser restituida tras la caída del comunismo, en la década del 90, pero nada sucedió. Dmitrij Medvedev había prometido que devolvería la iglesia antes de terminar el año 2016. Pero la administración local la convirtió en la sede de la Filarmónica de Kírov. A los fieles se les permite celebrar misa 25 veces por año, pagando un alquiler de 1000 euros.

Moscú (AsiaNews) – El próximo 18 de octubre se llevará a cabo una sesión decisiva del tribunal de arbitraje, para tomar una decisión vinculada a la restitución de la iglesia católica de San Alejandro en Kírov, una ciudad europea situada en el noreste de Rusia. El párroco del templo, Pbro. Grigori Zvolinski (foto n. 2), junto a los feligreses, decidió hacer un llamamiento a todos aquellos que puedan sostener con la oración la larga espera de la comunidad local.

Construida por polacos que fueron confinados a esta inhóspita zona, luego de una de las tantas represiones zaristas de mediados del siglo XIX, la iglesia fue cerrada al culto por los bolcheviques en el año 1933, que instalaron allí un pensionado para estudiantes del instituto veterinario local. En la década del ’90, tras la caída del comunismo e incluso antes de que fuese reconocida la comunidad católica, las autoridades locales colocaron allí un gran órgano alemán, convirtiendo el edificio en la sede de la Filarmónica de Kírov. Debido a ello, la iglesia no fue restituida a los católicos, sino que siguió siendo propiedad del Estado. A los fieles se les permitió celebrar la misa 25 veces por año, en las pausas entre los conciertos, pagando un alquiler anual de aproximadamente 1000 euros.

En el año 2010, quien se desempeñaba entonces como presidente ruso, Dmitrij Medvedev, firmó un decreto por el cual se permitía a las organizaciones religiosas obtener la restitución de las propiedades que históricamente pertenecieran a ellas antes de la Revolución. Al año siguiente, el P. Grigori, párroco, presentó en la oficina competente de la región de Kírov, un pedido oficial solicitando la restitución de la iglesia de San Alejandro. Su presentación fue rechazada, porque en la práctica no podía completarse lo solicitado. Para justificar la respuesta brindada, las autoridades alegaron que en la década del ’90 se habían agregado nuevas instalaciones al lugar, y que las mismas no podían utilizarse sin disponer del edificio entero.

En 2014, quien se desempeñaba entonces como gobernador de la provincia de Kírov, Nikita Belikh, se reunió en Moscú con el arzobispo católico, Mons. Paolo Pezzi, y propuso construir una nueva iglesia en los suburbios de Kírov. Según lo acordado, la ciudad concedería a la comunidad católica un terreno, los materiales de construcción y pagaría el proyecto. Hasta tanto no se pudiera disponer de la iglesia a construir, se mantendría el permiso para celebrar misa en la iglesia católica existente de manera gratuita, al menos 25 veces al año, como ya estaba establecido. Para la localización de la nueva parroquia se presentaron cinco propuestas, tanto en la ciudad como en los alrededores, pero todas resultaban impracticables, por no contar siquiera con las calles o rutas para poder acceder a los terrenos ofrecidos. Los fieles optaron por rechazar todas las hipótesis presentadas.

Los parroquianos hallaron un buen lugar donde poder instalar la iglesia, en la periferia de Kírov, pero no les fue concedido el terreno, debido a la oposición del metropolita ortodoxo, Mark de Vjatskij y Novoslobodsk, quien consideró que la nueva iglesia iba a estar demasiado cerca de una capilla ortodoxa rusa del barrio de Novovjatskij. El gobernador Belikh finalmente dio marcha atrás, retirando la propuesta de construir una nueva iglesia para los católicos, siendo que ellos habían rechazado todas las propuestas de las autoridades locales.

Según el decreto de Medvedev, la Filarmónica tendría que haber restituido la iglesia a los católicos antes de cumplirse un plazo de 6 años, pero al expirar el período estipulado, en 2017, ello no ocurrió. El párroco intentó obtener la restitución por otras vías, incluso ofreciendo compensaciones económicas, pero todo fue en vano: la comuna decidió que para la ciudad resulta más necesaria una sala de conciertos de órgano. El P. Grigori continuó la batalla junto a los parroquianos emprendiendo acciones puntuales para manifestarse, como un mes de rígido ayuno en abril de este año, y, por vía judicial, dirigiéndose en el mes de junio al Tribunal arbitral, y presentando una causa contra la administración regional.

Tras hacer la presentación de la causa, el abogado de la parroquia, Jan Cebotarev, fue contactado por representantes locales de la Iglesia ortodoxa, quienes intentaron disuadirlo de defender a los católicos polacos “contra los cuales nuestros abuelos combatieron durante siglos”. El mismo abogado, que no es un creyente católico, declaró ante los cronistas de MBX Media: “Traté de explicar a los batjushki [sacerdotes] ortodoxos que ahora estamos en el siglo XXI, y que hoy en día es ridículo interpretar el derecho según las preferencias religiosas, pero no quisieron escucharme”.

El P. Grigori afirmó, por otra parte, que algunos sacerdotes ortodoxos apoyan los reclamos de los católicos, y que las reacciones negativas sólo deben atribuirse a una parte minoritaria de ellos. Como parte interesada en la causa, participa la misma Filarmónica, que pretende el uso exclusivo del edificio, citando la presencia del órgano. Los fieles esperan que el próximo 18 de octubre en el tribunal, “triunfe, finalmente, el sentido común”.